Concepto
La clientela bancaria es el conjunto de personas que utilizan los servicios ofrecidos por las entidades de crédito. Desde la perspectiva bancaria, existe una diferenciación fundamental de su clientela entre los “clientes de activo” (aquellos que utilizan los créditos y préstamos concedidos por la entidad) y los “clientes de pasivo” (los que depositan fondos en la entidad a través de cuentas corrientes, cuentas de ahorro, imposiciones a plazo, etcétera).
Los bancos tratan de conocer a sus clientes y establecer con ellos relaciones que se prolonguen en el tiempo y les sean rentables. En este sentido, uno de los aspectos que más preocupa a las entidades bancarias es la posibilidad de estructurar su clientela en distintos segmentos, en los que poder agrupar a clientes con características homogéneas, con el fin de ofrecerles productos y servicios adaptados a sus intereses. De este modo, a los clientes particulares se les puede dividir en distintos segmentos según sea su nivel de renta, mientras que al colectivo de empresas se las puede agrupar en distintas categorías según la cifra de facturación anual que alcancen. También existen otros modos de segmentación que hacen referencia a elementos tales como la edad de los clientes o su ubicación geográfica, que normalmente se combinan para obtener un perfil determinado, por ejemplo, joven urbano, trabajador por cuenta ajena, con ingresos inferiores a treinta mil euros. Los bancos, en su afán de ganar cuota de mercado captando nuevos clientes, adaptan sus segmentos de clientela a la evolución de la sociedad y del mercado. En España, sin ir más lejos, hemos podido ser testigos, con el fenómeno reciente de la llegada de mano de obra extranjera, de una segmentación de la oferta bancaria dirigida al colectivo de inmigrantes con productos y servicios adaptados a sus necesidades.
Recuerde que...
- • Los “clientes de activo” son aquellos que utilizan los créditos y préstamos concedidos por la entidad.
- • os “clientes de pasivo” son los que depositan fondos en la entidad a través de cuentas corrientes, cuentas de ahorro, imposiciones a plazo, etcétera.