Concepto
La contabilidad es el proceso de identificar, medir y comunicar información económica apta para permitir juicios y decisiones documentados a los usuarios de dicha información. Esta definición de contabilidad fue emitida por la American Accounting Association en 1966 y después de los años que han pasado se sigue ajustando punto por punto a la realidad actual de lo que es la técnica de registro contable.
Origen y evolución de la contabilidad
Hasta llegar al momento actual, el camino recorrido por la contabilidad no ha sido fácil. Desde los primeros registros contables que se realizaron 4.000 años antes de J.C., la primera evidencia de un sistema completo de teneduría de libros por partida doble fue hallada en los registros de un mercader medieval de Génova. La circunstancia más importante que dio auge a la contabilidad fue el desarrollo del comercio en las ciudades Italianas medievales.
La primera obra que se publicó, y que describe el sistema de teneduría de libros por partida doble, fue la escrita por fray Luca Paccioli en 1494 “Summa de Aritmética, Geometría, Proportioni et Proportionalitá”. Paccioli fue un fraile franciscano que vivió casi toda su vida como maestro y erudito.
En ese momento la finalidad de la contabilidad era:
- — Dar información al mercader de su activo y su pasivo.
- — Al contabilizar se mezclaban los asuntos personales del dueño del negocio con los propios del negocio.
- — No existía el concepto de ejercicio económico, y el carácter de continuidad del negocio.
- — Tampoco había una unidad monetaria estable única.
En los siglos XVII y XVIII el auge de las ciudades Italianas comenzó a declinar. El descubrimiento del nuevo mundo y la apertura de nuevas rutas mercantiles hicieron que los centros de comercio se trasladaran a España y Portugal y luego a Amberes y Países Bajos, con lo que el sistema de teneduría de libros se extendió a estos países.
Se empezó a practicar el cálculo del saldo de pérdidas y ganancias al cierre de cada ejercicio, introduciendo el concepto de ejercicio económico y medio siglo después se aconsejó que los balances se hicieran también en intervalos de tiempo específicos.
Los libros de texto de los siglos XVII y XVIII comenzaban a personalizar las cuentas y las transacciones.
En los siglos XIX y XX se produjo su desarrollo más rápido y acelerado, debido a los cambios producidos en la economía particularmente en Estados Unidos y en Gran Bretaña. La sociedad económica se volvió más compleja y se vió la necesidad de informar no solo al propietario del negocio (quien tomaba las decisiones) sino también a los accionistas, inversores, acreedores y el gobierno.
Los cambios de mayor calado se produjeron de 1800 a 1930, destacando los siguientes:
- — La presentación de libros de texto de teneduría de libros y el desarrollo de métodos nuevos de enseñar contabilidad.
- — La Revolución Industrial con su influencia en la contabilidad de costes y la contabilización de la depreciación.
- — El crecimiento y desarrollo de los ferrocarriles.
- — La regulación gubernativa de los negocios.
- — La imposición fiscal de las empresas.
- — El desarrollo de la sociedad anónima, el crecimiento de los gigantes industriales y financieros mediante fusiones.
- — La influencia de la teoría económica.
Hoy en día con el auge de las firmas de auditoría, la evolución ha sido patente y se puede decir que la contabilidad es el lenguaje utilizado en los negocios, y es el medio más adecuado para elaborar la información económico financiera de la empresa necesaria para los usuarios, es decir, las personas encargadas de la toma de decisiones en la empresa.
La contabilidad como ciencia o técnica de registro
La contabilidad, como ha ocurrido con otras ramas del conocimiento humano, ha nacido de la práctica, las limitaciones de la mente humana que llevaron a los comerciantes a necesitar una técnica de registro para las operaciones que realizaban en sus negocios.
Con la evolución de la técnica contable surgió la discusión entre los diferentes autores de calificar a la contabilidad como ciencia o no.
La palabra ciencia tiene un contenido filosófico preciso y determinado, que, por consiguiente, no puede ser objeto de aplicación caprichosa sin riesgo de inducir a confusión terminológica.
La ciencia es, ante todo sistema. La ciencia se estructura partiendo de un conjunto de conceptos que se ordenan en juicios que, a su vez, se integran en razonamientos, fundamento o antecedente inmediato de la ciencia. Se puede distinguir entre ciencias formales y ciencias empíricas.
Dentro de las ciencias empíricas se observa el carácter mutable de la realidad o soporte material de la ciencia o del conocimiento que nosotros tenemos de la misma. Todo esto se muestra de forma evidente en el ámbito de la contabilidad, en el de la economía, y en definitiva en el social.
El profesor Schneider afirma que “la contabilidad es el nombre genérico de todas las anotaciones y calculos que se llevan a cabo en la empresa con objeto de proporcionar:
- — Una imagen numérica de lo que en realidad sucede en la vida y en la actividad de la empresa.
- — Una base de cifras para las actuaciones de la gerencia”.
Con esta definición, se aprecia claramente su carácter de técnica de registro, pero según el profesor Fernández Pirla: “todo problema o cuestión contable es un problema de discriminación y calificación de resultados, en definitiva un problema de arbitraje que exige la preexistencia de un criterio.”
Como consecuencia de todo lo anterior, el carácter científico de la contabilidad está claro por su adscripción al campo de la económica, por lo que la podemos calificar según este autor como Ciencia Económica por la naturaleza de los elementos sobre los que opera, por el fin que persigue (el conocimiento de la situación económica) y en los métodos que utiliza, se aprecian relaciones muy fuertes con el derecho (relaciones formales) e instrumentales con las matemáticas.
Para otros tratadistas como Quesnot la contabilidad tiene tres objetivos: la fijación del patrimonio, la determinación de los resultados y el cálculo de costes, pero lo fundamental en la información contable para este autor no es la transmisión de los datos sino la interpretación de los mismos. Es tan fundamental la idea del razonamiento de la contabilidad, que a los libros antiguos se los llama libros de razón. Por tanto, lo importante de la contabilidad y del contable no son los datos en si mismos, sino su interpretación.
La escuela Italiana de la contabilidad, encabezada por Masi, la entiende como la ciencia que se ocupa del patrimonio de las empresas, “el gobierno del patrimonio, en su aspecto económico, implica el conocimiento de la auténtica situación del mismo”, ”presenta el patrimonio como un todo coordinado con un determinado destino”.
El patrimonio, es el campo de actuación de la contabilidad, representa su aspecto económico inicial, cualitativo y cuantitativamente, y, posteriormente, registrará las sucesivas variaciones que se van produciendo en él a lo largo de la vida de la empresa.
Por tanto, es necesario que la información que transmite la contabilidad no sea una mera exposición de datos, sino que sea lo suficientemente explícita para que la dirección pueda interpretarla y tomar decisiones.
Usuarios de la información contable: a quién informa la contabilidad y qué información suministra
La contabilidad, suministra información a diferentes unidades económicas.
La empresa, unidad de producción por excelencia tiene un claro objetivo, la creación de riqueza a través de la producción de bienes o de la prestación de servicios, para lo cual toma del exterior una serie de bienes y servicios que debidamente transformados revierten al exterior. La diferencia entre el valor de lo que entrega y el valor de lo que la empresa ha recibido es la riqueza o beneficio generado.
Toda empresa, con independencia de su tamaño o actividad, tiene necesidad de registrar las operaciones que realiza con los clientes, proveedores, entidades de crédito, personal etc. Este registro debe permitir conocer en todo momento la composición de su patrimonio y las modificaciones que se produzcan en el mismo, como consecuencia de la actividad que realiza e informar sobre ello a aquellas personas que, de una u otra manera, están relacionadas con ella:
Las empresas pueden clasificarse:
Por razón del objeto. Atendiendo a la actividad que desarrollan:
Los usuarios de la información serán de dos tipos:
- — Usuarios internos: todas aquellas personas que participan en la toma de decisiones, por ejemplo dirección de la empresa, administradores etc.
- — Usuarios externos: aquellas personas que no participan en la toma de decisiones, pero se ven afectados por los resultados de la empresa, por ejemplo accionistas, proveedores, acreedores y los poderes públicos.
La contabilidad suministra información de la situación inicial del patrimonio de la empresa (véase “Patrimonio”), todas las variaciones que a lo largo del ejercicio económico se van produciendo en él y la situación final al cierre del ejercicio a través de las cuentas anuales (véase “Cuentas anuales”) o Estados Financieros:
- — Balance de Situación.
- — Cuenta de Resultados.
- — Memoria.
- — Estado de Cambios de Patrimonio Neto.
- — Estado de Flujos de Tesorería.
Estos documentos forman una unidad y deben ser redactados con claridad y mostrar la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y de los resultados de la empresa, de conformidad con las disposiciones legales (básicamente Código de Comercio, Ley de Sociedades de Capital y Plan General de Contabilidad).
Las Cuentas Anuales se elaboran obligatoriamente una vez al año, al terminar el ejercicio económico. Actualmente, las empresas realizan estados intermedios y complementarios periódicamente con los mismos criterios que las Cuentas Anuales.
El soporte material de esta información son los libros contables (véase “Libros contables”).
Los libros obligatorios según la legislación mercantil son:
- — El Libro Diario.
- — EL Libro Inventario y Cuentas Anuales.
Los libros voluntarios pueden ser:
- — El libro Mayor.
- — Libros Auxiliares (caja, almacenes etc).
División de la contabilidad
La contabilidad puede dividirse tomando como referencia diferentes criterios, destacando como más representativos los siguientes:
- 1. Atendiendo a su ámbito de aplicación, puede distinguirse entre:
- — Microcontabilidad: cuyo campo de actuación son las unidades económicas de producción, es decir las empresas, así como las unidades de consumo. Dentro de esta parcela de la contabilidad se incluirá también la utilizada por las corporaciones públicas o ayuntamientos.
- — Macrocontabilidad: la que aplica el Estado para elaborar la Contabilidad Nacional por agregación de las macromagnitudes (ingreso nacional, gasto nacional, renta nacional, etc.) y recoge toda la actividad económica nacional durante un período de tiempo (año, semestre etc.). No utiliza los criterios técnicos de la microcontabilidad, sino que, más bien, se apoya en métodos estadísticos y econométricos.
- 2. Atendiendo al tipo de información que facilita:
- — Contabilidad Financiera o Externa, cuyo objetivo es facilitar la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y de los resultados generados por la empresa. Los criterios en los que se basa la contabilidad externa están recogidos en el Plan General Contable.
- — Contabilidad Analítica de Costes, Industrial, de Gestión o Interna, que calcula los costes de los productos o servicios. Los usuarios de esta contabilidad son únicamente internos: utilizando esta información para controlar la gestión de la empresa.
Normativa contable
La contabilidad, como sistema de información dentro y fuera de la empresa, tiene que ser comprensible y clara para todos aquellos agentes que tengan acceso a ella y además debe ser objetiva, imparcial y neutra.
Para que esto se cumpla, la información contable está sometida a unos criterios principios, y normas de elaboración contenidas en el Plan General Contable que garantizan su objetividad.
La creciente internacionalización empresarial, hace a su vez imprescindible una armonización en cuanto a estos criterios, normas y principios anteriormente mencionados, que permitan la comparación de los estados financieros de diferentes países con el fin de facilitar decisiones de inversión.
No basta en estos momentos con la aceptación de la práctica habitual contable para asumirla como norma general, es necesaria la aprobación de una serie de principios emitidos por diversos organismos que regulan la información económico financiera emitida por las empresas.
En España el organismo que emite normas de contabilidad es público: el Instituto de Contabilidad y Auditoria de Cuentas (ICAC), dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda (véase “Instituto de contabilidad y auditoria de cuentas, ICAC)”).
Existe a su vez una Normativa Contable Internacional (NIC) emitida por el Internacional Accounting Standard Borrad (IASB) organismo privado (véase “Comité de normas internacionales de contabilidad, IASB)”).
Estas normas son el fundamento de la actual normativa contable contenida en el Plan General de Contabilidad 2007.
El Plan General Contable 2007 incluye actualmente el Marco Conceptual como primera parte, donde se definen los conceptos contables, se dan las pautas, criterios y principios a seguir y respetar a lo largo del proceso de elaboración de los documentos contables o cuentas anuales, en los siete apartados en los que se divide de obligado cumplimiento (véase “Marco conceptual”).