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Responsabilidad social corporativa

Responsabilidad social corporativa

Puede definirse como la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y ambientales en sus operaciones empresariales y sus relaciones con sus interlocutores o compromiso voluntario de las empresas con el desarrollo de la sociedad y la preservación del medio ambiente, desde su composición social y un comportamiento responsable hacia las personas y grupos sociales con quienes se interactúa.

Marketing y Comercial

¿Qué es la responsabilidad social corporativa?

Hay muchas definiciones sobre responsabilidad social corporativa (o responsabilidad social de la empresa). Las definiciones más frecuentes, y realizadas desde el enfoque denominado business case, tienen dos elementos en común: la mención a la voluntariedad y la mención a los stakeholders.

Por un lado, se enfatiza que la RSE supone un acto voluntario por parte de la empresa. Así la ha definido la Comisión Europea en el Libro Verde sobre la RSE, el Foro de Expertos español y así la definen muchos autores: integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y ambientales en sus operaciones empresariales y sus relaciones con sus interlocutores (Comisión Europea, Libro Verde sobre RSE, 2002) o compromiso voluntario de las empresas con el desarrollo de la sociedad y la preservación del medio ambiente, desde su composición social y un comportamiento responsable hacia las personas y grupos sociales con quienes se interactúa (AECA, 2005).

Al decir que supone un acto voluntario se podría entender que se excluye el cumplimiento de la legislación como parte de la RSE. Como expresa el reciente informe Howitt (Comunicación del Parlamento Europeo a la Comisión, ((2006/2133(INI)), la empresa podría decir que es socialmente responsable aun cuando no cumple la regulación local o internacional, pongamos, sobre derechos humanos, ya que la definición ha separado de forma tajante la RSE del cumplimiento de la regulación.

Otros insisten en que la inclusión de voluntario debe entenderse más bien como que la RSE va más allá del mero cumplimiento de las normas. Esto es, se asume que la empresa debe cumplir la legislación más estricta sobre cada asunto. La RSE sería ir más allá de lo que dicta la ley. Sobre este punto, que la RSE debe entenderse como beyond compliance, hay también acuerdo entre autores, autoridades y empresas.

Sin embargo, el problema viene cuando, en un entorno global, hay que aclarar si una acción concreta es o no es RSE; facilitar la negociación colectiva sería RSE en China, pero no en España, ya que este derecho está recogido en nuestra regulación. Igualmente, hay dimensiones incluidas en la RSE que están reguladas en casi todos los países, como la corrupción. En estos caso, sería RSE adoptar medidas más allá de lo exigido por la regulación o fijar objetivos más ambiciosos que los exigido por la ley (por ejemplo, que las personas con minusvalía supongan el 7% de la plantilla).

Además, es importante aclarar que RSE y acción social no son lo mismo, aunque frecuentemente se confunden. Como explican los promotores de Alternativa Responsable (alternativaresponsable.org), el marketing social, no es responsabilidad social y algunos quieren quedarse sólo en eso, y aunque hay extraordinarias, y cada vez mejores, iniciativas de Acción Social, la RSE es mucho más que Acciones Sociales puntuales. Porque queremos que la competencia en materia de RSE sea leal y no se manipule este valor, defendemos una cultura integral de la RSE, basada en el diálogo con los colectivos y grupos de interés de la empresa y realizada paulatina pero seriamente. De manera flexible pero integral a todos los planos de la actividad empresarial.

La Acción Social (o filantropía estratégica) se puede definir como una estrategia sostenida de inversión en la comunidad, que trata de alinear los objetivos empresariales con las necesidades sociales, medio ambientales y económicas de la comunidad en la que opera la empresa, con el fin de promover los intereses a largo plazo de la empresa y reforzar su reputación, al tiempo que se resuelven de forma efectiva las necesidades de la comunidad.

El segundo elemento que comparten las definiciones es la referencia a los grupos de interés o stakeholders y sus demandas. La RSE se concreta en conocer, comprender y atender las demandas de los stakeholders y darles satisfacción. Implica el establecimiento de canales de comunicación y compromiso con los grupos de interés. Por lo tanto, no es del todo "voluntaria"; es voluntaria la decisión de iniciar un sistema de gestión RSE peor una vez en marcha, la empresa se verá "obligada" a dar satisfacción a las demandas expresadas por sus stakeholders.

En inglés, además de RSE se está popularizando otro término: accountability. Al traducirlo a castellano, la mayoría lo utiliza como sinónimo de rendición de cuentas (transparencia). Sin embargo, en inglés, tiene un matiz más fuerte que responsabilidad. Se puede entender que tiene dos dimensiones: answerability y enforceability; esto es, supone dar cuenta de lo que se ha hecho y lo que se ha conseguido (la dimensión de transparencia transparencia), pero también implica dar a la sociedad capacidad para retirar la licencia para operar.

¿Qué enfoques pueden distinguirse?

Se distinguen dos enfoques claros en la RSE: el business case y el society case. Simplificando una realidad más compleja, se puede afirmar que las empresas tienden a ver la RSE desde el enfoque RSE, igual que la Unión Europea y otros gobiernos nacionales, como España. El enfoque society case es más frecuente entre organizaciones de la sociedad civil y sindicatos.

Business case

El business case defiende la RSE con argumentos económicos. Entiende que la RSE es una estrategia win-win, que permite a la empresa ganar dinero siendo responsable. La hipótesis de partida de este enfoque es que los mercados (de producto, de capital y de trabajo) recompensan a las empresas responsables y penalizan a las que no lo son. La vía fundamental de recompensa es indirecta: la RSE permite crear capitales intangibles, como reputación y valor de marca.

Una consecuencia de este enfoque es el rechazo a toda forma de intervención gubernamental: no es necesaria, ya que el mercado ofrece suficientes incentivos para que las empresas se comporten de forma responsable. Cualquier mecanismo de intervención distorsionaría el mercado, creando ineficiencias.

Se entiende también que la empresa, sola o en colaboración con otras empresas o stakeholders, puede regularse a sí misma. El business case es el enfoque dominante en la actualidad, como evidencia el crecimiento de estándares en materia de RSE (auto-regulación).

Society case

El society case ofrece una justificación moral o desde la justicia social de la RSE. En este enfoque, se rechaza la hipótesis básica del business case: no es cierto que haya suficientes incentivos de mercado en todos los países, todas las industrias, todos los contextos. Más aún, si fuera cierta la relación causa efecto entre RSC y beneficio, todas las empresas serían responsables y no habría, siquiera, incumplimientos de la regulación.

Los defensores del society case argumentan también que la RSE no siempre es una estrategia win-win. Muchas veces ser responsable exige hacer cambios estructurales que la empresa no está dispuesta a hacer, porque no generan beneficio ni a corto ni a largo plazo.

En consecuencia, los defensores del society case se manifiestan en contra de los sistemas de auto-regulación en los que únicamente participan empresas, los que no cuentan con sistemas de control o penalizaciones. Solicitan, además, la intervención del Estado, para que obligue, como mínimo, a la realización de informes de desempeño social y medio ambiental, con verificación de terceros.

¿Qué responsabilidades sociales tiene la empresa?

Aunque haya un concepto general de RSE, la definición de responsabilidades es un ejercicio relativo, ya que debe ser particularizado para cada empresa, porque depende de las demandas concretas de sus stakeholders.

Con todo, se ha tratado de identificar de forma teórica cuáles son las responsabilidades de la empresa. Estos modelos teóricos sobre responsabilidades son la base sobre la que se construyen los modelos de gestión específicos; de ahí que sea necesario su estudio.

Dos enfoques encontramos en la literatura para determinar el conjunto de responsabilidades que tiene la empresa: (1) definir el contenido en función de las responsabilidades de la empresa, a partir los distintos grados de compromiso que puede adquirir la empresa respecto a su entorno; (2) definir el contenido en función de los agentes o sujetos demandantes, esto es, de los stakeholders. Dado que se analiza el modelo stakeholder en otra voz de este trabajo, exponemos aquí varios modelos del primer tipo.

Carroll propone una formulación clásica de las responsabilidades sociales de la empresa. Este autor entiende que la responsabilidad social de la empresa tiene cuatro caras. En la primera formulación de 1979 planteaba que la responsabilidad social de la empresa comprende las "expectativas económicas, legales éticas y discrecionales que la sociedad tiene de las empresas en un momento dado". En 1998 re-escribió la definición: la empresa debe ser rentable (cumplir con sus obligaciones económicas), debe obedecer la ley (cumplir con sus obligaciones legales), mantener un comportamiento ético (cumplir con las obligaciones éticas) y devolver a la sociedad parte de lo que ésta le entrega a través de la filantropía.

Así, Carroll incluye las responsabilidades legales dentro de la definición de responsabilidades de la empresa, alejándose por tanto de la visión "beyond compliance". Además, Carroll insiste en que la filantropía es una responsabilidad de tipo discrecional, esto es, se puede ser perfectamente responsable sin necesidad de hacer filantropía (o ASE), mientras se cumplan con las demás responsabilidades.

No cabe duda que la ASE es voluntaria, ya que resulta una obligación de tipo terciario para la empresa. No se puede decir lo mismo de otras dimensiones de la RSE para las que puede haber obligación legal en ciertos países y, en todos, obligación moral (por ejemplo, conseguir la eficiencia energética, crear un buen clima laboral, pagar en plazo a proveedores, etc.).

Otra forma de definir las responsabilidades es por el nivel de "obligatoriedad moral" que suponen para la empresa. Así, cabe diferenciar entre responsabilidades primarias o inherentes a la actividad de la empresa. Son responsabilidades primarias el servir a la sociedad con productos útiles y en condiciones justas, crear riqueza, procurar la auto continuidad y un crecimiento razonable de la empresa, obedecer las leyes y cumplir los legítimos contratos y promesas, etc.

Las responsabilidades secundarias derivan de los impactos que la empresa tiene en sus stakeholders. Consisten en buscar y llevar a cabo alternativas de acción que, sin impedir el cumplimiento de las responsabilidades primarias den lugar a unos efectos resultantes favorables para los stakeholders.

Finalmente, las responsabilidades terciarias se caracterizan porque no están directamente relacionadas con su actividad específica, sino con las capacidades de la empresa para contribuir a resolver erosiones del bien común, junto con otros grupos sociales. Están subordinadas al cumplimiento de las responsabilidades primarias y secundarias, ya que son de tipo discrecional.

La Unión Europea, en el ya citado Libro Verde sobre RSC, presenta un modelo ligeramente diferente, ya que no habla de niveles de compromiso, sino que lista las responsabilidades de la empresa (y la lista no es exhaustiva). Distingue entre la dimensión interna y externa de la RSE. En la dimensión interna se incluye la gestión de recursos humanos, la salud y seguridad en el trabajo, la adaptación al cambio y la gestión de la empleabilidad y la gestión del impacto medio ambiental y el uso de recursos naturales. En la dimensión externa se incluye el trabajo con comunidades locales, las responsabilidades con socios comerciales, proveedores y consumidores, el respeto a derechos humanos y el trabajo para paliar y resolver problemas ecológicos mundiales.

¿Qué instrumentos utiliza la responsabilidad social corporativa?

Son instrumentos de RSC las herramientas que permiten que la empresa incorpore criterios de sostenibilidad en sus operaciones. Los instrumentos pueden estar estandarizados (aplicándose a varias empresas, de distintos sectores) o ser específicos de una compañía. Pueden ser formales o informales. Se pueden clasificar en tres tipos: de gestión, relativos al consumo responsable y los relativos a la inversión responsable.

Instrumentos de gestión

Son instrumentos de gestión los que permiten que la empresa operacionalice el enfoque RSC en medidas concretas. Se incluyen en esta categoría, los códigos y estándares (declaraciones formales que definen normas o principios que debe cumplir una empresa, y, en algunos casos, sus proveedores o contratistas), sistemas de gestión (herramientas que dan especificaciones para integrar criterios de sostenibilidad en prácticas específicas), reporting social o medio ambiental (publicación de la orientación y resultados de la estrategia de RSC de la empresa), sistemas de diálogo con stakeholders y ASE.

Instrumentos de consumo responsable

Entran en esta categoría los sistemas de etiquetado social y medio ambiental, necesarios para influir en la decisión de compra de los consumidores, de forma que elijan productos que hacen una mayor contribución a la sostenibilidad. Pueden referirse a características del producto (eficiencia energética en bombillas), a su modo de producción (respetando estándares laborales en ropa) o a su forma de comercialización (pagando un precio justo a los proveedores en comercio justo).

Instrumentos de inversión responsable

Son los que permiten el desarrollo de esta forma de inversión, sea por la vía del activismo accionarial, sea por la vía de la gestión ética de carteras. Se incluyen aquí las agencias de social rating o social screening (EIRIS o KLD) y los índices éticos, como Dow Jones Sustainability Index o Footsie4Good.

Recuerde que...

  • Es la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y ambientales en sus operaciones empresariales.
  • Se distinguen dos enfoques claros en la RSE: el business case y el society case.
  • La definición de responsabilidades es un ejercicio relativo, ya que debe ser particularizado para cada empresa, porque depende de las demandas concretas de sus stakeholders.
  • Son instrumentos de RSC las herramientas que permiten que la empresa incorpore criterios de sostenibilidad en sus operaciones

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