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Crisis de deuda

Crisis de deuda

Situación en la cual un individuo, una empresa o un país deben a sus acreedores una cantidad mayor a la que puede hacer frente.

Contabilidad y finanzas

Concepto

Una crisis de deuda, en sentido genérico, es una situación en la cual un individuo, una empresa o un país deben a sus acreedores una cantidad mayor a la que puede hacer frente.

No obstante, el término crisis de deuda suele utilizarse para hacer referencia a una crisis de deuda externa, la cual es una situación en la que un país no puede atender el servicio de la deuda contraída con el exterior, ya sea soberana o privada.

La crisis de deuda constituye uno de los tipos posibles de crisis financiera.

Deuda externa y deuda soberana

El concepto de deuda externa se hace referencia a la deuda contraída por el Gobierno o los residentes de un país con los Gobiernos o residentes en otros países, o con instituciones internacionales. La deuda externa puede adoptar formas muy diversas: corto o largo plazo, tipos de interés fijos o variables, y pueden estar denominadas en la moneda del prestamista, del prestatario o en otra moneda.

Aunque habitualmente cuando se utiliza el concepto de deuda externa casi de forma automática se asocia el concepto a los países en desarrollo, también hay países desarrollados con elevados volúmenes de deuda externa.

Cuando la deuda externa tiene como prestatario al Gobierno del país o a prestatarios privados, pero cuenta con la garantía del Gobierno, se la denomina “deuda soberana”.

La mayor parte de la deuda de un país en vías de desarrollo representa o bien préstamos directos al Gobierno o a empresas de propiedad pública, o bien préstamos al sector privado garantizados por el sector público, es decir, constituyen deuda exterior soberana.

La deuda soberana tiene una diferencia muy importante respecto a la deuda contraída por el sector privado. En el caso de la deuda soberana los prestamistas no pueden obligar legalmente a los prestatarios —en este caso, un Gobierno extranjero— a pagar el servicio de la deuda si estos no quieren hacerlo.

Costes y beneficios de la suspensión de la deuda exterior soberana

Si a los deudores soberanos no se les puede obligar legalmente a que paguen su deuda, si optan por no hacerlo. Nos debemos preguntar qué incentivo puede tener un Gobierno a suspender al pago de su deuda exterior —“sovereign default”— o por el contrario a hacer frente al servicio de la deuda.

La suspensión de la deuda exterior soberana va a traer consigo una serie de costes y beneficios que deberá sopesar un Gobierno antes de tomar una decisión:

  • a) Costes de la suspensión de la deuda exterior soberana:
    • Embargo de activos: si el país deudor tiene inversiones en los bancos y empresas del país acreedor podría sufrir su embargo.
    • Exclusión de préstamos futuros: un país que incumple el pago de su deuda soberana puede ser excluido del mercado internacional de capitales durante un tiempo.
    • El país puede ver reducidas las ganancias del comercio internacional si pierde acceso a la financiación exterior o si se imponen barreras al comercio por parte de los países acreedores.
  • b) Beneficios de la suspensión de la deuda exterior soberana: la ventaja de no pagar es que el deudor elude la responsabilidad de pagar los intereses y el capital de su deuda externa. Cuanto más dinero deba un deudor mayores son sus ganancias al suspender el pago de la deuda.

La decisión de continuar con el pago de la deuda o, por el contrario, suspender su pago va a ser una decisión coste-beneficio del Gobierno del país deudor. A partir de un determinado volumen de deuda exterior soberana, al Gobierno prestatario puede resultarle beneficioso repudiar su deuda.

Hay que destacar que una vez superados determinados niveles de deuda, el incremento en los costes y beneficios de la suspensión evolucionan de forma muy distinta. En concreto, el coste de no pagar aumenta más despacio con la deuda adicional que el beneficio de no reembolsar. Este es un hecho tenido en cuenta por los prestamistas, lo cual determina una prudencia en la concesión de préstamos a un deudor soberano.

La crisis de la deuda de los países en vías de desarrollo

Durante la década de 1970, después de la primera crisis del petróleo, los Gobiernos de los países en vías de desarrollo aplicaron políticas expansivas que les permitieron mantener tasas de crecimiento más elevadas que los países industrializados, ahora bien, a costa de importantes déficits por cuenta corriente, que condujeron a un aumento en su deuda externa.

Las necesidades de financiación de los países en vías de desarrollo eran cubiertas con la abundancia de préstamos procedentes de los países exportadores de petróleo. No obstante, estos no asumían el riesgo de prestar de forma directa a los países en desarrollo, sino que colocaban sus ingresos del petróleo en los bancos de los países industrializados y estos los intermediaban a los países en desarrollo, mediante créditos en dólares y a tipos de interés variables.

Esta situación de equilibrio inestable comienza a deteriorarse a partir de 1979, cuando la Reserva Federal de Estados Unidos, para frenar los efectos inflacionistas de la segunda crisis del petróleo inició una dura política antiinflacionista, que además de empujar a la economía mundial a una fuerte recesión, tuvo efectos muy negativos sobre los países fuertemente endeudados.

La subida de los tipos de interés y la apreciación del dólar incrementó de forma muy acusada el servicio de la deuda —el flujo de pagos de intereses y la devolución del capital a los acreedores extranjeros—. A su vez, a medida que se agudizaba la crisis mundial y se reducía el crecimiento de los países industrializados, los países en vías de desarrollo registraron una caída en sus exportaciones, lo que a su vez provocó una caída en los precios de estas.

En agosto de 1982, Méjico notificó a los organismos financieros internacionales que su Banco Central había agotado sus reservas y que no haría frente a sus pagos programados de deuda externa, que en ese momento se elevaban a 80.000 millones de dólares.

Ante el impago de la deuda de Méjico, los bancos internacionales consideraron la posibilidad de que otros países con elevado endeudamiento actuaran de la misma forma, lo que provocó graves problemas para Brasil y Argentina. Esta situación de la banca internacional, tratando de reducir sus riesgos y negándose a conceder nuevos créditos o a renovar los existentes, hizo que a finales de 1986 más de cuarenta países de Iberoamérica, África y otros lugares del mundo se encontraran con graves problemas de financiación.

En diciembre de 2001 se produjo en Argentina otra crisis de deuda y financiera con consecuencias devastadoras para la economía del país y que hasta la fecha es la suspensión de deuda externa de mayor cuantía, 93 mil millones de dólares.

Recuerde que...

  • Un país no puede atender el servicio de la deuda contraída con el exterior, soberana o privada.
  • Deuda externa: contraída por el Gobierno o los residentes de un país con los Gobiernos o residentes en otros países, o con instituciones internacionales.
  • Deuda soberana: los prestamistas no pueden obligar legalmente a los prestatarios a pagar el servicio de la deuda si estos no quieren hacerlo.
  • Costes suspensión deuda: embargo de activos, exclusión de préstamos futuros y reducción de las ganancias del comercio internacional.
  • Beneficios suspensión deuda: el deudor elude la responsabilidad de pagar los intereses y el capital de su deuda externa.

© LA LEY Soluciones Legales, S.A.

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