Concepto
Los agregados monetarios son variables que cuantifican el dinero existente en una economía y que los Bancos Centrales suelen definir para efectuar el análisis y la toma de decisiones de política monetaria.
No resulta fácil definir la cantidad de dinero o los activos financieros que deben integrar una determinada definición de dinero, dado que muchos son sustituibles y la naturaleza y características de los activos financieros, de las operaciones y de los medios de pago cambian a lo largo del tiempo. Por este motivo los Bancos Centrales suelen definir varios agregados monetarios que serán analizados dentro de su estrategia de política monetaria.
Tipología
El dinero es un activo que cumple tres funciones principales: ser una unidad de cuenta, un medio de pago y un depósito de valor. Esta definición puede dar lugar a distintas medidas de lo que llamamos “agregados monetarios” u “oferta monetaria”, en función de que se incluyan más o menos activos con estas características. Por este motivo se suelen considerar varios tipos de agregados, como el M1, M2 y M3. Habitualmente los Bancos Centrales utilizan una definición amplia, como pueden ser las disponibilidades líquidas, o M3, en la UEM.
Los agregados monetarios en la zona euro
El objetivo primordial del Eurosistema es mantener la estabilidad de los precios y, dado que existe un amplio consenso en que la inflación es un fenómeno monetario a largo plazo, las variables monetarias pueden servir de guía para la ejecución de la política monetaria, puesto que contienen información muy útil sobre los movimientos futuros de los precios. También sirven para evaluar la situación del sistema financiero y de la economía en su conjunto.
El Eurosistema utiliza unos agregados monetarios de la zona euro basados en una definición armonizada tanto de los sectores: emisor (comprende las Instituciones Financieras y Monetarias --IFM-- residentes en la zona del euro) y tenedor de dinero (incluye todos los agentes que no son IFM y que residen en la zona del euro, excluida la Administración central), como de los pasivos de las Instituciones Financieras y Monetarias (IFM, instituciones cuyos pasivos tienen una naturaleza monetaria).
El Eurosistema ha definido varios agregados monetarios que difieren respecto al grado de liquidez de los activos que incluyen, de acuerdo con la práctica internacional y en función de diversas consideraciones conceptuales y estudios empíricos. Concretamente ha definido tres agregados monetarios para la zona del euro: un agregado estrecho (M1), un agregado intermedio (M2) y un agregado amplio (M3). Estos agregados se componen de:
- • M1: Compuesto por el efectivo en circulación (E) es decir, los billetes y monedas, y por los depósitos a la vista (D), que son aquellos saldos que pueden convertirse inmediatamente en dinero o utilizarse para pagos que no se hacen en efectivo
- • M2: Incluye M1 y los depósitos a corto plazo (depósitos a plazo (Da) hasta dos años y los depósitos disponibles (Dp) con preaviso de hasta tres meses)
- • M3: Comprende los pasivos incluidos en M2, más las cesiones temporales, las participaciones en fondos de inversión del mercado monetario, instrumentos del mercado monetario y los valores de renta fija con plazo original inferior a dos años.
Concretamente se incluiría en este último agregado M3:
M3 = E+D+Da+Dp+OPL; siendo OPL, Otros Pasivos Líquidos
Dentro de estos componentes de M3, las partidas integradas en M1 suponen aproximadamente el 45 % del agregado total, y las de M2, el 85 %. Los activos líquidos denominados en divisas en poder de los residentes en la zona del euro pueden ser sustitutos próximos de los activos denominados en euros. Por consiguiente los agregados monetarios incluyen dichos activos, siempre que estos se mantengan en IFM radicadas en la zona del euro.
El agregado monetario M3 es el más estable, y por ello ha sido elegido por el Eurosistema, dentro de su estrategia de política monetaria, para definir un valor de referencia para el crecimiento del agregado monetario. Concretamente, el Banco Central Europeo (BCE) anunció un criterio de referencia para el agregado monetario amplio M3, fijado en el 4,5 % en 1998, y que permanece en la actualidad, referido a una tasa de crecimiento interanual de M3 considerada compatible con la estabilidad de precios a medio plazo. Este valor es considerado un referente para el análisis de la información contenida en la evolución monetaria de la zona del euro. Pero dado el carácter a medio y largo plazo de la perspectiva monetaria, las decisiones de política monetaria no responden de forma automática a las desviaciones del crecimiento de M3 respecto de su valor de referencia, sino que ofrece información de los riesgos inflacionistas a largo plazo que pudieran darse en la eurozona.
El crecimiento monetario y la inflación a largo plazo
En el largo plazo la tasa de inflación viene determinada por la política monetaria aplicada por el Banco Central. Existe una relación directa a largo plazo entre la tasa de crecimiento de la oferta monetaria y la tasa de inflación, por lo que las autoridades tratan de fijar incrementos de la oferta monetaria que permitan alcanzar la inflación objetivo.
Esto es así porque se parte de la ecuación de Fisher, expresada como
A partir de esta ecuación, si suponemos que la velocidad media de circulación (V) es muy estable a CP (su tasa de variación es más o menos 0), se puede establecer un objetivo monetario intermedio en términos de variación de la cantidad de dinero, compatible con las variaciones de la renta real y del nivel de precios, y, por tanto, de la renta nominal, fijadas como objetivos finales por el Gobierno. Esta ecuación vincula el objetivo intermedio (M) con los objetivos últimos (Y o P).
Si además suponemos que la tasa de crecimiento de la renta en términos reales está poco influida o nada a largo plazo por factores monetarios, el Gobierno la tomará como dato y el objetivo de política económica sería reducir la inflación. Quedaría pues:
En la eurozona, el valor de referencia del crecimiento monetario (M3) se fija para que resulte coherente con la estabilidad de precios (2 %). Este valor se fija teniendo en cuenta el comportamiento de determinadas variables monetarias en el medio plazo como son la estimación de la tendencia del crecimiento potencial (2 % - 2,5 %), y la disminución tendencial de la velocidad de circulación del dinero (0,5 % - 1 %).
El BCE revisó el valor de referencia del crecimiento monetario (M3) en 2002 y lo fijo en el 4,5 %. La desviación entre el crecimiento interanual efectivo de (M3) con respecto al valor de referencia permite evaluar la evolución monetaria y la estabilidad futura de los precios. En la Figura 1 se analiza la evolución de la oferta monetaria respecto al valor de referencia, y se deduce que, en el período analizado, el crecimiento del agregado monetario M3 se ha mantenido siempre por encima del nivel objetivo fijado por el Banco Central, lo que muestra que el Banco Central ha utilizado M3 para el objetivo de crecimiento económico y el tipo de interés a corto plazo para el de inflación. También se observa que el crecimiento de M3 ha sufrido desaceleraciones que se corresponden con políticas restrictivas y aceleraciones que son políticas expansivas.
Recuerde que...
- • El Eurosistema ha definido tres agregados monetarrios: un agregado estrecho (M1), un agregado intermedio (M2) y un agregado amplio (M3).
- • M1: Compuesto por el efectivo en circulación, y por los depósitos a la vista,
- • M2: Incluye M1 y los depósitos a corto plazo hasta dos años y los depósitos disponibles.
- • M3: Pasivos incluidos en M2, más las cesiones temporales, las participaciones en fondos de inversión del mercado monetario, instrumentos del mercado monetario y los valores de renta fija con plazo original inferior a dos años.