Concepto
El ahorro a plazo se puede definir como cualquier forma de ahorro en la que la disponibilidad de los fondos no se obtiene hasta transcurrido cierto período de tiempo, normalmente especificado en las cláusulas del contrato, ya sea un depósito bancario u otra forma de inversión, como puede ser la adquisición de un activo financiero.
Normalmente se utiliza esta expresión para hablar del dinero colocado en entidades del sector bancario, es decir, el que se encuentra en forma de depósitos de efectivo a diferentes plazos, certificados de depósito, pagarés y otros instrumentos emitidos por las entidades bancarias.
Sea cual sea el tipo de ahorro, cuando se trata de un determinado plazo, lo normal es que se obtenga una rentabilidad superior en función del plazo de no disponibilidad y, si este no se cumple, surjan penalizaciones sobre dicho tipo de interés.
El ahorro a plazo en las entidades bancarias cuenta con la garantía del fondo de garantía de depósitos. Ahora bien, todo ahorro a plazo supone una inmovilización de dinero durante el plazo contractual, por lo que está sometido a un riesgo de tipo de interés, es decir, si, por ejemplo, un cliente deposita 10.000 euros en una imposición a plazo fijo o depósito, a tres años para el vencimiento, el tipo de interés acordado (por ejemplo, un 4%) permanece fijo aunque en el mercado haya una evolución al alza de los tipos de interés, lo que supone un coste de oportunidad por el interés que "deja de ganar" a efectos comparativos.
Recuerde que...
- • Normalmente se utiliza esta expresión para hablar del dinero colocado en entidades del sector bancario en forma de depósitos de efectivo a diferentes plazos, certificados de depósito, pagarés y otros instrumentos emitidos por las entidades bancarias.
- • El ahorro a plazo en las entidades bancarias cuenta con la garantía del fondo de garantía de depósitos.