Concepto
Cuando se constituye una cartera de inversión, ya sea de renta fija o de renta variable, lo habitual es que se haga con vocación de permanencia, esto es, se pueden comprar o vender valores aprovechando los altibajos del mercado, pero normalmente hay valores que siempre se tienen en cartera, y los movimientos suelen producirse de forma esporádica.
Si se tratara de una cartera de elevada cuantía, los movimientos todavía serían más complicados, ya que no se puede vender un millón de acciones Acerinox en una jornada bursátil, so pena de hundir la cotización del valor, e incluso es posible que no se consiga contrapartida.
Sin embargo, un gestor de una cartera debe plantearse aprovechar los movimientos generales de los mercados, esto es, cuando se produce un alza excesiva de cotizaciones, debería tratar de cubrirse para cuando el mercado recorte y vuelva a la senda lógica de crecimiento.
La cobertura de la cartera se debe realizar utilizando productos derivados. De esta manera, no es necesario vender los activos de la cartera, sino que se contratan productos que permitan aprovechar los movimientos del mercado apostando por una determinada tendencia. Evidentemente, se asumen los riesgos correspondientes.
Subyacente
El subyacente del derivado dependerá de los activos de la cartera. Si se trata de una cartera de renta fija que tiene bonos a diez años, parece lógico utilizar como cobertura el bono nocional a ese plazo. Si se tratara de otros plazos se buscaría también el bono correspondiente, no siendo habitual que se contraten derivados sobre un bono específico. Lo mejor es trabajar en términos de duración media de la cartera, y buscar el subyacente adecuado.
Si se trata de una cartera de renta variable, la situación es un poco más complicada. Si tenemos una cartera diversificada, que tiene la mayoría de los valores del Ibex, se podrían contratar derivados sobre el índice, ya que habría una elevada correlación entre los movimientos del mercado y los de la cartera.
Si se trata de acciones concretas, habría que verificar que existan contratos sobre dichas acciones, ya que no todas tienen esa posibilidad, al menos en el mercado oficial, y no es fácil que un broker asuma el riesgo de contratar un derivado over-the-counter (operación bilateral sin cotización en el mercado) sobre unas acciones poco líquidas.
Verificado que existen futuros y opciones sobre las acciones, se podría contratar la cobertura total o parcial de las acciones que tenemos en cartera, aunque las horquillas de precios suelen estar bastante abiertas en determinadas acciones que no se consideran blue chips (los principales valores por volumen de contratación y por tamaño de la empresa), y el coste de la cobertura puede ser muy elevado.
Cobertura con futuros
Es la cobertura más habitual por su sencillez. Si tenemos una cartera con un subyacente de 10 millones de euros, y queremos cubrirla en su totalidad, venderíamos contratos de futuros del subyacente correspondiente por ese importe, si queremos cobertura total, o por una parte de ese importe, si queremos cobertura parcial.
El precio del futuro lo marca la cotización de mercado, y según cual sea el subyacente, suele ser bastante transparente. Si, por ejemplo, se trata de una cartera de renta fija a diez años, venderíamos futuros sobre el bono nocional por el importe anterior al plazo del próximo contrato (hay marzos, junios, septiembres y diciembres). Ello significaría que si estamos hoy en el mes de abril, tendríamos cubierta nuestra cartera durante dos meses.
La cobertura de la cartera con futuros supone que en sí no tenemos posición, es decir, los 10 millones que tenemos en cartera los hemos vendido realmente a futuro, y por eso ya no nos afecta la cotización que puedan tener los bonos durante dos meses.
Evidentemente, no estamos obligados a vender nuestros valores dentro de dos meses, ya que si nuestra apuesta en tendencia fuera correcta, el precio de los bonos a diez años habría bajado en varias semanas, y entonces es el momento de comprar los futuros (que habrían bajado de precio), obteniendo un diferencial a nuestro favor, que nos habría compensado de la bajada de valor de nuestra cartera.
Cobertura comprando opciones de venta
Es la más efectiva de todas, pero tiene un coste elevado, ya que el precio de las opciones de venta, o prima a pagar al emisor de las opciones, es alto en los mercados.
Siguiendo con el ejemplo anterior, en este caso, compraríamos una opción de vender futuros sobre el bono nocional, solo si nosotros queremos, y por ello pagaríamos por ejemplo una prima del 2 %, es decir, 200.000 €, la cual una vez pagada es a fondo perdido.
Con ello, tenemos el derecho pero no la obligación de vender un subyacente de 10 millones de euros durante dos meses. Nuestra posición es mucho más cómoda que vendiendo futuros, ya que si el mercado baja, la ejercitamos y tenemos el mismo beneficio que con el futuro, a excepción de la prima pagada. Pero si el mercado sube, no la ejercitamos, y aprovechamos la subida de valor de nuestra cartera, cosa que si hubiéramos vendido a futuro no podríamos aprovechar.
Cobertura emitiendo opciones de compra
Es la menos efectiva, pero tiene a su favor, que el propietario de la cartera recibe la prima que paga el comprador de las opciones. Si el precio se ajusta adecuadamente, puede ser una fuente de ingresos adicional para la cartera, ya que los propietarios de las opciones o no las ejercitarían o lo harían con un diferencial inferior a la prima pagada.
Siguiendo con el ejemplo anterior, en este caso, emitiríamos una opción de comprar futuros sobre el bono nocional, que se ejercitaría solo si quiere el que nos la compra, y por ello recibiríamos por ejemplo una prima del 2 %, que nos es pagada a fondo perdido; es decir, ya es un beneficio para nosotros.
Con ello, tenemos la obligación de vender nuestros 10 millones de euros en bonos a diez años durante los próximos dos meses, si el comprador de la opción nos requiere para ello. Nuestra posición obviamente no es cómoda, ya que si el mercado sube, el comprador de nuestra opción nos requerirá para que le vendamos al precio inferior que habíamos contratado previamente, y lógicamente nuestra cartera dejará de percibir esta subida. Pero si el mercado baja, el comprador no ejercitará su opción, puesto que puede comprar en el mercado más barato, y nosotros habremos ingresado la prima sin tener que mover nuestra cartera. Esta prima nos compensaría total o parcialmente de la bajada de cotización experimentada por nuestra cartera en el mercado.
Recuerde que...
- • El subyacente del derivado dependerá de los activos de la cartera.
- • La cobertura con futuros, es la cobertura más habitual por su sencillez.
- • La cobertura comprando opciones de venta, es la más efectiva de todas, pero tiene un coste elevado, ya que el precio de las opciones de venta, o prima a pagar al emisor de las opciones, es alto en los mercados.
- • La cobertura emitiendo opciones de compra, es la menos efectiva, pero tiene a su favor, que el propietario de la cartera recibe la prima que paga el comprador de las opciones. Si el precio se ajusta adecuadamente, puede ser una fuente de ingresos adicional para la cartera.