Concepto
Utilizada por primera vez por Michael Jensen (The performance of mutual funds in the period 1945-1964, Journal of Finance, 23, 1968, págs. 389-416), el ratio de Jensen es una medida de evaluación de la calidad de la gestión o performance de una cartera de valores, que también se le conoce como alfa. Hablar de alfa es, básicamente, hablar de la importancia que un gestor ha tenido en la evolución de los resultados de una cartera de títulos (por ejemplo, un fondo de inversión). Así, el alfa mide la parte de rentabilidad (positiva o negativa) que se debe única y exclusivamente a la labor del gestor, y no a la evolución del mercado.
De manera específica, el alfa o ratio de Jensen pretende determinar el exceso de rendimiento de una cartera sobre su rentabilidad esperada teórica. Este indicador se apoya en el modelo de valoración de activos de capital (CAPM).
Cálculo
Este ratio representa la medida en la que la cartera analizada se ha comportado mejor o peor que su índice de referencia, modulado por la beta de la cartera. Así, la expresión matemática de este índice es:
α=(E(rp) - rf) - (E(rM) - r f) βp
Donde E(rp) es la rentabilidad esperada de la cartera p, rf la rentabilidad del activo libre de riesgo, E(rM) la rentabilidad esperada de la cartera de mercado y βp el coeficiente beta de la cartera p.
En caso de que el valor de alfa en la fórmula anterior fuera positivo, ello quiere decir que la inversión en la cartera considerada proporciona una mejor relación rentabilidad-riesgo que el índice de referencia o benchmark. Un error común consiste en considerar que se genera alfa si la cartera consigue batir al índice de referencia, si bien esta afirmación no es del todo correcta. En este sentido, es factible obtener un alfa positivo y no batir al índice de referencia. La explicación de lo anterior es bien sencilla: el alfa realmente mide cómo se ha comportado una cartera con respecto a lo que estábamos esperando de ella, teniendo en cuenta su beta. Si la cartera presenta un alfa positivo, significa que lo ha hecho mejor de lo esperado, mientras que si tiene un alfa negativo, indica que lo ha hecho peor de lo esperado.
Comparación entre alfa y beta
Aunque el alfa suele analizarse de una forma independiente, es interesante relacionarlo con la beta. Así, mientras el alfa constituye el exceso de rentabilidad ajustado al riesgo generado por el gestor, la beta mide cómo ha variado la rentabilidad de la cartera si la comparamos con la evolución del índice de referencia. En otras palabras, la beta nos indica la exposición al mercado que está asumiendo el gestor y el alfa mide lo bueno (o lo malo) que ha sido dicho gestor en la selección de los valores que ha incluido en su cartera. Por ejemplo, si se está en un período de mercado alcista y el gestor quiere aprovecharlo al máximo, puede decidir incrementar su exposición al mercado utilizando el apalancamiento, consiguiendo de esta manera una beta por encima de la de otras carteras comparables y posiblemente una rentabilidad superior a la del mercado.
Recuerde que...
- • El alfa mide la parte de rentabilidad que se debe única y exclusivamente a la labor del gestor, y no a la evolución del mercado.
- • Determina el exceso de rendimiento de una cartera sobre su rentabilidad esperada teórica. Este indicador se apoya en el modelo de valoración de activos de capital (CAPM).
- • Representa la medida en la que la cartera analizada se ha comportado mejor o peor que su índice de referencia, modulado por la beta de la cartera.
- • El alfa constituye el exceso de rentabilidad ajustado al riesgo generado por el gestor y la beta mide cómo ha variado la rentabilidad de la cartera si la comparamos con la evolución del índice de referencia.