Estrictamente hablando, monetización es la concesión directa de préstamos por parte del banco central al gobierno para financiar el déficit público. En un sentido más laxo, también podría incluirse en esta categoría el préstamo indirecto que se produce a través del impuesto inflacionario.
El banco central es una institución pública, pero en la mayoría de países no pertenece al “gobierno”, que es la institución encargada de aplicar la política fiscal y, por tanto, de decidir el volumen de déficit público en que se incurre. No obstante, la financiación del déficit sí puede relacionar ambas instituciones, y, por tanto, la política monetaria y la política fiscal, ya que el banco central puede contribuir a financiarlo a través de distintas vías:
- — Préstamos directos: El banco central concede un préstamo al gobierno, al que entrega una cantidad en efectivo. Esta cantidad se anota en el activo del banco central, pero también supone un incremento del pasivo, ya que aumenta la cantidad de efectivo en circulación. De esta forma, se está creando base monetaria, que además acabará dando lugar a un aumento todavía mayor de la cantidad de dinero. Esta “multiplicación monetaria” se producirá cuando los agentes económicos a los que el gobierno pague con este efectivo depositen al menos una parte en su banco, poniéndose en marcha el proceso de creación de dinero bancario.
- — Impuesto inflacionario: Los incrementos de oferta monetaria están relacionados a largo plazo con mayores tasas de inflación. Cuando se produce inflación de una forma imprevista, se reduce el valor de todos los pasivos públicos que no están protegidos frente a esta subida de precios. Por ejemplo, porque su valor está fijado en términos nominales. Esto quiere decir que la deuda pública en circulación reducirá su valor en términos reales, suavizando la restricción presupuestaria del gobierno y mejorando la financiación de su déficit.
Como se ve, los gobiernos pueden verse beneficiados a corto plazo cuando el déficit se monetiza: de una forma directa logran recursos para hacer frente a sus gastos con un coste menor que la emisión de deuda, e indirectamente se genera un impuesto inflacionario que reduce el valor real de la deuda en circulación. Sin embargo, esta forma de financiación del déficit, que históricamente se ha producido cuando los bancos centrales no disponían de independencia frente al gobierno, dificulta el control de la política monetaria por parte del banco central e incentiva conductas demasiado laxas por parte de las autoridades fiscales, ya que no se enfrentan a la restricción de tener que acudir a los mercados financieros para captar los recursos con los que financiar su gasto público. De hecho, muchos de los episodios históricos de hiperinflación están relacionados con estas prácticas.
Por esta y otras razones, un número cada vez mayor de bancos centrales han sido dotados de independencia respecto al gobierno, de forma que puedan controlar la oferta monetaria y la inflación sin interferencias derivadas de la necesidad de financiar el déficit público. De hecho, el tratado de la Unión Europea prohíbe expresamente a todos los bancos centrales —el Banco Central Europeo y los bancos centrales nacionales— financiar directamente a cualquier nivel de gobierno.
Recuerde que...
- • Los gobiernos pueden verse beneficiados a corto plazo cuando el déficit se monetiza, ya que logran recursos para hacer frente a sus gastos con un coste menor que la emisión de deuda, a la vez que se genera un impuesto inflacionario que reduce el valor real de la deuda en circulación.
- • El banco central es una institución pública, pero en la mayoría de países no pertenece al “gobierno”, que es la institución encargada de aplicar la política fiscal y, por tanto, de decidir el volumen de déficit público en que se incurre.
- • La financiación del déficit puede relacionar a gobiernos y bancos, ya que el banco central puede contribuir a financiarlo a través de préstamos directos o por el impuesto inflacionario.
- • Un número cada vez mayor de bancos centrales han sido dotados de independencia respecto al gobierno, de forma que puedan controlar la oferta monetaria y la inflación sin interferencias derivadas de la necesidad de financiar el déficit público
- • El tratado de la Unión Europea prohíbe expresamente a todos los bancos centrales (BCE y bancos centrales nacionales) financiar directamente a cualquier nivel de gobierno