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Rigideces nominales

Rigideces nominales

Tres teorías tratan de explicar la existencia de rigideces nominales en el mercado de trabajo: los costes de menú, los contratos salariales y las relaciones con la empresa basadas en el largo plazo.

Contabilidad y finanzas

Concepto

El término rigidez hace referencia a aquellas situaciones económicas en las que una variable, generalmente el precio, presenta cierta resistencia al cambio, a la adaptación, dificultando con ello los ajustes necesarios para volver a alcanzar el equilibrio en el mercado cuando ha tenido lugar cualquier cambio en el mismo. Por ejemplo, los salarios nominales son rígidos a la baja, lo que significa que si cambias las condiciones del mercado de trabajo y la nueva situación supone una caída en los salarios nominales, estos presentan una resistencia a dicha disminución: son rígidos a la baja. Esto dificultará que se alcance de nuevo el equilibrio en dicho mercado. La rigidez de cualquier variable puede ser al alza o a la baja.

Generalmente el término rigidez se identifica con el mercado de trabajo, en concreto con los salarios, y su incapacidad para responder a los cambios en la oferta y la demanda de este mercado de factores. Tradicionalmente explicado por los keynesianos en su vertiente nominal o monetaria, las nuevas teorías keynesianas han centrado su análisis en la rigidez de los salarios reales.

Rigideces en el mercado de trabajo

Los precios pueden ser rígidos impidiendo con ello el buen funcionamiento del mercado. A la hora de abordar el estudio de las rigideces se suele hacer expresa referencia al mercado de trabajo y a los salarios. No se debe olvidar que los salarios (w) no son más que un precio; el precio al que se intercambia el factor trabajo en su mercado.

En cualquier mercado competitivo mediante el libre juego de la oferta y la demanda, se determina un precio de equilibrio para el cual dicho mercado se vacía (la totalidad de bienes producidos y ofertados por las empresas son adquiridos por los consumidores o demandantes). Cualquier cambio que afectara a las funciones de oferta y/o de demanda, determinaría un nuevo precio de equilibrio para el cual el mercado de nuevo se vaciaría. Este mecanismo de ajuste sin embargo se puede ver interrumpido en aquellos casos en los que exista un cierto grado de rigidez. Ello provocaría, a su vez, una situación de no equilibrio, en la que a un precio concreto las cantidades ofertadas y demandadas no coincidieran.

Por ejemplo, en el mercado de trabajo concurren oferentes (mano de obra que desea emplearse) y demandantes (empresarios que necesitan mano de obra para producir los bienes que desean colocar en el mercado), determinando un salario de equilibrio para el cual toda la mano de obra que desea trabajar (Le) a ese salario (we) encuentra empleo. Sin embargo y como se ha comentado, los salarios nominales son rígidos a la baja, lo que se traduce en la aparición de desempleo. Supongamos que la demanda de trabajo disminuye puesto que el empresario no vende sus bienes y decide disminuir la producción. La demanda de trabajo se desplazaría hacia la izquierda como consecuencia de este hecho. El salario sin embargo no disminuye hasta el nuevo punto en que coincide oferta y demanda (w1), sino algo menos (w2) pues es rígido a la baja. La consecuencia de este hecho es la aparición de desempleo. Se solicitan L1 trabajadores, cuando en realidad para ese salario están dispuestos a trabajar L1' . El paro vendría determinado por la diferencia entre L1' y L1.

La existencia de paro involuntario quedaría entonces explicada como consecuencia de la presencia de rigideces en el mercado de este factor que impiden ajustarse precios y cantidades cuando cambian las condiciones del mercado. Desde este punto de vista en épocas de crisis siempre habrá paro, pues el salario nominal o monetario no disminuirá lo suficiente como para garantizar que el mercado se vacíe.

Por otra parte en situaciones de expansión y como consecuencia de la inflexibilidad de los salarios nominales al alza, el mercado de trabajo de nuevo no alcanzará el equilibrio. La cantidad de trabajo demandada será superior a la ofertada para un salario (w2) inferior al del nuevo equilibrio (w1), tal y como se puede observar en el gráfico 2.

En épocas de crisis y como consecuencia de la imposibilidad de ajuste en el mercado de trabajo derivada de la existencia de rigideces nominales, aumentará el desempleo. Por tal motivo en situaciones de expansión económica nos enfrentaremos a un exceso de demanda de trabajo.

¿Por qué los salarios nominales son rígidos?

El ajuste en cualquier tipo de mercado no es automático, lo que puede generar problemas en el corto plazo. La rigidez constituye un problema añadido pues dificulta ese ajuste en el corto plazo. Tres teorías tratan de explicar la existencia de rigideces nominales en el mercado de trabajo: los costes de menú, los contratos salariales y las relaciones con la empresa basadas en el largo plazo.

Existencia de Costes de Menú

Los costes de menú no sólo explican la rigidez en el mercado de trabajo sino también las rigideces que pueden aparecer en otros tipos de mercado. Hacen referencia al coste que supone para muchas empresas cambiar los precios para adaptarse a las nuevas condiciones del mercado. Supongamos una multinacional que produce una gran cantidad de bienes, para lo cual tiene empleados a una gran cantidad de trabajadores. Para esta empresa modificar los precios y/o los salarios de sus trabajadores ante cualquier cambio del mercado supondría un coste enorme, por lo que prefiere mantener invariable su lista de precios durante un período de tiempo más o menos largo. Recibe su nombre, coste de menú, de los menús de los restaurantes. A estos, antes del gran desarrollo de la ofimática, les resultaba muy costoso cambiar las cartas de los platos que ofertaban en sus negocios, pues tenían que hacerlas en imprentas. Por eso aunque los precios variaran no cambiaban las cartas, mantenían los precios estables a lo largo del tiempo. En este sentido por tanto, la resistencia al cambio en los precios y salarios nominales, sería una respuesta óptima a los costes de ajuste y a las reacciones adversas de los consumidores.

Contratos salariales

Otra de las razones por las que el salario nominal o monetario es rígido a la baja puede residir en la propia forma de los contratos y cómo en ellos se especifican los salarios. En efecto, los contratos indefinidos impiden una revisión a la baja de los salarios monetarios porque en ellos la relación contractual trabajador-empleador se establece por un período de tiempo indefinido sobre una base salarial que nunca puede bajar (en todo caso subir si se relaciona con la evolución de la inflación).

Relaciones de trabajo a largo plazo

El tercer y último tipo de teorías que tratan de explicar esta rigidez de los salarios en los mercados de trabajo, hace referencia a las variables determinantes del equilibrio en estos mercados. Hasta el momento se ha considerado que oferta y demanda de trabajo dependen de los salarios nominales, sin considerar otro tipo de factores que también pueden afectar al funcionamiento del mercado. En efecto la oferta de trabajo o mano de obra, desea, además de un salario, cierta estabilidad en su empleo para poder hacer frente a los cambios en la demanda. Por su parte la demanda de trabajo busca cierto nivel de implicación de sus trabajadores en el proyecto empresarial del que forman parte. Para ambas pues, además del salario nominal, resultan importantes otros aspectos, en concreto la capacidad de pagar un salario estable y que no varíe a lo largo del tiempo. Dotando de esta estabilidad a la relación contractual de trabajo, ambos agentes económicos pueden actuar de manera racional. Los contratos salariales a los que se hacía referencia con anterioridad, persiguen precisamente esto, que tanto empresa como trabajador tengan constancia y puedan planificar sus ingresos y sus gastos a lo largo del tiempo, sin verse afectados por fluctuaciones que les obligarían a ajustar sus previsiones con el consiguiente coste que esto tendría.

Existen además otro tipo de medidas que permiten dotar de estabilidad a las relaciones entre la oferta y la demanda de trabajo. Los planes de pensiones de la empresa, pagar un seguro médico al trabajador, aumentarle el sueldo a medida que pasen los años en su puesto de trabajo o permitirle tener acceso a acciones de la compañía, son medidas que tratan de ligar a los trabajadores con la empresa. Desde la otra perspectiva, el aumento del coste del despido a medida que aumenta el tiempo de empleo en una empresa, busca aumentar el compromiso entre el empresario y el trabajador.

En definitiva se trata de dotar de estabilidad a las relaciones laborales, con lo que el mercado de trabajo pierde su capacidad de ajuste vía salarios.

Se ha hecho referencia a tres teorías que tratan de explicar el comportamiento rígido de los salarios monetarios en el mercado de trabajo. En algunas de ellas parece vislumbrarse que tanto oferta como demanda de trabajo son conscientes de esta rigidez, a pesar de lo cual la mantienen, pues actúan no solo de manera racional sino también buscando un óptimo. A pesar de ello sin embargo sigue sin quedar del todo claro por qué un trabajador preferiría quedarse en el paro antes de rebajar su salario nominal, por lo que los salarios rígidos no podrían ser considerados óptimos.

Recuerde que...

  • Coste de menú: que supone para muchas empresas cambiar los precios para adaptarse a las nuevas condiciones del mercado.
  • Contratos salariales: los contratos indefinidos impiden una revisión a la baja de los salarios monetarios, en ellos la relación contractual trabajador-empleador se establece por un período de tiempo indefinido sobre una base salarial que nunca puede bajar.
  • Relaciones de trabajo a largo plazo: la oferta de trabajo o mano de obra, desea cierta estabilidad en su empleo para poder hacer frente a los cambios en la demanda.

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