Cuando se habla del modelo de costes de una empresa, se hace referencia a la proporción de costes que formarán parte del producto o servicio.
La utilización de uno u otro modelo vendrá determinada por la dirección, en función de los objetivos que se persigan y de la naturaleza de la toma de decisiones a realizar.
Tradicionalmente los modelos de coste se han clasificado en:
- - Modelos de Coste Completo
- - Modelos de Coste No Completo
Los modelos de Coste Completo, son los que se emplean para la toma de decisiones a largo plazo, y se pueden clasificar en:
- - Modelo de Coste Completo Total: Incluye todos los costes generados en la empresa, en la valoración de los productos o servicios: Directos, indirectos, variables, fijos, de producción, de venta, de administración y financieros.
- - Modelo de Coste Completo Industrial: Incluye sólo los costes relacionados con la actividad productiva, por lo tanto no recoge costes de administración ni financieros en la valoración de los productos o servicios.
Los modelos de Coste No Completo son los que se emplean para la toma de decisiones a corto plazo, y se clasifican en:
- - Modelo de Coste Variable o “Direct Costing”:
Propugna la inclusión en el coste de los productos o servicios solo de los costes variables de producción, estableciendo que todos los costes fijos son considerados costes del período, al ser independientes del nivel de producción.
- - Modelo de Imputación Racional de las Cargas de Estructura: Propugna la inclusión en el coste de los productos o servicios, de los costes variables más una parte de los costes fijos (costes fijos imputables), trasladando el resto de cargas de estructura directamente a la cuenta de resultados.