En un mercado organizado de derivados, se denomina así al código otorgado por un intermediario o miembro del mercado a cada cliente a efectos de la realización de transacciones, dado que los clientes no pueden operar directamente en el mercado sino a través de los miembros del mismo.
La estructura de la codificación suele ser establecida por los órganos rectores de cada mercado en función de las técnicas de liquidación y operación en el mismo.