Concepto
La tecnología constituye, sin lugar a dudas, un importantísimo factor en el diseño de las estructuras organizativas. Sin embargo, dado que el término conceptualmente es muy amplio (de hecho su definición es una cuestión todavía no resulta de manera definitiva), la investigación en management normalmente lo ha analizado desde la perspectiva del sistema técnico, es decir, los instrumentos que utilizan los trabajadores de una organización para desarrollar su trabajo.
Dimensiones del sistema técnico
La primera dimensión importante de la tecnología de una organización abordada por la investigación hace referencia a su carácter más o menos regulador: la regulación describe la influencia sobre el trabajo de los operarios del sistema técnico. Es decir, la medida en la que estos se ven condicionados a la hora de desarrollar su trabajo por el sistema técnico que utilizan. Así, por ejemplo, un bolígrafo es un sistema técnico mucho menos regulador que una máquina de escribir, ya que permite al usuario mucha más libertad de acción. Del mismo modo, casi todos los instrumentos que un artesano utiliza para desarrollar su tarea son menos reguladores que los que se utilizan en una factoría para producir el mismo producto, no a través de producción artesanal, sino en la cadena de montaje.
La segunda dimensión importante del sistema técnico es su sofisticación, que hace referencia a la complejidad intrínseca y, por tanto, a la dificultad de comprensión de su funcionamiento. No debe confundirse esta dimensión con la complejidad de uso del sistema técnico. Así, por ejemplo, un conductor de autobús aprende con relativa facilidad el uso del sistema técnico (aprende a conducir el autobús) pero, en raras ocasiones, conoce a la perfección la sofisticación interna del sistema técnico, ya que no sabe cómo se diseña, construye y funciona por dentro el autobús que maneja. Los sistemas técnicos sofisticados normalmente requieren de importantes staffs que se encargan de su diseño y mantenimiento y realizan una labor intensa en las organizaciones simplificando el uso, de tal modo que los trabajadores del núcleo de la organización tengan una complejidad de uso del sistema técnico sofisticado baja.
Cadena de montaje
La cadena de montaje fue implementada por primera vez por Henry Ford en 1913, para la fabricación de automóviles Ford (Modelo T). Los procesos repetitivos de producción en masa, como es el caso de la cadena de montaje de automóviles o de ordenadores, puede incluirse dentro de los sistemas de producción continua, donde la transformación de las materias primas se realiza de forma ininterrumpida. Un ejemplo de este tipo de sistemas es el caso de las plantas de refino de petróleo.
La cadena de montaje es utilizada para la fabricación de productos de forma estandarizada, que pasan secuencialmente por distintas etapas, alcanzándose grandes volúmenes de fabricación. Supone la existencia de un elevado número de trabajadores y de máquinas que se alinean, según una sucesión lógica de las tareas de transformación a las que son sometidos los productos.
Todos los artículos requieren una cadena similar de operaciones, que se dan a un ritmo constante y controlado, manteniendo un escaso nivel de inventario en cada operación.
La cualificación requerida en los trabajadores es baja, dado que son tareas muy repetitivas y con un alto grado de mecanización. Consecuencia de ello, la especialización de las actividades es muy elevada, ya que los empleados realizan la misma tarea de forma rutinaria.
Los costes fijos son muy elevados, debido a que los equipos especializados son muy costosos. Sin embargo, el coste variable es de pequeña cuantía. Como consecuencia de los grandes niveles de producción alcanzados, el coste total unitario también es reducido.
La flexibilidad en este tipo de sistemas es baja, ya que es necesaria la reprogramación de todos los equipos en el caso de que la empresa quiera fabricar productos diferentes.
Sistema técnico y estructuras organizativas
El sistema de producción de los productos/servicios que la organización ofrece a sus clientes se apoya en el sistema técnico y este condiciona, según su diseño, el modelo organizativo. En una clasificación ya clásica, que arranca de los trabajos pioneros de Woodward, existen tres tipos de sistemas de producción que utilizan tres tipos de sistemas técnicos diferentes y generan así estructuras organizativas también dispares.
Producción de unidades
Nos referimos aquí a las empresas que producen productos únicos, adaptados a la necesidad del cliente, normalmente de gran valor, como, por ejemplo, empresas constructoras que hacen un puente, un edificio de viviendas o un aeropuerto, empresas de construcción naval de barcos a medida, bancos de inversiones que preparan y organizan la fusión entre dos multinacionales o la salida a Bolsa de una empresa...
Este tipo de trabajos, al ser mayormente ad hoc, difícilmente pueden ser formalizados a través de la normalización y suelen realizarse en entornos organizativos orgánicos. Se coordinan los trabajos normalmente a través de la adaptación mutua y, cuando surge algún problema o conflicto, actúa la supervisión directa a través de la jerarquía. De hecho, esos directivos de primera línea trabajan muy estrechamente con los operarios del núcleo, a los que deben ayudar en la comprensión de muchas de las instrucciones que vienen de los staffs técnicos de diseño.
Este tipo de producciones requerirán de sistemas técnicos poco reguladores, ya que la producción, como hemos dicho, es ad hoc y el operario, por tanto, valorará como muy útil la posibilidad de manejarlos a su antojo para adaptar su trabajo a las necesidades del cliente. Compárese, por ejemplo, el trabajo de un cajero de un banco con el de un asesor de grandes patrimonios en otra división del mismo banco. El primero cuenta con un sistema técnico (el sistema operativo informático del banco) muy regulador, que le fuerza a realizar las diferentes operaciones de ventanilla siguiendo un protocolo rígidamente establecido por él, dado que la repetitividad de las operaciones hace buscar eficiencia productiva (de hecho, esa rigidez de los sistemas operativos bancarios crea importantes problemas a los empleados de ventanilla, ya que la supuesta repetitividad y estandarización de las necesidades del cliente no es siempre tan acusada y el sistema operativo no contiene siempre todas las alternativas). El asesor de inversiones, sin embargo, cuenta con software mucho más flexible que le permite hacer simulaciones que se adapten mejor a las necesidades de un cliente que difícilmente se parece a otro y al que hay que atender de manera integral atendiendo a multitud de variables: rentabilidad, fiscalidad, riesgo, liquidez...
Producción en serie
Nos encontramos aquí con empresas que producen grandes lotes de productos/servicios estandarizados y que buscan una elevada eficiencia, renunciando en parte a la adaptación al cliente. Estos sistemas de producción suelen contar con sistemas técnicos altamente reguladores, y de sofisticación normalmente elevada, pero con simplicidad de uso. Los modelos organizativos de estas empresas suelen aproximarse en mayor o menor grado a la denominada burocracia de tipo maquinal, con un gran núcleo de operaciones con nula descentralización sobre el mismo y unos importantes staffs especialmente de tecnoestructura, donde se concentra el poder del experto normalizador. La línea media queda también relegada a un segundo plano debido a su pérdida de autoridad frente a los staffs.
Un buen ejemplo lo constituyen las empresas de la producción a través de cadena de montaje. La cadena de montaje, de elevada sofisticación, requiere de equipos de diseñadores y mantenimiento muy cualificados, que poseen gran poder de naturaleza informal debido a los conocimientos de importante valor que poseen. Sin embargo, debido a que han simplificado el uso del sistema técnico, los trabajadores del núcleo tienen una muy baja cualificación y su trabajo se vuelve muy repetitivo, siendo los supervisores de línea directivos con muy bajo poder también: es el sistema técnico, tan regulador, el que controla realmente al operario.
Producción por procesos
Aquí nos encontramos con una producción tan tecnificada que entra en la denominada automatización: prácticamente desaparecen los trabajadores del núcleo, siendo las máquinas las que realizan todas las tareas. Píenseme en una planta embotelladora, en una refinería de petróleo o en una empresa química, en donde muy pocos trabajadores controlan sistemas técnicos que realizan automáticamente la producción. Estos sistemas técnicos son extremadamente reguladores, aunque cabría plantearse, ¿a quién regulan, si casi no hay operarios de núcleo? En efecto, son tan reguladores que prácticamente acaban con el factor humano en el núcleo de operaciones, siendo prioritario el trabajo de fundamentalmente los ingenieros que están en los staffs de mantenimiento y diseño. En cuanto a la sofisticación, sin duda nos encontramos aquí con los sistemas técnicos más complejos, complejidad intrínseca que se extiende además en muchas ocasiones al uso de los mismos.
Recuerde que...
- • Todos los artículos requieren una cadena similar de operaciones, que se dan a un ritmo constante y controlado, manteniendo un escaso nivel de inventario en cada operación.
- • La flexibilidad en este tipo de sistemas es baja, ya que es necesaria la reprogramación de todos los equipos en el caso de que la empresa quiera fabricar productos diferentes.
- • La cualificación requerida en los trabajadores es baja, dado que son tareas muy repetitivas y con un alto grado de mecanización.
- • El sistema de producción de los productos/servicios que la organización ofrece a sus clientes se apoya en el sistema técnico y este condiciona, según su diseño, el modelo organizativo.
- • Existen tres tipos de sistemas de producción que utilizan tres tipos de sistemas técnicos diferentes y generan así estructuras organizativas también dispares: producción de unidades, producción en serie y producción por procesos.