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Sector primario

Sector primario

El sector primario agrupa todas aquellas actividades económicas que suponen una extracción directa de la naturaleza y que obtienen bienes que son empleados como materias primas por otras industrias. Las principales ramas que componen el sector son la agricultura, la ganadería, la pesca y la silvicultura.

Sectores regulados

Concepto

El sector primario, algunas veces llamado agrícola, agrupa todas aquellas actividades económicas que suponen una extracción directa de la naturaleza y que, por tanto, obtienen bienes que son empleados como materias primas por otras industrias.

El sector primario ha constituido la principal actividad económica del hombre a lo largo de su historia, hasta que en el siglo XVIII fue desplazado por la industria o sector secundario como principal ocupación humana.

¿Qué actividades forman parte del sector primario?

Tradicionalmente se incluyen dentro del sector primario las siguientes actividades:

  • - Todas las agrícolas relacionadas con el cultivo de plantas.
  • - La ganadería o cría de animales.
  • - Actividades de caza y pesca.
  • - La silvicultura o cultivo de montes. También se incluyen las actividades relacionadas con la explotación de la madera.
  • - Por último la acuicultura o cultivo de especies acuáticas animales y vegetales.

Tradicionalmente se incluían dentro de las actividades propias del sector primario las de carácter extractivo, es decir, la minería. En principio por si mismas constituyen una actividad primaria, ya que no suponen transformación alguna del bien que es, a su vez, empleado como materia prima por otras empresas. Sin embargo no es menos cierto que en muchos casos la extracción implica transformación, ya que el mineral no se encuentra en estado puro, sino que es necesario transformarlo para que pueda ser empleado. Es por ello por lo que en la actualidad las actividades mineras se incluyen dentro del sector secundario o industrial.

Las actividades propias del sector primario se encuentran agrupadas en el epígrafe A de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE 2009). Dicha clasificación permite organizar de manera sistemática, para su posterior tratamiento estadístico, las diferentes actividades que se desarrollan en la economía. En concreto y dentro del sector agrícola se distinguen las siguientes actividades:

SECCIÓN A: AGRICULTURA, GANADERÍA, SILVICULTURA Y PESCA
Cultivo de cereales (excepto arroz), leguminosas y semillas oleaginosas
Cultivo de arroz
Cultivo de hortalizas, raíces y tubérculos
Cultivo de caña de azúcar
Cultivo de tabaco
Cultivo de plantas para fibras textiles
Otros cultivos no perennes
Cultivo de la vid
Cultivo de frutos tropicales y subtropicales
Cultivo de cítricos
Cultivo de frutos con hueso y pepitas
Cultivo de otros árboles y arbustos frutales y frutos secos
Cultivo de frutos oleaginosos
Cultivo de plantas para bebidas
Cultivo de especias, plantas aromáticas, medicinales y farmacéuticas
Otros cultivos perennes
Propagación de plantas
Explotación de ganado bovino para la producción de leche
Explotación de otro ganado bovino y búfalos
Explotación de caballos y otros equinos
Explotación de camellos y otros camélidos
Explotación de ganado ovino y caprino
Explotación de ganado porcino
Avicultura
Otras explotaciones de ganado
Producción agrícola combinada con la producción ganadera
Actividades de apoyo a la agricultura
Actividades de apoyo a la ganadería
Actividades de preparación posterior a la cosecha
Tratamiento de semillas para reproducción
Caza, captura de animales y servicios relacionados con las mismas
Silvicultura y otras actividades forestales
Explotación de la madera
Recolección de productos silvestres, excepto madera
Servicios de apoyo a la silvicultura
Pesca marina
Pesca en agua dulce
Acuicultura marina
Acuicultura en agua dulce

El sector primario ha sido el principal sector económico durante cerca de 10.000 años, tanto en lo que se refiere a su aportación al conjunto de la economía, como en lo referente a la ocupación de la población. La Revolución Industrial lo relegó a un segundo plano económico y en la actualidad en la mayor parte de las economías desarrolladas, supone una parte marginal del PIB y apenas ocupa a una proporción relevante de la población ocupada.

El nacimiento de la agricultura

El arqueólogo V. Gordon Childe denominó Revolución Neolítica al proceso que tuvo lugar hace diez mil años y que supuso que la agricultura se convirtiera en la principal actividad económica del hombre. Hasta entonces los hombres se habían dedicado fundamentalmente a la caza y a la recolección, se trasladaban de un sitio a otro, disponían de los recursos que encontraban y cuando se agotaban marchaban a otro lugar donde establecerse. La aparición de la agricultura constituyó la primera revolución económica de la humanidad, no porque provocase un cambio en la principal actividad económica del hombre, desde la caza y la recolección hasta la agricultura, sino porque supuso la aparición de derechos de propiedad sobre los recursos (cultivar unas tierras supone que alguien sea propietario de las mismas). Esto, a su vez, se tradujo en un desarrollo espectacular de la tasa de progreso material del hombre. De hecho, desde ese momento, la población humana comenzó a aumentar rápidamente, los núcleos de población crecieron y se produjeron importantes movimientos migratorios, apareciendo los primeros grandes Imperios de la Antigüedad. En efecto se trató de un proceso muy lento, de miles de años, pero crucial para la humanidad.

Pero, ¿qué provocó la aparición de la agricultura? Si bien el hombre se había diferenciado de los animales desde hacía más de un millón de años, las primeras formas de agricultura sedentaria no surgieron hasta mucho después, concretamente hasta hace diez mil años. Además lo hicieron de manera independiente, en diferentes momentos y lugares. Por ello los arqueólogos han desarrollado diversas teorías que tratan de explicar el porqué del paso de la caza a la agricultura. Si bien no son del todo concluyentes, si permiten adelantar una explicación económica a la cuestión. Los defensores de la Teoría del cambio climático mantienen que la última glaciación provocó un descenso de la caza, de manera que comenzó a ser necesario buscar alternativas para no morir de hambre. El problema de esta teoría reside en que los cambios climáticos no coincidieron ni en el tiempo ni en el espacio con la aparición de la agricultura, si bien tampoco resulta descabellado considerar que algo influyeran. La Teoría de la zona nuclear de Robert J. Braidwood (1963) considera que fue el aprendizaje de los hombres, quienes mediante la observación llegaron a conocer los animales y las plantas de su entorno, lo que provocó la aparición y posterior desarrollo de las actividades agrícolas, hasta llegar a convertirlas en las principales de la tribu, por encima de la caza y la recolección. Otros dos autores, Binford y Flannery, centraron su atención en el aumento de población que supuso un incremento de la presión sobre los recursos de caza disponibles. Esto provocó la posterior competencia entre las tribus por dichos recursos escasos, que acabó por agotarlos haciendo rentable desarrollar la alternativa agrícola. De cualquier manera, todas estas teorías descansan sobre la premisa de que, en un momento determinado, el hombre tuvo que enfrentarse a una elección, cazar o cultivar. Eligió la que le suponía un mayor nivel de bienestar según su situación. Tal y como señala el premio Nobel de Economía Douglas C. North, en el largo plazo, aquellos que escogieron, conscientemente o no, la opción “correcta”, esto es la agricultura, se vieron favorecidos por un proceso de selección natural.

La pérdida de importancia del sector primario

A mediados del siglo XVIII se inició en algunas regiones europeas un proceso que supuso el relevo del sector primario como principal sector económico. De la misma forma que una revolución económica, la primera, había supuesto el ascenso del sector primario y la aparición de la “civilización”, una nueva revolución ponía fin a cerca de 10.000 años de hegemonía de las actividades agrícolas en el conjunto de la economía. El sector primario cedía así el testigo a determinadas actividades industriales. Desde entonces hasta ahora, el sector agrícola ha ido perdiendo importancia en el conjunto del PIB de los países desarrollados, hasta llegar a suponer únicamente entre un 5 % y un 2 % de la producción nacional.

Cuadro 1. PIB Español por sectores económicos (%)

Sector PrimarioSector SecundarioSector Terciario
190029,930,339,8
191027,830,741,4
192031,930,237,9
193022,832,245,0
194026,823,249,9
195028,727,144,3
196023,534,741,7
197011,835,652,6
19855,737,556,8
19954,230,765,1
20053,030,566,5
20152,630,467,0
20182,631,565,9
Fuente: Prados de la Escosura, L. (2017) y Banco de España (2019).

Así, en el caso español, a comienzos del siglo XIX el sector primario aportaba un tercio del PIB (como se puede observar en el cuadro 1). A partir de entonces comenzó un descenso paulatino de la importancia de las actividades primarias en el conjunto de la economía española. Este descenso se aceleró en la segunda mitad de la década de los sesenta coincidiendo con el gran crecimiento experimentado por nuestra economía en esos años y aún más con la entrada de España en la Comunidad Europea y su Política Agraria Común de forma que a finales de siglo suponía menos del 5 % del PIB.

Coincidiendo con esta evolución, el porcentaje de población activa dedicada a tareas agrarias ha descendido de forma notable en estos dos últimos siglos. Si en la época preindustrial entre un 60 % y 80 % de la población se dedicaba a tareas propias del sector primario, tras la revolución industrial y el proceso de terciarización experimentado por las economías desarrolladas este porcentaje se ha reducido hasta un 2 % como media.

Para finalizar resulta necesario tener presente que esta pérdida de importancia relativa del sector primario ha sido posible gracias a un aumento en la productividad en este tipo de actividades. Esto, a su vez, permitió liberar recursos, mano de obra y capital, hacia otros sectores de actividad permitiendo con ello su desarrollo. De hecho, la transformación y mejora de la agricultura constituyó una condición indispensable para el proceso de industrialización. La combinación de cambios institucionales y mejoras tecnológicas en la agricultura permitieron incrementar notablemente la productividad del campo (y por tanto la producción), generando un excedente y permitiendo el crecimiento de determinadas actividades industriales. De esta forma el sector agrícola proveyó de mano de obra al industrial: al aumentar la productividad del campo ya no era necesaria tanta mano de obra para alimentar a una población creciente, por lo que esta podía dirigirse hacia otro tipo de empleos más productivos, los industriales. Además, gracias a estos excedentes se pudieron financiar las etapas iniciales de la industrialización.

Este proceso es extensible al resto de países en el mundo, en los que se observa que, a mayor nivel de renta y desarrollo, menor porcentaje tiene el sector primario en el PIB, dando paso a crecimientos del sector secundario a medida que el proceso de industrialización-desagrarización se va llevando a cabo. La mayor productividad comentada antes de la agricultura, ganadería y pesca es posible por la aplicación de tecnologías procedentes del sector industrial y que son comercializadas, aseguradas, transportadas y financiadas por el sector servicios, como se puede ver en el Cuadro 2.

Cuadro 2.- Distribución del PIB por sectores (%)

Sector PrimarioSector SecundarioSector Terciario
Países de renta alta3,3724,7771,86
Países de renta media-alta8,0134,7957,21
Países de renta media10,1333,9455,93
Países de renta media-baja17,6130,9551,44
Países de renta baja29,3929,0141,60
TOTAL mundial5,4627,4867,06
Fuente: World Development Indicators, Worldbank (2020)

Recuerde que...

  • El sector primario incluye las actividades agrícolas, ganaderas, caza y pesca, silvicultura y acuicultura.
  • Las actividades propias del sector primario se encuentran agrupadas en el epígrafe A de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE 2009).
  • Los países con menor nivel de desarrollo tienen un valor de la producción del sector primario más elevado en el Producto Interior Bruto de los países más desarrollados.
  • A medida que los países se desarrollan, aplican avances tecnológicos y sanitarios en la producción primaria, lo que impulsa el crecimiento del sector industrial y servicios.

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