Expresión anglosajona que en el mundo financiero y mercantil se corresponde con el hecho de que una comisión o gasto en el que se incurre en la contratación de una operación financiera se pague a la firma del contrato y mediante un determinado porcentaje sobre el principal contratado.
Un ejemplo muy claro de comisiones at front son las comisiones de apertura y estudio de las pólizas de crédito y préstamo que otorgan los bancos a sus clientes. Estas comisiones tienen una gran importancia en la determinación del coste de financiación para los solicitantes de los créditos o préstamos, especialmente si se trata de operaciones a corto plazo, ya que el efecto en la Tasa Anualizada Equivalente (TAE) de la operación puede ser muy elevado.