Concepto
De una forma general se denomina coste del capital al coste de los recursos financieros utilizados. Habitualmente, suelen utilizarse recursos financieros de procedencias diferentes, por lo que, para medirlo se emplea una media del coste de las distintas fuentes financieras utilizadas, ponderadas en función del peso que tiene cada una de ellas en el valor financiado total. A esta media se la conoce como “coste de capital medio ponderado”.
El coste de capital tiene una gran importancia en la toma de decisiones financieras ya que:
- — Sirve como referencia de la rentabilidad mínima que debe obtener la empresa con sus inversiones, ya que la citada rentabilidad debe superar el coste de los recursos empleados para financiar la misma. Por este motivo, es una de las tasas utilizada como tipo de descuento en los métodos de valoración de inversiones.
- — Es un elemento clave para determinar la estructura financiera de la empresa, o combinación entre las diferentes fuentes financieras.
- — Permite relacionar las decisiones de inversión y financiación.
En el análisis del coste de capital se parte de los factores que lo determinan y, posteriormente, se estudia el coste de cada una de fuentes financieras que lo forman. Para ello, se agrupan en dos grandes bloques; el coste de los recursos propios y el de los recursos ajenos. Para finalizar, se calcula el coste de capital medio ponderado que sirve como medida del coste de capital.
Factores determinantes del coste de capital
Siguiendo a Juan Mascareñas y Gustavo Lejarriaga, los principales factores que determinan el coste de capital de una empresa son:
- — Las condiciones económicas. Este factor determina la oferta y la demanda de capital, de forma que, cuanto menor sea la oferta de capital mayor será el coste de la financiación ajena.
- — El riesgo del mercado. Cuando este aumenta los inversores exigirán mayores rendimientos, por lo que la emisión de títulos supondrá un mayor coste para la empresa.
- — La situación de la empresa afecta a la rentabilidad que exigen los socios de las acciones de la empresa y por tanto a su coste del capital.
El coste de los recursos propios
Los recursos propios son aquellos a los que la empresa no tiene que hacer frente en forma de devolución. Por este motivo no tienen un coste explícito, pero si tienen un coste implícito o de oportunidad, que puede calcularse de diversas formas. Seguidamente se analiza el coste del capital social y el de la autofinanciación.
Coste del capital social
Cuando una empresa emite acciones, u otros títulos representativos de su capital social, no está obligada a retribuir a sus propietarios con un tipo de interés determinado (como ocurre en los empréstitos). El compromiso se limita a repartir dividendos, solo en el caso de que la empresa obtenga beneficios y siempre que no se decida mantenerlos en la misma como reservas. Por tanto, estas aportaciones al capital social no tienen un coste explícito para la empresa. Sin embargo, sí tienen un coste implícito o coste de oportunidad, que viene dado por la rentabilidad requerida por los socios de la empresa como compensación por haber aportado fondos. Esta rentabilidad se basa en las cantidades que los socios reciben de la empresa, por lo que si esta no cumple sus expectativas, el accionista venderá las acciones, produciendo una reducción en el precio de las mismas. Por tanto, el coste de las aportaciones al capital social se puede definir como la rentabilidad que deben obtener los accionistas, a través de los dividendos, para que se mantenga inalterada la cotización de las acciones. A la hora de cuantificar este coste existen varios métodos, entre los que destacan el de actualización de dividendos y el basado en la teoría de carteras.
a) Método de actualización de dividendos
En este caso, el coste se calcula como la tasa de actualización que iguala el valor de mercado de los títulos con el valor actualizado de los dividendos futuros de la empresa. Dado que las acciones no tienen una fecha de vencimiento y que es difícil hacer una previsión futura de la evolución de los dividendos, el cálculo suele basarse en supuestos de constancia y de crecimiento a una tasa fija.
Así, siendo:
En caso de que se considere duración ilimitada y dividendos crecientes a una tasa anual acumulativa, “f”, el coste del capital acciones, se calcula:
Ejemplo:
Las acciones de una empresa tienen un valor nominal de 10 euros, un valor de cotización de 18 euros y se espera que repartan un dividendo constante del 8 % sobre el valor nominal. Determinar el coste que tienen para la empresa sus acciones
Al tratarse de dividendos constantes, el valor de “ke” se despeja de la siguiente expresión:
¿Qué coste tendrían las acciones, en el caso de que la empresa opte por incrementar el dividendo a una tasa constante anual del 2 % desde el próximo reparto?.
b) Método basado en la teoría de carteras
En este caso el cálculo de “ke” se basa en la teoría del equilibrio en el mercado de capitales. Según la misma, un inversor que no asume ningún riesgo obtendría una rentabilidad (Rf) a la que se denomina rentabilidad libre de riesgo. Solo estará dispuesto a asumir una unidad de riesgo si por ella recibe una rentabilidad adicional que se mide mediante la denominada prima de riesgo (diferencia entre la rentabilidad del mercado (Rm) y la propia rentabilidad libre de riesgo (Rf)). La cantidad de riesgo que se asume con las acciones de una empresa viene determinada por su coeficiente de volatilidad, que mide la relación entre la rentabilidad de los títulos de la empresa y la del mercado. De esta forma, el coste de las aportaciones al capital social se identifica con el rendimiento del título de forma que:
Ke = Rf + (Rm - Rf) ßi
Siendo:
- — Rf: Rentabilidad de un activo libre de riesgo en el mercado.
- — Rm: Rentabilidad del mercado (puede medirse mediante un índice de referencia).
- — ßi: Coeficiente de volatilidad del título analizado.
Ejemplo:
Se desea conocer el coste de capital de una empresa cuyo coeficiente de volatilidad es de 1,3. La rentabilidad de los activos libres de riesgo es del 3 % y la del mercado del 7 %.
En este caso el coste se calcula de la siguiente forma:
Ke = Rf + (Rm - Rf) ßi = 0,03 + (0,07 - 0,03) 1,3 = 0,082 = 8,2 %
Como puede observarse, los inversores exigen la rentabilidad libre de riesgo (3 %) y, de forma adicional, una prima por el riesgo derivado de la inversión. La citada prima (4 %) se obtiene de la diferencia entre la rentabilidad que ofrece el mercado (7 %) y la rentabilidad de los activos sin riesgo (3 %). Por su parte, el riesgo de la empresa se mide mediante su coeficiente de volatilidad, obteniendo un coste del capital social del 8,2 %.
Coste de la autofinanciación
En la autofinanciación la empresa utiliza recursos generados por ella misma como una fuente financiera, por lo que puede parecer que no tienen coste para la empresa. Sin embargo, al igual que ocurre con el capital social, la autofinanciación no tiene un coste explícito, aunque si un coste de oportunidad. Este coste se encuentra determinado por la rentabilidad que obtendrían los accionistas si la empresa, en lugar de retener el beneficio en forma de autofinanciación, repartiese estos recursos como dividendos. Por tanto, los socios requerirán que la empresa logre, con estos recursos, una rentabilidad al menos similar a la que obtendrían ellos en caso de que se produzca el mencionado reparto. Dado que este reparto se realiza a través de las rentas futuras generadas por las acciones a sus propietarios (dividendos y beneficio por venta), se suele aplicar como coste de la autofinanciación (Ka) el mismo coste determinado para el capital social (Ke).
De esta forma: Ka = Ke.
El coste de los recursos ajenos
Los recursos ajenos son aquellos derivados de fuentes financieras en las que la empresa se compromete a devolver la cantidad recibida y una serie de cantidades adicionales en concepto de intereses o cupones. Dentro de estos recursos se analiza el coste de los préstamos bancarios y de las emisiones de empréstitos.
El coste del préstamo bancario
Los préstamos bancarios tienen un coste explícito que viene determinado, fundamentalmente, por el interés que la empresa se compromete a pagar. En caso de que no existan comisiones ni pagos adicionales el coste de este tipo de recursos coincide con el interés fijado en el mismo. Sin embargo, en el momento en el que se añadan este tipo de elementos es necesario calcular el coste como la tasa de actualización o descuento que iguala el valor actual de los fondos recibidos (descontando comisiones) con el valor actual de las salidas de fondos para atender el pago de los intereses y la devolución del principal.
Siendo:
- — P: Principal.
- — C: Comisiones.
- — n: Duración.
- — P1: Principal devuelto en el período “i”.
- — I1: Intereses devueltos en el período “i”.
- — Kp: Coste del préstamo o crédito.
En caso de incluir el efecto de los impuestos, hay que tener en cuenta que los intereses de los préstamos son fiscalmente deducibles, por lo que el coste del préstamo debe reducirse aplicando el tipo al que está sujeta la empresa en el Impuesto sobre sociedades (ts). De esta forma, el coste después de impuestos (Ké) queda de la siguiente forma:
Ké = ke – (ke x ts) = ke (1-ts)
Por otra parte, el cálculo de “Kp” ofrece problemas cuando el préstamo tiene una vida superior a dos años. En estos casos, puede utilizarse una calculadora financiera o las funciones recogidas en las diferentes hojas de cálculo. Si no se dispone de estos medios puede calcularse un valor aproximado (Kp*) mediante la fórmula:
El valor exacto de “Kp” se encuentra por encima del aproximado (Kp > Kp*).
Ejemplo:
Una empresa solicita un préstamo a una entidad financiera por importe de 30.000 euros. El plazo de amortización es de 3 años, el interés del 10 % y el sistema de amortización lineal. Determinar el coste del préstamo para la empresa teniendo en cuenta que implica unos gastos de formalización de 300 euros a pagar en el momento de la concesión del préstamo.
Los pagos derivados del préstamo son:
El coste de los empréstitos empresariales
La emisión de empréstitos es otra de las fórmulas que tiene la empresa para financiarse. En este caso la empresa recibe del obligacionista una cantidad, comprometiéndose a la devolución de la misma y a compensar a este con unos cupones. Estos cupones pueden expresarse como un tipo de interés sobre el valor nominal, que es lo que suele considerarse como de los empréstitos. Sin embargo, en caso de que existan primas de emisión o de reembolso, así como otras comisiones el coste sufre variaciones. El citado coste se calcula, al igual que en el caso anterior, como la tasa de actualización o descuento que iguala el valor actual de los fondos recibidos con el valor actual de las salidas de fondos, para atender el pago de los cupones y la devolución del principal.
Siendo:
- — P-PE: Cantidad recibida por la empresa al emitir las obligaciones (una vez descontadas reducciones en el valor de emisión “PE”).
- — C: Comisiones.
- — n: Duración.
- — (P1 + PR1): Importe de la obligación devuelto en el período “i”. (incluyendo primas de reembolso PRi).
- — I1: Cupones pagados en el período “i”.
- — ki: Coste de la emisión de obligaciones.
En este caso, se repiten el ajuste de carácter fiscal y los problemas de cálculo mencionados para los préstamos bancarios.
Ejemplo:
Una empresa emite un empréstito formado por 2.000 obligaciones, con un valor nominal de 20 euros, un cupón anual de 2 euros, y una prima de reembolso del 10 %. La vida de las obligaciones es de 3 años, amortizándose todas ellas en el último período. Determinar el coste de está emisión para la empresa.
Los pagos derivados de las obligaciones son:
El coste de capital medio ponderado
El denominado coste del capital o coste del capital medio ponderado, es la media ponderada del coste de las diferentes fuentes financieras que utiliza la empresa. Las ponderaciones se fijan mediante la proporción que cada fuente representa en el total de la financiación. Se utiliza como referencia del coste de capital de la empresa, por lo que en ocasiones también recibe esta denominación. Su formulación es la siguiente:
Siendo:
- — k0 = Coste del capital medio ponderado.
- — K1 = Coste de la fuente financiera “i” para i = 1, 2, ..., n.
- — F1 = Recursos de la fuente financiera “i” (en el caso del capital social debe recogerse el precio de mercado, mientras que en las deudas hay que incluir las cantidades recibidas por la empresa libres de gastos).
- — T = Suma de todos los recursos de la empresa T = R1 + R2 + ... + Rn.
Ejemplo:
Determinar el coste de capital medio ponderado de una empresa cuyo capital social está formado por 2.000 acciones con un valor de mercado unitario de 30 euros y un coste del 12 %. También dispone de un préstamo por importe de 10.000 euros (coste del 10 %) y reservas por un importe de 12.000 euros.
Para determinar el coste de capital medio ponderado es necesario calcular el total de los recursos de la empresa: T = (2.000 x 30) + 10.000 + 12.000 = 82.000 euros.