Concepto
La capacidad de procesos hace referencia a la cantidad máxima de bienes y servicios que pueden obtenerse en un determinado periodo de tiempo, trabajando en condiciones normales. En este sentido, la capacidad de procesos no tiene por qué coincidir con la capacidad efectiva (existencia de capacidad ociosa no utilizada) o la capacidad punta (sobreutilización de la maquinaria, horas extraordinarias del personal, etc.).
La elección de la capacidad productiva de la empresa conlleva una enorme transcendencia, consecuencia de que es una decisión empresarial vinculante a largo plazo. Esto es debido a:
- a) El elevado volumen de capital que exige una decisión de tal envergadura.
- b) Porque una vez determinadas y construidas las instalaciones, supone una limitación para el resto de decisiones relacionadas con el sistema productivo.
Características
La capacidad de dichos procesos establece el grado de respuesta de la empresa ante el mercado, su nivel tecnológico, la estructura de costes, etc. Si la capacidad no es la adecuada, la empresa puede verse inmersa en dos tipos de situaciones problemáticas:
- a) Puede que la fábrica esté sobredimensionada, por lo que se enfrenta a un problema de capacidad ociosa. Esto deriva en unos mayores costes y, por lo tanto, menores márgenes de beneficio. Es cierto, que a medio y largo plazo, la empresa podría plantearse ampliar la cartera de productos, trabajar para otras empresas, expandirse a otros mercados, etc., para solventar este problema.
- b) Por el contrario, puede que la demanda del producto sea mayor de lo que se había estimado, por lo que la empresa no sea capaz de alcanzar el volumen de producción necesario para hacer frente a sus ventas. De ser ésta la situación, pueden plantearse diferentes soluciones a este problema. Una opción puede ser subcontratar parte de la producción a otra empresa, pero esto supondría perder el control de parte de la cadena productiva, lo cual también puede traer consigo una pérdida de la calidad de los productos. Otra alternativa a considerar es compartir parte de las instalaciones y equipos con otra empresa.
Por otro lado, puede que el problema de capacidad insuficiente tenga su origen en un cuello de botella. Para subsanar esta dificultad, la empresa se verá obligada a aumentar la capacidad en el departamento dónde se produzca el estrangulamiento de la producción, para evitar la pérdida de clientes. Ante esta situación, se pueden aplicar medidas temporales tales como la programación de horas extra del personal de ese departamento, el alquiler de equipos adicionales o la utilización del stock de seguridad, en el caso de su existencia en la empresa.
Los factores que hay que tener presentes a la hora de determinar y planificar la capacidad de la empresa son de diversa índole y procedencia. Pueden ser inherentes a la empresa (como por ejemplo el diseño del producto y/o servicio, necesidad y situación actual de capital humano, etc.) o propios del entorno donde la organización desarrolla su actividad (tales como regulaciones gubernamentales, subvenciones, etc.).
Existen tres estrategias básicas que pueden implantar las empresas industriales para aumentar la capacidad de las mismas (proactiva, reactiva y neutral), pero la implantación de cualquiera de estas estrategias debe estar en consonancia con las características operativas y técnicas de las instalaciones existentes, así como con la estrategia global de la empresa. Para evaluar dichas alternativas futuras de inversión, relativas a la capacidad de los procesos productivos, existen numerosas técnicas. La más característica de todas ellas son los árboles de decisión.
Recuerde que...
- • Puede que la fábrica esté sobredimensionada, por lo que se enfrenta a un problema de capacidad ociosa. Esto deriva en unos mayores costes y, por lo tanto, menores márgenes de beneficio.
- • Puede que la demanda del producto sea mayor de lo que se había estimado, por lo que la empresa no sea capaz de alcanzar el volumen de producción necesario para hacer frente a sus ventas.
- • Existen tres estrategias básicas que pueden implantar las empresas industriales para aumentar la capacidad de las mismas (proactiva, reactiva y neutral).