Concepto
La tasa de empleo es una medida del grado en que la fuerza de trabajo de una economía participa en la producción y es igual al cociente entre el número de ocupados y la población en edad de trabajar (entre 16 y 64 años). Es el objetivo principal de las políticas de empleo (por ejemplo, en la Estrategia de Lisboa se acordó un objetivo del 70% para el conjunto de la población activa de los países europeos) y presenta ventajas importantes respecto al otro indicador habitualmente utilizado, que es la tasa de desempleo (cociente entre el número de desempleados y la población activa).
Clasificación de la población
Para ver la diferencia entre ambos indicadores puede partirse del siguiente esquema de la población de un país, en función de su participación en el mercado de trabajo:
Una primera clasificación que podemos hacer en el conjunto de la población es entre la población que está en edad de trabajar (a la que se llama población potencialmente activa) y la población dependiente (menos de 16 años y más de 65 años). La tasa de empleo (Te) mide el porcentaje de esta población en edad de trabajar que realmente lo está haciendo, y por tanto mide bien el grado en que una economía aprovecha sus recursos humanos para producir bienes y servicios.
Ahora bien, el hecho de que una persona no participe en la producción puede deberse a dos causas distintas. La primera es que no participe en la población activa (no busque activamente un empleo por distintas causas: está estudiando, cuidando a la familia, o simplemente se encuentra “desanimado” por la falta de expectativas de encontrar un empleo). La tasa de actividad (Ta) mide el porcentaje de activos sobre los potencialmente activos. La segunda causa posible es que, a pesar de formar parte de la población activa, no encuentre un empleo: está parado. La tasa de paro (Tp) sólo mide esta segunda causa (qué porcentaje de los que quieren trabajar o pueden hacerlo) pero no la primera (no tiene en cuenta las variaciones en la tasa de actividad).
Puede ocurrir, entonces, que la tasa de paro no esté variando, pero que lo haga porque las personas que pierden su empleo se desaniman y dejan de buscar otro. O podría ser incluso que la tasa de paro se redujese no porque aumentase el empleo, sino porque disminuyese la participación en el mercado de trabajo. Estos problemas sí serían percibidos en cambio por la tasa de empleo, que se estaría reduciendo.
Obsérvese que, de hecho, la tasa de empleo (Te) resulta de combinar la tasa de paro con la tasa de actividad:
Te = Ocupados/Pob(16-64) = Ocupados/Activos x Activos/Pob(16-64)
Te = (1-Tp) x Ta
La tasa de empleo crece cuando una economía es capaz de reducir el porcentaje de paro sin reducir la tasa de actividad, cuando aumenta esta última sin generarse un mayor porcentaje de desempleo, o cuando aumenta la tasa de actividad a la vez que se reduce la tasa de paro. Como se ve en el Gráfico, esto es lo que ocurrió precisamente en la fase expansiva de la economía española que tuvo lugar antes de la actual crisis económica:
En este período, la tasa de empleo de la economía española se incrementó por un aumento significativo de la tasa de actividad, sobre todo de las mujeres (se han incorporado más personas al mercado de trabajo) y porque la tasa de paro se redujo a la vez (estas personas y otras que estaban paradas antes, encontraron un empleo). La mayor tasa de empleo fue el factor más importante del aumento del PIB per cápita durante estos años.
Recuerde que...
- • Mide el porcentaje de esta población en edad de trabajar que realmente lo está haciendo
- • Mide bien el grado en que una economía aprovecha sus recursos humanos para producir bienes y servicios.
- • La tasa de empleo crece cuando una economía es capaz de reducir el porcentaje de paro sin reducir la tasa de actividad.