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Mantenimiento y revisión de equipos d...

Mantenimiento y revisión de equipos de protección individual (EPI)

La utilización, el almacenamiento, el mantenimiento, la limpieza, la desinfección cuando proceda, y la reparación de los equipos de protección individual deberán efectuarse de acuerdo con las instrucciones del fabricante. Salvo en casos particulares excepcionales, los equipos de protección individual sólo podrán utilizarse para los usos previstos.

Prevención de riesgos laborales

¿En qué consiste el mantenimiento y revisión de los EPI?

En primer lugar, es importante destacar que no es lo mismo mantenimiento de EPIs que revisión de EPIs. El mantenimiento y cuidado de los EPI consiste en mantener el material en el mejor estado posible y conservarlo en un estado de funcionamiento óptimo. Es decir, asegurarnos de que, mediante la limpieza y un almacenamiento adecuado, este tendrá un funcionamiento eficaz y cumplirá su función de protección.

De esta forma, el mantenimiento deben realizarlo día a día los usuarios a los EPI que utilicen durante su trabajo. Conservarlos adecuadamente, siempre siguiendo las instrucciones que marca el fabricante, no solo hará que las prestaciones técnicas de los EPI sean lo más efectivas posibles, sino que alargará su vida útil el máximo posible.

En cambio, la revisión (periódica) de los EPI es aquel procedimiento, métodos y acciones que efectúan una revisión en profundidad del material con el objetivo de detectar posibles defectos, deterioros o desgastes que puedan influir en sus prestaciones técnicas. Las revisiones periódicas de EPIs deben ser realizadas por personal competente.

Para la seguridad del usuario de los equipos de protección, es indispensable que los equipos sean inspeccionados con cierta periodicidad para verificar que están en condiciones de uso y que funcionan correctamente.

En este sentido, de acuerdo con lo establecido en el artículo 17.1 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, el empresario deberá adoptar las medidas necesarias para que los trabajos de reparación, transformación o conservación sean realizados por trabajadores específicamente capacitados para ello, de forma que garanticen la seguridad y la salud de estos al utilizarlos.

Cuando la utilización de un equipo de trabajo pueda presentar un riesgo específico para la seguridad y la salud de los trabajadores, el empresario adoptará las medidas necesarias.

Los fabricantes, importadores y suministradores de elementos para la protección de los trabajadores están obligados a asegurar su efectividad siempre que sean instalados y usados en las condiciones y de la forma recomendada por ellos. Deberán suministrar la información que indique el tipo de riesgo al que van dirigidos, el nivel de protección frente al mismo y la forma correcta de su uso y mantenimiento.

El empresario debe proporcionar a sus trabajadores equipos de protección individual adecuados para el desempeño de sus funciones y velar por el uso efectivo de los mismos cuando, por la naturaleza de los trabajos realizados, sean necesarios (artículo 17.2 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales).

Por su parte, los trabajadores tienen la obligación de utilizar correctamente los equipos de protección que el empresario les facilita (artículo 29.2 apartado 2º de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales).

Conforme al art. 7 del Real Decreto 773/1997, de 30 de mayo, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la utilización por los trabajadores de equipos de protección individual, la utilización, el almacenamiento, el mantenimiento, la limpieza, la desinfección cuando proceda, y la reparación de los equipos de protección individual deberán efectuarse de acuerdo con las instrucciones del fabricante. De todo ello, se infiere que el mantenimiento y la revisión de los EPI tiene carácter obligatorio.

¿Qué factores pueden afectar la integridad y mantenimiento de los EPI?

Existen muchos factores que potencialmente pueden afectar la integridad y el comportamiento del equipo:

  • El desgaste.
  • La suciedad.
  • Radiación ultravioleta.
  • La humedad.
  • La abrasión.
  • Los químicos.
  • El mero paso del tiempo, etc.

Dependiendo de la severidad con que estos factores estén presentes en el ambiente de trabajo, el modo de uso y el tiempo de exposición de los equipos a estas condiciones deberán ser considerados para definir la frecuencia con que se deba realizar la revisión.

¿Qué tipos de revisiones se pueden realizar?

Se recomienda llevar a cabo dos tipos de revisiones:

  • Revisión de tipo rutinaria, que la realiza el usuario previo a cada uso y que consiste en una inspección de:
    • a) Etiquetas u otras marcas que indiquen el estado de las revisiones periódicas anteriores al equipo.
    • b) Correas, costuras, fibras deshilachadas, quemaduras, desgaste y roturas.
    • c) Presencia y estado de partes metálicas, argollas en D, hebillas que puedan mostrar deformaciones, fracturas, corrosiones, bordes filosos o evidencias de exposición a químicos.
    • d) Presencia y estado de las piezas plásticas que puedan tener cortes, roturas, deformaciones, o mostrar evidencia de quemaduras con calor o degradación con químicos.
  • Revisión de tipo periódica, inspeccionando en profundidad los mismos puntos que la revisión rutinaria, pero que en este caso la realiza una persona cualificada y autorizada para realizar esta inspección. Dicha revisión periódica se registra en la ficha del equipo y el resultado de la revisión es la calificación final del equipo en “Aprobado” o “Rechazado”. La periodicidad recomendada para este tipo de revisión es de al menos seis meses, aunque en cada lugar se deberán considerar las condiciones ambientales, la frecuencia de uso y el tipo de equipo.

En los equipos de protección individual la revisión se divide en dos partes:

  • Control visual y/o dimensional del equipo.
  • Control del buen funcionamiento.

Todo equipo que haya sido utilizado para prevenir un riesgo deberá ser retirado inmediatamente de circulación para calificar el estado de los diferentes componentes.

Todo equipo con deterioro, o sobre el cual se tienen dudas respecto de su desempeño, debe ser retirado inmediatamente y no ser usado hasta que una persona calificada y autorizada por el fabricante haga la calificación final del equipo.

Cuando la complejidad del equipo o el modelo innovador de un equipo lo requiera necesario, la revisión deberá llevarla a cabo el propio fabricante o una persona autorizada y capacitada por este.

Todos los trabajadores tienen como obligación participar activamente en la evaluación de los equipos de forma que garanticen su uso durante todo el tiempo en que esté expuesto al riesgo, además de la identificación de eventuales molestias o daños al usuario.

En el momento en que un trabajador se percate que el equipo pueda haber sufrido un deterioro y su utilización sea peligrosa, debe informarlo.

¿Cómo se lleva a cabo un adecuado mantenimiento de los EPI?

El mantenimiento de los EPI tiene carácter obligatorio y debería incluir su limpieza y desinfección (si procede), la inspección periódica, las condiciones de almacenamiento entre usos, la reparación o sustitución de piezas de repuesto (si es el caso) y su eliminación y sustitución cuando ya no esté en condiciones de uso. El programa de mantenimiento variará en función de las condiciones de uso y del tipo de EPI, de manera que en algunos casos puede ser muy sencillo y, en otras, relativamente complejo.

Existen muchos factores que potencialmente pueden afectar la integridad y el comportamiento del equipo, como el tiempo, el desgaste, la suciedad, la abrasión, los químicos, etc. Para llevar a cabo el mantenimiento del EPI es necesario tener en cuenta lo siguiente:

  • Para llevar a cabo un mantenimiento adecuado de los EPI, es muy importante elaborar un procedimiento en el que se detalle en qué consiste tal mantenimiento, cómo se va a efectuar, la periodicidad y quién o quiénes van a realizarlo.
  • Se recomienda llevar a cabo dos tipos de revisiones: la rutinaria, que la realiza el usuario previo a cada uso, y la periódica, realizada por una persona cualificada y autorizada para realizar esta inspección.
  • La limpieza y desinfección de los EPI es fundamental y generalmente puede realizarla el propio trabajador. No obstante, existe legislación específica que prohíbe explícitamente que los trabajadores se lleven los equipos de protección y la ropa de trabajo a su domicilio con fines de lavado, por ejemplo: el Real Decreto 664/1997, de 12 de mayo, sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo (artículo 7.4). En los casos en los que el trabajador se haga cargo de la limpieza, el empresario debe asegurarse de que así queda establecido y que se realiza siguiendo las instrucciones del fabricante de manera que no se modifique o disminuya la protección del equipo.
  • En caso de sospecha de contaminación extraordinaria de las prendas usadas, el trabajador debe informar a su superior jerárquico para que este tome las medidas oportunas de descontaminación especializada si así hiciera falta o reposición.
  • Se dan circunstancias en las que deben suministrarse EPI desechables o de un solo uso y, por tanto, hay que garantizar que el trabajador realmente los desecha y no los reutiliza. Así, por ejemplo, si este es el caso en los trabajos donde existe riesgo de exposición a fibras de amianto, se deben proporcionar al trabajador instrucciones claras sobre la retirada de estos EPI y su gestión como residuo de amianto.
  • La inspección periódica de los equipos permite detectar posibles defectos, daños, desgaste de los mismos, suciedad o cualquier otro tipo de alteración que pudiera afectar a sus propiedades de protección. Hay veces que guardar un equipo nuevo puede ayudar, por simple inspección visual y comparación, a detectar alteraciones significativas. Si, como resultado de una inspección periódica, se detecta cualquier signo que haga sospechar que el equipo no está en condiciones de uso, este hecho debe ser comunicado y, si procede, el equipo debe ser sustituido.
  • Es fundamental respetar las indicaciones de almacenamiento del fabricante en lo relativo a las condiciones en las que debe o no debe guardarse el equipo entre usos.
  • Hay equipos que tienen piezas susceptibles de sersustituidas cuando se deterioran. En estos casos, hay que garantizar que solo se usan los repuestos previstos por el fabricante, ya que serán los únicos que mantendrán las propiedades del equipo. Las modificaciones o reparaciones de los EPI no establecidas por el fabricante estarán absolutamente prohibidas, ya que pueden alterar las propiedades protectoras del equipo.
  • Cuando un EPI ha dejado de ser válido para la protección del trabajador, cualquiera que sea el motivo, debe eliminarse de manera tal que se impida que alguien lo pueda usar de manera equivocada. Asimismo, será inmediatamente sustituido por otro en perfectas condiciones de uso. En el caso de que el fabricante indique una fecha de caducidad del equipo, independientemente de que haya sido usado o no, el EPI debe ser retirado una vez que dicha fecha se haya superado. Esto quiere decir que se deben retirar, para evitar su uso, aquellos equipos que hayan superado esta fecha, aunque hayan sido almacenados en las condiciones indicadas por el fabricante y no se hayan usado. Una vez que el equipo empieza a utilizarse, la caducidad del equipo estará condicionada en función del uso.

¿Cuáles son las personas responsables de realizar la tarea de mantenimiento EPI?

En cuanto a la identificación de la persona o personas responsables de realizar la tarea de mantenimiento, esta dependerá del tipo de EPI, del tipo de actividad a realizar, de la claridad del manual de instrucciones, de la existencia de normativa específica, etc.

En este sentido, habrá tareas que el trabajador pueda realizar, tras el adecuado adiestramiento, pero otras corresponderán a personal técnico o empresas especializados. En estos casos complejos, como pueden ser, por ejemplo, ciertos EPI contra caídas de altura o un equipo autónomo, debemos tener muy presente lo indicado por el fabricante del equipo, ya que este puede indicar quién o quiénes considera competentes para realizar estas actividades.

Por último, en aplicación del principio de integración, es fundamental la supervisión tanto del uso como del mantenimiento de los EPI para garantizar su correcta realización y, en caso contrario, tomar medidas correctivas. Es importante que quede reflejado en el procedimiento quién o quiénes serán los responsables de realizar esta supervisión.

El cumplimiento correcto de los requisitos establecidos en el artículo 7 del RD 773/1997, va a depender muy directamentede la información y formación recibida por el trabajador, de acuerdo con lo establecido en el artículo 8 de este real decreto.

Recuerde que...

  • El mantenimiento y cuidado de los EPI consiste en mantener el material en el mejor estado posible y conservarlo en un estado óptimo.
  • Existen muchos factores que potencialmente pueden afectar la integridad y el comportamiento del equipo: tiempo, desgaste, suciedad, abrasion, químicos, etc.
  • Se recomienda llevar a cabo dos tipos de revisiones: la rutinaria, que la realiza el usuario previo a cada uso, y la periódica, realizada por una persona cualificada y autorizada.
  • El mantenimiento de EPI es obligatorio y debe incluir su limpieza y desinfección (si procede), la inspección periódica, las condiciones de almacenamiento entre usos y la reparación o sustitución de piezas.
  • La persona o personas responsables de realizar el mantenimiento dependerá del tipo de EPI, del tipo de actividad a realizar, del manual de instrucciones, de la normativa específica, etc.

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