Concepto
El riesgo cambiario o riesgo de tipo de cambio es el fenómeno que se produce cuando un agente económico realiza una transacción económica o financiera con el exterior en una moneda distinta a la nacional, de tal forma que dispone de un volumen de activos en moneda extranjera distinto al volumen de pasivos en moneda extranjera, en cuyo caso las variaciones que registre el tipo de cambio a lo largo del tiempo afectarán a la rentabilidad de la transacción realizada.
El riesgo cambiario surge, por tanto, del hecho de que los tipos de cambio pueden variar a lo largo del tiempo y, en consecuencia, siempre que se realice una transacción en moneda extranjera y exista un período de espera en el cobro o en el pago y, dado que el tipo de cambio que exista en el futuro puede ser distinto al actual, puede ocurrir que surjan pérdidas (o ganancias) que no estén relacionadas con el negocio normal. Es precisamente esta posibilidad de que se produzcan pérdidas, como consecuencia de la variación del tipo de cambio, lo que habitualmente se conoce como riesgo cambiario.
El riesgo cambiario va a surgir en toda transacción económica y financiera siempre que activos y pasivos en moneda extranjera no coincidan. Por tanto, existirá riesgo cambiario en cualquier operación de comercio exterior de bienes o servicios, en cualquier operación financiera de crédito en moneda extranjera, así como en transacciones de inversión extranjera directa.
El papel que juega el riesgo cambiario en las transacciones con el exterior es dual en el sentido de que, por un lado, la existencia de riesgo cambiario supone un obstáculo a las transacciones económicas con el exterior (en especial, al intercambio de bienes y servicios y a la inversión extranjera directa) pero, por otro lado, es el origen de una parte sustancial de los flujos internacionales de capital en la medida que posibilita la obtención de beneficios a través de la especulación cambiaria y es precisamente esta la que da origen a importantes movimientos de capital a corto plazo.
El riesgo cambiario es posible evitarlo utilizando el mercado de divisas a plazo; pero esto, además de tener un coste, solo podrá ser utilizado para períodos cortos de tiempo. Por ejemplo, en una inversión directa a largo plazo siempre existirá un riesgo cambiario.
Un ejemplo de riesgo cambiario
Supongamos que un agricultor valenciano exporta naranjas al Reino Unido por importe de un millón de libras, pero el pago por parte del importador británico no se realiza en la fecha de entrega de la mercancía, sino tres meses más tarde. En consecuencia, el exportador de naranjas español tiene un activo en moneda extranjera, en concreto, en libras esterlinas y la variación que registre el tipo de cambio libra/euro desde la fecha en que se realiza la transacción económica y la fecha en que el exportador recibe el millón de libras va a alterar la rentabilidad de la transacción comercial realizada.
Por ejemplo, supongamos que en la fecha en que se realiza la operación el tipo de cambio libra/euro es de 1 euro = 0,9 libras, siendo precisamente este tipo de cambio el utilizado por el exportador español a la hora de acordar el precio del producto exportado. En consecuencia, su exportación por importe de un millón de libras supondría para él un ingreso de 1.111.111 euros.
Sin embargo, el tipo de cambio que va a existir en el mercado de divisas al contado tres meses más tarde, momento en el que reciba las libras esterlinas y las cambie por euros, para él es desconocido. Pudiendo ocurrir tres escenarios:
- a) Que la cotización del euro no haya variado, en cuyo caso la rentabilidad de la transacción comercial no se verá afectada como consecuencia del riesgo cambiario.
- b) Que el euro se deprecie frente a la libra (o lo que es lo mismo, que la libra se aprecie frente al euro) y, por ejemplo, el tipo de cambio libra/euro pase a ser de 1 euro = 1 libra, en cuyo caso el exportador de naranjas tan solo percibirá 1.000.000 de euros y, por tanto, el riesgo cambiario le habría originado una reducción en la rentabilidad de la transacción comercial.
- c) Que el euro se aprecie frente a la libra (o lo que es lo mismo, que la libra se deprecie frente al euro) y, por ejemplo, el tipo de cambio libra/euro pase a ser de 1 euro = 0,8 libra, en cuyo caso el exportador de naranjas percibirá 1.250.000 euros y, por tanto, el riesgo cambiario le habría originado un aumento en la rentabilidad de la transacción comercial.
Posturas ante el riesgo cambiario
Ante la existencia de riesgo de cambio, los agentes económicos pueden adoptar dos posturas distintas:
- a) Asumir el riesgo cambiario porque se piensa que se conoce cuál será la evolución que el tipo de cambio seguirá en el futuro y, por tanto, se está dispuesto a aceptar el riesgo derivado de la posible variación en el tipo de cambio. En este caso el agente económico mantendrá un volumen de activos en moneda extranjera distinto al de pasivos en moneda extranjera; en otras palabras, el agente económico actuará como un especulador.
- b) Evitar o cubrirse del riesgo, para lo cual el agente económico tratará de mantener un equilibrio exacto entre su volumen de activos y pasivos en moneda extranjera. En este caso se dirá que el agente económico actúa como “previsor o averso al riesgo cambiario”.
Especulación, arbitraje y riesgo cambiario
La especulación en el mercado de divisas consiste en asumir de forma deliberada el riesgo cambiario con la expectativa de obtener un beneficio. El especulador tiene expectativas definidas acerca de la evolución del tipo de cambio y está interesado en obtener un beneficio derivado de la variación que experimente el tipo de cambio. Por tanto, la asunción del riesgo cambiario es la base de la especulación.
Por el contrario, en las operaciones de arbitraje en moneda extranjera, aunque se obtiene un beneficio comprando y vendiendo moneda extranjera, el arbitrajista no está asumiendo ningún riesgo cambiario. El arbitrajista compra y vende moneda extranjera en el mismo momento del tiempo y conoce todos los precios y, en consecuencia, no asume ningún riesgo cambiario.
El especulador tiene expectativas acerca de la evolución futura de los tipos de cambio y está interesado en lograr una ganancia de capital comprando (vendiendo) cuando considera que el precio va a subir (bajar) en el futuro. Si el especulador acierta en sus expectativas, logrará un beneficio, si se equivoca sufrirá una pérdida.
La especulación se basa, por tanto, en la previsión y en la anticipación, de forma que, como hemos señalado anteriormente, el especulador también puede equivocarse si no prevé correctamente la evolución de los tipos de cambio futuros.
Cobertura del riesgo de cambio
Los agentes económicos no siempre están dispuestos a correr el riesgo de cambio, sino que en ocasiones utilizan mecanismos de cobertura del riesgo de cambio.
Por ejemplo, supóngase que un exportador español recibirá un millón de libras dentro de tres meses, pero no desea correr el riesgo cambiario. Para cubrirse de este, el exportador puede generar una obligación en libras exactamente de la misma cuantía que los ingresos esperados por sus ventas. Para lograr esto bastará con que el exportador pida un crédito en libras esterlinas de la misma cuantía y a un plazo de tres meses, luego vendería las libras en el mercado de cambios al contado al tipo de cambio actual, obteniendo sus fondos en moneda nacional. De esta forma dispondría de un activo y un pasivo en libras esterlinas a un plazo de tres meses, habiendo eliminado el riesgo de cambio. Evidentemente esta cobertura del riesgo de cambio tendría un coste, el derivado del tipo de interés que tendría que abonar.
Con independencia del anterior mecanismo para cubrir el riesgo cambiario, habitualmente denominado cobertura a la vista, existe otro mecanismo que constituye el medio natural de cobertura del riesgo cambiario, que es acudir al mercado de divisas a plazo.
Recuerde que...
- • Posturas ante el riesgo cambiario: asumir el riesgo o evitar o cubrirse del riesgo.
- • La especulación en el mercado de divisas consiste en asumir de forma deliberada el riesgo cambiario con la expectativa de obtener un beneficio.
- • Para cubrir el riesgo cambiario, cobertura a la vista, existe un mecanismo, que es acudir al mercado de divisas a plazo.