Concepto
Uno de los componentes fundamentales de la demanda interna en la mayoría de los países es el consumo, tanto privado como público. El consumo privado es la demanda de bienes de consumo final que realizan los hogares. Mientras que el consumo público, es el gasto en bienes de consumo que realizan las administraciones públicas. La suma de ambos nos permite conocer el gasto total en bienes de consumo.
La demanda interna es la suma del gasto en consumo, en inversión y en compras de bienes y servicios por parte del Estado en una economía durante un período de tiempo.
Los componentes de la demanda interna se pueden hallar si a la demanda agregada se le restan las exportaciones netas, que son las exportaciones menos las importaciones. A partir de la demanda agregada medida a través del método del gasto:
Y = C + I + G + XN
Si detraemos las exportaciones netas, representadas por XN, se obtienen los componentes de la demanda interna:
Y = C + I + G
Consumo (C), inversión (I) y compras de bienes y servicios por parte del Estado (G). En algunas ocasiones cuando se estudia la demanda interna podemos encontrar que solo nos indican los componentes del consumo y la inversión. En este caso están haciendo referencia al consumo, privado y público, y a la inversión, privada y pública, por lo que el gasto por parte del Estado ya ha quedado contabilizado en cada uno de estos componentes.
Es necesario tener en cuenta que en estos componentes se hallan contabilizados bienes y servicios de producción nacional y extranjera. Es decir, la demanda interna es la suma de los gastos de las familias, de las empresas y del Estado en bienes y servicios, independientemente del lugar donde hayan sido producidos, puesto que no han sido restadas las importaciones (contempladas en las exportaciones netas).
Por otro lado, cuando se habla de la demanda de consumo debe distinguirse entre consumo interior y consumo nacional. El primero es el que se realiza en bienes producidos en el propio país (independientemente de la nacionalidad de quien los consuma), mientras que el segundo es el consumo que realizan los residentes (independientemente de la nacionalidad de quien produzca el bien).
También cabe hacer una distinción entre el gasto en consumo y el consumo efectivo de un bien. Puede ocurrir que las administraciones públicas realicen el gasto (por lo que no se incluiría en la categoría del gasto en consumo privado), pero que sí sean los hogares los que los disfruten. Por ejemplo, cuando una familia disfruta de las medicinas pagadas por la Seguridad Social está realizando un consumo efectivo, que en este caso es individual, aunque no lo haya pagado.
Dentro de este consumo final que realizan tanto las familias como las administraciones públicas está el consumo intermedio, que es el valor de los bienes y servicios que se utilizan como inputs en el proceso de producción de nuevos productos, excluyendo los activos fijos (máquinas, edificios).
Para la producción de cualquier producto es necesario utilizar otros que ya han sido producidos en otra rama de producción. Por ejemplo, el pan se hace con la harina (consumo intermedio de la panificadora) que a su vez utilizó trigo (consumo intermedio de la fábrica de harinas).
El consumo intermedio puede incorporarse sin transformación a los bienes finales (los tornillos utilizados para ensamblar un mueble); puede transformarse (la harina con que se hace el pan) o simplemente puede consumirse por completo (la electricidad con la que funcionan las máquinas).
Los bienes de capital también son inputs que se utilizan en el proceso productivo, pero, a diferencia de los bienes intermedios, intervienen en el proceso productivo durante varios períodos. Aunque van desgastándose por su uso, no se «consumen» en la producción de un bien.
El valor añadido de cada fase de producción es la diferencia entre el valor de la producción final y el valor de todos los consumos intermedios que se han realizado. El PIB de una economía puede calcularse sumando solo el valor de mercado de los bienes finales (no intermedios) producidos o sumando el valor añadido que se genera en cada rama de producción.
Tipos de bienes de consumo
Dentro de la producción final de una economía puede distinguirse entre bienes de consumo y bienes de capital. Los primeros son aquellos que se destinan a la satisfacción directa de necesidades de algunas personas, mientras que los segundos se utilizan junto al trabajo, materias primas y bienes intermedios para producir a su vez otros bienes y servicios.
Los bienes de consumo incluyen tanto aquellos que se agotan por completo en un período corto —la alimentación, una entrada de cine— como otros que ofrecen al que lo adquiere un flujo de servicios durante un período más largo —un automóvil, un electrodoméstico—. Estos últimos se denominan bienes de consumo duradero, pero en ellos no se incluyen las viviendas nuevas adquiridas por los hogares, que se consideran un gasto de inversión (bien de capital). Por tanto, los bienes de consumo duraderos son aquellos que pueden ser utilizados un gran número de veces después de su adquisición. Su característica principal y lo que les diferencia del resto de bienes de consumo es que el consumidor obtiene un flujo de servicios continuo durante un tiempo relativamente largo (entre cinco y quince años). Los ejemplos más claros son los automóviles, los muebles o los electrodomésticos. Los bienes de consumo no duraderos se agotan por completo en un solo acto (alimentos, electricidad...) o en un espacio de tiempo mucho más corto (vestido).
Tanto la dimensión temporal como otras características propias, hacen que la decisión de compra de los bienes de consumo duraderos se asemeje a la adquisición en bienes de capital. Sin embargo, se incluyen en la contabilidad nacional dentro de la rúbrica de gastos de consumo y no de inversión. Sí se considera inversión la adquisición de una vivienda nueva por parte de una familia.
El precio de los bienes duraderos es relativamente alto en relación con la renta de una familia en el período, lo cual tiene algunas consecuencias importantes. El proceso de adquisición es más largo del que se utiliza para el resto de bienes de consumo; se incurre en costes relevantes relacionados con la búsqueda de información y suelen adquirirse utilizando algún tipo de financiación, o tras un período más o menos prolongado de ahorro.
Por esta razón, las variaciones del tipo de interés real tienen mucha más influencia en la demanda de este tipo de bienes de consumo que en aquellos que no son duraderos.
Otro determinante fundamental de la demanda de bienes de consumo duraderos es el stock existente en un momento determinado. Las familias tienen un stock deseado de bienes de este tipo y, dado su alto precio, van aproximando el stock existente al deseado progresivamente.
Otra característica de los bienes duraderos es que la variabilidad de su demanda, a lo largo de las distintas fases del ciclo económico, es mucho más acusada que la de otros productos. Las ventas de automóviles que se producen en un período, por ejemplo, suponen un porcentaje pequeño del stock existente, por lo que no hay de hecho un flujo regular de compras. Estas pueden ajustarse más fácilmente que otras a las condiciones económicas cambiantes, que en el caso de otros bienes que se consumen en el momento, y que, por tanto, tienen que ser repuestos más frecuentemente.
Otra forma de expresar esta misma idea es que la elasticidad de la demanda de este tipo de bienes es claramente superior a corto plazo que a largo plazo.
Recuerde que...
- • El gasto total en consumo supone la mayor parte del PIB.
- • Cabe distinguir entre consumo privado y consumo público. A su vez, este último se puede dividir entre consumo individual y consumo colectivo.
- • Los bienes de consumo incluyen tanto aquellos que se agotan por completo en un período corto como otros que ofrecen al que lo adquiere un servicio más largo.
- • Los bienes de consumo intermedio son los que se reutilizan en el proceso productivo para producir a su vez otros bienes, que pueden ser de consumo o de capital.