Concepto
Según economistas clásicos la Utilidad expresa la satisfacción que reporta a un agente económico el consumo de los bienes. A partir de Pareto se trabaja con un concepto ordinal de Utilidad, es decir, el economista “ordena” las cestas de bienes en función de las preferencias del consumidor. Ese número asignado a cada cesta o combinación de bienes sólo expresa un orden, de ahí que una transformación monótona creciente de una función de Utilidad, que por tanto respeta el orden establecido, sigue siendo perfectamente válida para reflejar exactamente las preferencias de un agente económico dado.
Propiedades requeridas
Por ejemplo, si partimos de una función de Utilidad de tipo Cobb Douglas, que sabemos que cumple todas las propiedades requeridas para las preferencias de un individuo (completitud, transitividad, no saturabilidad, etc.) como U = xy, observamos que las combinaciones de bienes quedan ordenadas exactamente igual que si las ordenamos a partir de una función U = 100 xy.
Esto es así porque lo que interesa de las funciones de Utilidad es el orden que reflejan y no el número cardinal que se asigna a cada combinación.
Igualmente, puede observarse que la RMS resultante en una u otra función para una cesta dada (por ejemplo, para la combinación X = 20, Y = 5, es la misma: RMS = 0,25, es decir, que cambia 1 unidad de Y por 4 de X en ambas funciones (luego las preferencias recogidas son las mismas).

Recuerde que...
- • El economista “ordena” las cestas de bienes en función de las preferencias del consumidor. Ese número asignado a cada cesta o combinación de bienes sólo expresa un orden.
- • Lo que interesa de las funciones de Utilidad es el orden que reflejan y no el número cardinal que se asigna a cada combinación.