¿Qué significa Stakeholder?
Se trata de un término inglés masivamente utilizado en textos en castellano, fundamentalmente relacionados con la Responsabilidad Social de la Empresa, para hacer referencia al mantenimiento de alguna participación o interés en una compañía. Por ello, cuando se utiliza una traducción de stakeholder, se expresa habitualmente como "grupo de interés" o "parte interesada".
Su uso en este contexto de la responsabilidad social de la empresa empieza a popularizarse con la famosa definición que el filósofo y profesor de dirección de empresas, Edward Freeman, lanza en 1984 con su trabajo sobre la teoría de los stakeholders: "aquellos grupos o individuos que pueden afectar o verse afectados por el logro de los objetivos empresariales". Freeman plantea la relación con cada stakeholder como una unidad de análisis más útil para construir la estrategia empresarial, generando una notable influencia en la posterior teorización sobre la responsabilidad social de la empresa.
¿Cómo se identifican y se gestionan?
Una de las perspectivas más importantes en la conceptualización de la responsabilidad social de la empresa implica ver a la organización inscrita en una constelación de intereses y expectativas procedentes de muy diversos stakeholders, que se vinculan directa o indirectamente con la actividad empresarial. De hecho, el propio concepto de empresa puede ser formulado como un conjunto de relaciones entre grupos que tienen alguna participación o interés en las operaciones que realiza.
Por tanto, más allá de un supuesto enfrentamiento entre los intereses de los accionistas y de otros grupos relacionados con la empresa, entender una compañía y la forma en que es dirigida significaría entender cómo sus clientes, proveedores, empleados, financiadores, comunidades y directivos interactúan y crean valor.
Sin embargo, toda esa diversidad de intereses y expectativas dificulta, en la práctica, la delimitación de los stakeholders de una compañía y, por tanto, su gestión. Una primera aproximación permitiría clasificarlos como stakeholders primarios y secundarios. Los primeros desempeñan un papel crucial y directo en la supervivencia de la organización (ej.: clientes, empleados, accionistas), mientras que los secundarios afectarían y/o se verían afectados por la empresa de un modo más indirecto (ej.: medios de comunicación, medio ambiente), si bien su posición podría evolucionar hacia el primer grupo.
Otra posible clasificación de los stakeholders de una empresa es aquélla que proponen IESE, la Fundación Entorno y PricewaterhouseCoopers y que atiende a la naturaleza de la relación que mantienen con la organización. Así, podemos distinguir entre stakeholders consustanciales, sin los cuales la empresa no podría existir (ej.: empleados); contractuales, ligados a la empresa a través de una relación formal (ej.: proveedores); y contextuales, cuya relación con la empresa está menos delimitada pero cuya influencia es esencial en la aceptación social de las actividades empresariales (ej.: comunidades locales).
Aunque clasificaciones como las anteriores resultan de utilidad para la descripción de los stakeholders de una compañía, su gestión en la práctica requiere una mayor caracterización de los distintos grupos. Para ello resulta de utilidad estudiar sus principales atributos:
- • Legitimidad: percepción generalizada acerca de la validez que posee el interés en la empresa del stakeholder correspondiente. La legitimidad estaría relacionada con los valores dominantes en un momento y un contexto social determinados.
- • Poder: capacidad del grupo de interés para lograr que la empresa realice alguna acción que no hubiera llevado a cabo de otro modo.
- • Urgencia: grado en el que las demandas del stakeholder requieren una atención inmediata por parte de la compañía.
Es conveniente aclarar que poder y legitimidad no siempre van de la mano. Por ejemplo, un cliente tendrá poder sobre una compañía, especialmente si el volumen de compras que realiza representa una parte importante del negocio de la empresa. Sin embargo, puede tener una legitimidad muy baja si fuera el caso de un cliente que fabrica armas. Una legitimidad que sería muy inferior a la de grupos con menos poder sobre la empresa como, por ejemplo, una población indígena ambientalmente afectada por las operaciones de esa organización.
En consecuencia, el análisis de estos atributos constituye una guía para que la empresa identifique los stakeholders vinculados directa o indirectamente con los procesos empresariales y pueda comprender sus expectativas. El paso siguiente en la gestión de los stakeholders vendría dado por la elaboración de un mapa que muestre su posición con respecto a la empresa, identificando a los stakeholders clave que afectarían de forma más directa cualquier decisión estratégica que se pretenda adoptar en la correspondiente estrategia o proyecto empresarial.
Estudiadas las posiciones relativas de cada grupo y los riesgos y oportunidades que representan para la organización, así como las eventuales alianzas entre grupos o la forma en la que pueden evolucionar, la empresa debería definir las estrategias para relacionarse con ellos. Una posición que puede tomar múltiples orientaciones, como la proactividad, la acomodación, la defensa o la reacción.
¿Qué dos visiones pueden distinguirse?
La teoría de los stakeholders puede observarse bajo una doble perspectiva que justificaría la gestión de estos grupos:
- • Instrumental. Esta aproximación está ligada a la dimensión interna de la empresa, de modo que la gestión de los stakeholders se basaría en la posibilidad que tienen de influir sobre los distintos objetivos empresariales. Dicho de otro modo, bajo el enfoque instrumental la teoría de los stakeholders proporciona un marco para analizar la relación existente entre la forma de gestionar los stakeholders y el logro de determinados resultados empresariales (rentabilidad, estabilidad, crecimiento, etc.).
- • Normativa. El fundamento normativo de la teoría de los stakeholders implica reconocer que éstos tienen intereses legítimos en diversos aspectos de la actividad de la empresa. Por tanto, los intereses de cada grupo poseen un valor intrínseco independientemente de que favorezcan o no los intereses de otros grupos (por ejemplo, los de los accionistas). Frente al enfoque anterior, la identificación de los stakeholders se basaría en sus intereses en la empresa, independientemente de la relevancia que esos intereses tengan para la organización y sus resultados.
El planteamiento apuntado en la sección anterior para identificar y gestionar los stakeholders se corresponde con el enfoque instrumental. De hecho, es el enfoque dominante en la literatura sobre gestión empresarial de los stakeholders, en correspondencia con el argumento económico, también predominante cuando se justifica la gestión socialmente responsable de la empresa. Es decir, se trata del argumento que observa a la responsabilidad social de la empresa como una mera estrategia necesaria para mantener la rentabilidad de la empresa a largo plazo.
Frente a este argumento económico, se encontraría el argumento social, alineado con el enfoque normativo de los stakeholder. Una perspectiva que defiende la necesidad de un marco regulatorio que obligue a las empresas a responder de sus acciones y establezca mecanismos que permitan a la sociedad dar o retirar a las empresas licencia para operar a partir de criterios de justicia social.
Recuerde que...
- • Hace referencia al mantenimiento de alguna participación o interés en una compañía.
- • Podemos distinguir entre stakeholders consustanciales, sin los cuales la empresa no podría existir contractuales, ligados a la empresa a través de una relación formal y contextuales, cuya relación con la empresa está menos delimitada pero cuya influencia es esencial en la aceptación social.
- • La teoría de los stakeholders puede observarse bajo una doble perspectiva instrumental o normativa..