En esencia, consiste en tratar de reducir el riesgo de una inversión mediante la adecuada combinación de activos.
En estadística se utiliza el término “covarianza” para medir el grado de relación existente entre dos variables aleatorias, que aplicado al contexto financiero correspondería a la relación entre las rentabilidades de dos títulos financieros. Es precisamente este término estadístico el que permite realizar acciones de cobertura en las inversiones.
La idea subyacente tras la acción de cobertura se puede analizar con un sencillo ejemplo: se desea invertir el presupuesto de inversión en acciones de dos compañías distintas negociadas en la Bolsa española. Si el planteamiento inicial fuese invertir en acciones de Endesa e Iberdrola, poca cobertura frente al riesgo se conseguiría con la decisión. Las dos empresas eléctricas se dedican al mismo sector de actividad económica, por lo que es muy probable que exista un alto grado de relación entre la rentabilidad de sus títulos. De esta manera, cualquier movimiento adverso en el comportamiento de uno de los títulos se vería correspondido con un comportamiento similar en el otro, y no se lograría ningún tipo de cobertura frente a los potenciales resultados negativos de la inversión. Por el contrario, si la elección fuese invertir en cualquiera de las dos compañías eléctricas mencionadas en combinación con las acciones de otra empresa dedicada a una actividad económica poco relacionada con la de las anteriores —como, por ejemplo, el sector salud—, entonces la acción de cobertura entraría en funcionamiento y conseguiría atenuar el posible resultado global adverso de la inversión.
El siguiente gráfico recoge las rentabilidades mensuales individuales de las empresas norteamericanas CSX y Wal-Mart, junto con las rentabilidades de una cartera equiponderada formada por las anteriores acciones.

Del gráfico se desprende que, mientras que la rentabilidad de la cartera varía relativamente a lo largo del tiempo (línea discontinua), esta variación es sensiblemente menor que la correspondiente a los títulos individuales de las dos empresas. El hecho de que la rentabilidad de las acciones de CSX y Wal-Mart no se mueva al unísono, hace que cualquier combinación entre dichas acciones en una cartera reduzca el grado de variabilidad de su rentabilidad. De hecho, cuanto menor sea el grado de relación entre la rentabilidad de las acciones, mejor funcionará la acción de cobertura y más se reducirá la variabilidad de la rentabilidad de la cartera resultante.
Dada la situación de convergencia y aproximación de los mercados bursátiles de la zona euro, merece la pena preguntarse si es factible emprender alguna acción de cobertura, invirtiendo en las distintas bolsas europeas. La respuesta se encuentra en la siguiente tabla.

La observación de la tabla anterior permite concluir que los principales mercados bursátiles de la zona euro muestran un elevado grado de relación (medido por sus coeficientes de correlación), y por ende no van a permitir reducir el riesgo si se decide diversificar entre los mismos. Probablemente sería más interesante buscar otras zonas geográficas para invertir que no mostraran tanta correlación con la zona euro.
Por último, se entiende por cobertura perfecta aquella situación en la que el riesgo de la inversión es nulo. Esta situación se va a obtener no solo cuando la covarianza sea negativa sino, además, cuando los activos estén perfecta y negativamente correlacionados, esto es, cuando su coeficiente de correlación sea igual a —1.