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Inflación

Inflación

Contabilidad y finanzas

Definición e indicadores de la inflación

La inflación es un aumento sostenido en el tiempo del nivel general de precios. La tasa de inflación se puede definir como el porcentaje de variación del nivel general de precios entre dos períodos consecutivos. El caso contrario es el de la deflación, en el que los precios se reducen de forma sostenida.

El nivel general de precios es una media ponderada de los precios de los bienes y servicios de una economía. Se trata de un promedio, pues no todos los precios suben en igual cuantía. Para que haya inflación, por tanto, es necesario que la subida de los precios de algunos bienes y servicios no se vea compensada por la caída de otros precios, y que el aumento del nivel general de precios sea persistente.

En función del valor de esta tasa podemos distinguir tres situaciones fundamentales, presentes en las economías (Gráfico 1):

  • Estabilidad de precios: Situación en la que el nivel general de precios de una economía sube, pero lo hace por debajo de un nivel fijado como óptimo (habitualmente, entre el 2 % - 3 %).
  • Inflación elevada: Aumento sostenido y generalizado del nivel de precios de los bienes y servicios de un país por encima de una tasa durante un período de tiempo. Para que haya inflación es necesario que la subida en el precio de algunos bienes no se vea compensada con la caída de otros.
  • Deflación: Caída de forma sostenida y generalizada del nivel de precios de los bienes y servicios de un país.

Los indicadores más utilizados son los índices de precios al consumo, los de precios al por mayor y el deflactor del PNB. El índice de precios al consumo (IPC) mide las variaciones de precios —al por menor— de una serie de bienes y servicios escogidos (cesta de la compra) que forman el presupuesto de una familia representativa. El índice de precios al por mayor tiene unas características técnicas similares al IPC, mide las variaciones de los precios de producción —ventas mayoristas— de un conjunto de bienes, por lo general agrícolas e industriales, que se consideran representativos de una estructura productiva concreta. El deflactor del PIB (PNB) mide las variaciones de los precios de todos los componentes que integran dicha macromagnitud. Es decir, que recoge la evolución de los precios de todos los bienes y servicios que, según la Contabilidad Nacional, se producen y comercializan en una economía.

Estos indicadores muestran la evolución temporal de los precios en el pasado, pero lo útil para la política económica es la capacidad predictiva en el futuro, cualidad que todavía no se ha desarrollado completamente pero que la estimación de la denominada de la inflación subyacente puede constituir una buena aproximación. En el caso español, el comportamiento más errático, entre los componentes del IPC, lo muestra el índice de precios de los alimentos no elaborados, mientras que el de los bienes energéticos se mueve de forma escalonada al estar determinado por unos precios administrados. Un análisis riguroso de la inflación debe descontar estos efectos. La tasa de variación del índice de precios de consumo de bienes y servicios no elaborados energéticos denominado IPSEBENE (al IPC se le descuenta los precios de los alimentos no elaborados y de la energía) se utiliza en España como indicador de la inflación subyacente. Con este índice se puede analizar el núcleo más relevante de los precios y conocer la evolución futura de la inflación y ver si las medidas del Gobierno para luchar contra la misma tienen efecto.

La medida de la inflación puede ser distinta en función del indicador utilizado, por lo que es importante concretar cómo se va a medir si se está cumpliendo o no el objetivo. Véase, en el caso de España, cómo pueden variar estos indicadores de inflación (Gráfico 2).

El BCE ha definido su objetivo de inflación en términos de un índice de precios de consumo armonizado que se construye en todos los países europeos con criterios homogéneos, crecimiento medio del IPCA por debajo, pero próximo, al 2 %. El BCE considera que este indicador mejora la transparencia de la política monetaria: es el único indicador de alta calidad suficientemente armonizado en toda la UEM y que se publica todos los meses.

El debate actual en los países de la OCDE se refiere a las ventajas de una inflación anual del 0 % frente a otra del 5 %. Dentro de este intervalo, los economistas identifican 5 tipos de costes dependiendo de si la inflación es anticipada o no, que son los siguientes: los "costes en suela de zapatos", costes de menú, las distorsiones fiscales y los costes derivados de la ilusión monetaria y de la variabilidad de la inflación. No obstante, la inflación no es totalmente mala sino que también presenta beneficios como el señoriaje, la opción de obtener unos tipos de interés reales negativos y la reconsideración de la ilusión monetaria.

Por último, señalar que el objetivo de estabilidad de precios no debe identificarse con una inflación nula, dado que, por un lado, los efectos negativos de la inflación son poco importantes cuando toma un valor reducido, y más cuando los agentes pueden anticiparla de forma más o menos completa y cuando no difiere en una medida importante de la inflación media de los competidores comerciales del país, y, por otro lado, la reducción de la inflación puede significar costes importantes desde el punto de vista del empleo y de la producción que hay que tener en cuenta.

Teorías explicativas de la inflación

Existen distintas explicaciones alternativas de las causas que pueden originar la inflación. Al igual que existen distintos tipos de desempleo que exigen diferentes actuaciones en materia de política económica, también nos vamos a encontrar distintos tipos de inflación que, del mismo modo, van a demandar actuaciones por el lado de la demanda, pero también por el lado de la oferta.

Desde el punto de vista de la política económica es importante conocer los diversos tipos de inflación y saber cuál es el caso más relevante, ya que según cuál sea la causa de la inflación, las medidas de política económica que deben adoptarse para corregirla pueden ser significativamente distintas.

En definitiva, esta es una cuestión empírica, y habrá que analizar en cada situación inflacionista concreta cuál está siendo su origen antes de diseñar las medidas de política económica para corregirla.

Podemos señalar tres tipos de inflación:

  • Inflación de demanda: La inflación se debe a un aumento de la demanda agregada por encima de la renta potencial. Hay dos enfoques sobre el origen de la inflación de demanda: Keynesiano, donde no necesariamente se debe a un incremento de la oferta monetaria, y Monetarista, en el que la inflación siempre está causada por un crecimiento monetario excesivo.
  • Inflación de costes: El origen de la inflación está en el lado de la oferta, por un aumento de los costes de producción. El mantenimiento de esta tasa de inflación elevada tiene que ver con un conflicto por la distribución de la renta e implica una política monetaria acomodante.
  • Inflación dual: La inflación se origina en el sector de bienes no comerciables y se debe al menor crecimiento relativo de la productividad en este sector.

Análisis de la inflación en la última década

Se debe tener en cuenta que los precios nos dan señales para la asignación de recursos y lo que hace la inflación es alterar esa estructura de precios relativos, con lo que si existe inflación los precios no son buenos indicadores del nivel de escasez de los recursos. Concretamente, la inflación no es buena para la economía por los siguientes motivos:

  • Principalmente porque no afecta a todos los precios por igual, alterando la estructura de precios relativos.
  • Hace que el país que padece inflación pierda competitividad con el exterior.
  • Desestabiliza las políticas macroeconómicas porque al aumentar los precios los sindicatos reaccionan presionando por un aumento de los salarios.
  • Reduce el poder adquisitivo de los ciudadanos.
  • Produce incertidumbre sobre todas las variables económicas medidas en términos reales como, por ejemplo, la evolución futura de los precios.

Sobre todo en los últimos 10 años, la inflación se ha reducido hasta niveles históricamente muy bajos después de un período de aceleración iniciado en los años 70. Este control de la inflación hasta niveles reducidos no es pauta exclusiva de los países desarrollados, sino también de las economías emergentes y de los países en desarrollo.

Así, la inflación se sitúa en niveles muy bajos en todo el mundo en la actualidad. Además de haberse reducido la tasa de inflación, su volatilidad también se sitúa en mínimos históricos.

Se pueden citar las siguientes causas del control de la inflación (no válidas para todas las regiones):

  • El cambio en la política monetaria, fiscal y de tipo de cambio por una percepción generalizada sobre la bondad de la estabilidad de precios. Concretamente, la adopción de objetivos directos de inflación o el compromiso antiinflacionista (el caso de la Reserva Federal y el BCE) han llevado a reducir y estabilizar las expectativas de inflación mundiales.
  • Mejor funcionamiento de los mercados de bienes y servicios. La demanda es más elástica, los márgenes menores y la presión competitiva mayor.
  • Las nuevas tecnologías crean nuevas formas de competencia (como, por ejemplo, el comercio electrónico) que intensifican la competencia.
  • Liberalización de mercados cerrados previamente, en especial, energía y telecomunicaciones.
  • Caída de la NAIRU, por un mejor funcionamiento del mercado de trabajo.
  • La evolución de la productividad, aunque no se puede asegurar si su mayor crecimiento es permanente o temporal.

Por último, entre las causas temporales que influyen en la inflación destaca la evolución de los precios de las materias primas, en especial el petróleo.

En el entorno europeo, la tasa de inflación media desde 1999 es muy diferente en algunos países de la UEM. Y esto a pesar de que durante la primera mitad de los 90 no solo se reduce la tasa de inflación media, sino que el proceso de convergencia nominal reduce también la dispersión entre las tasas de inflación nacionales (sobre todo por la caída de esta tasa en algunos países). Sin embargo, lo que es característico de la UEM es la persistencia de estos diferenciales de inflación (Gráfico 3): algunos países tienen casi siempre tasas de inflación superiores a la media (Irlanda, Grecia, España, Polonia, ...) o inferiores a la media (Alemania, Finlandia, Austria, Francia, ...).

Los diferenciales de inflación dentro de una unión monetaria pueden deberse a distintas causas. En el caso concreto de la UEM, la evidencia empírica muestra que los diferenciales se deben a una combinación de factores, es decir, que no hay una única causa que pueda explicarlos por completo.

Estos factores pueden agruparse principalmente en dos grupos (Cuadro 1):

  • 1. Factores relacionados con el proceso de creación del Mercado Único y la Unión Monetaria y con la convergencia entre países. Estos factores tienden a agotarse con el paso del tiempo, por lo que son sólo transitorios. Irán perdiendo importancia.
  • 2. Factores relacionados con perturbaciones específicas en un país o con efectos diferentes de perturbaciones comunes. Los efectos diferentes se derivan de diferencias estructurales. Estos factores no desaparecerán necesariamente tras los primeros años de unión monetaria, por lo que son factores permanentes.

Desde el punto de vista empírico, nos planteamos ¿qué combinación de factores pueden explicar las diferencias observadas en las tasas de inflación y su persistencia durante los primeros años de funcionamiento de la UEM?

En primer lugar, la convergencia en tipos de interés puede explicar en parte las diferencias de inflación en los primeros años, pero es un factor transitorio.

Otro factor transitorio es la convergencia en los niveles de precios (en torno al 15 % de los diferenciales de inflación en los primeros años). Sin embargo, los sectores en los que el Mercado Único ha tenido más impacto no han contribuido especialmente a las diferencias de inflación.

El sector servicios sí ha tenido una contribución importante en los diferenciales de inflación.

No existe acuerdo sobre la importancia que ha tenido el proceso de convergencia real (Balassa-Samuelson). Además, este efecto se extinguirá también con el tiempo entre los países que actualmente forman la UEM —ya han convergido en gran medida— aunque puede ser más relevante en el futuro en la medida de que se integren nuevos países.

Por último, los dos factores más importantes que parecen explicar los actuales diferenciales y su persistencia parecen ser las diferencias cíclicas y la distinta exposición a otros choques externos, junto a la rigidez de los precios y salarios.

Recuerde que...

  • Para que haya inflación la subida de los precios de algunos bienes y servicios no se debe compensar con la caída de otros precios.
  • Tres tipos de inflación: de demanda, de costes e inflación dual.
  • Efectos de la inflación: altera la estructura de los precios, se pierde competitividad, desestabiliza las políticas macroeconómicas, reduce poder adquisitivo y produce incertidumbre.
  • Causas del control de la inflación: cambio política monetaria, mejor funcionamiento mercados, nuevas tecnologías, liberalización de mercados, caída de la NAIRU y evolución de productividad.

© LA LEY Soluciones Legales, S.A.

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