Concepto
El crecimiento económico es el ritmo al que se incrementa la producción de bienes y servicios de una economía, y por tanto su renta, durante un período determinado. Este período puede ser muy corto (un trimestre o un año); pero la teoría del crecimiento económico se ocupa principalmente de analizar los factores que influyen en el ritmo al que crece una economía por término medio durante períodos más largos. De esta forma, el énfasis se pone más en la expansión de la capacidad productiva de un país que en sus fluctuaciones a corto plazo, de las que se ocupa la teoría del ciclo económico.
Medidas del crecimiento económico
Con mucha frecuencia, se pueden leer en los medios de comunicación, o en distintos informes sobre la situación de una economía, datos referentes a su tasa de crecimiento. ¿Qué y cómo se está midiendo?.
En primer lugar, la variable que normalmente se utiliza para medir la renta es el PIB, que es el valor a precios de mercado de los bienes y servicios finales producidos en el interior de un país durante el período de referencia.
En segundo lugar, la tasa de crecimiento se expresa normalmente en términos reales, es decir, una vez descontado el efecto de los incrementos de precios.
Es preciso tener en cuenta que el crecimiento económico es importante porque es una condición necesaria para que puedan mejorar a largo plazo los niveles de vida de la población y para que pueda crearse el empleo suficiente para absorber las nuevas incorporaciones a la población activa. Por esta razón, el crecimiento económico se compara habitualmente con el crecimiento de la población, obteniendo el crecimiento de la renta per cápita.
La importancia del crecimiento económico
Cuando se analizan los problemas a los que se puede enfrentar la política económica de un país se distingue con frecuencia entre su tendencia a largo plazo (es decir, la tasa de crecimiento que es capaz de mantener por término medio durante un determinado período) y las fluctuaciones cíclicas en torno a esa tendencia (las desviaciones a corto plazo respecto a la tasa de crecimiento a largo plazo).
No cabe duda de que los dos problemas son importantes. La trayectoria de una economía no sería muy satisfactoria si lograse ampliar su capacidad productiva a una tasa elevada, pero quedasen recursos sin utilizar frecuentemente por falta de una demanda agregada suficiente. Ahora bien, desde una perspectiva de medio plazo las políticas para elevar el crecimiento económico tienen una importancia capital por varias razones:
- — Es la vía principal por la que puede aumentarse el nivel de vida de la mayoría de la población, especialmente en aquellos países en los que se parte de un nivel de desarrollo muy bajo.
- — Un elevado crecimiento económico atempera los conflictos por la distribución de la renta, ya que permite un crecimiento sostenido de todos los tipos de renta sin necesidad de modificar sustancialmente el reparto inicial.
- — El crecimiento económico tiene efectos acumulativos sobre el PIB, de forma que pequeñas subidas en esta tasa se multiplican si se mantienen a lo largo el paso del tiempo, dando lugar a incrementos importantes en el nivel de producción.
Principales aportaciones a la teoría del crecimiento económico
El crecimiento económico ha sido siempre una preocupación de los economistas. De hecho, podría decirse que es el “problema fundacional” de la ciencia económica, ya que fue el objeto principal de la Riqueza de las Naciones, el libro escrito por Adam Smith en 1176 que se considera el primer tratado moderno de economía. Otros clásicos como T. Malthus y D. Ricardo analizaron también los factores que explicaban el crecimiento de los países.
Sin embargo, aún dejando en el camino aportaciones de gran importancia como las de J. Schumpeter, entre otros, la teoría del crecimiento que hoy se estudia en la mayoría de centros universitarios y que se utiliza en los trabajos académicos de investigación tiene su origen un artículo publicado en 1956 por el Premio Nobel R. Solow. Este trabajo inició el desarrollo de lo que se conoce como teoría neoclásica del crecimiento.
En el modelo neoclásico el crecimiento económico per cápita se podría producir en primer lugar como consecuencia del proceso de acumulación de capital. Aquellas economías que ahorran e invierten una parte mayor de su renta disfrutan también de un stock de capital por trabajador creciente, pero esto da lugar a niveles también mayores de la productividad del trabajo. Suponiendo que a largo plazo toda la población activa está ocupada, esta mayor productividad equivale a una renta per cápita creciente. Esta primera fuente de crecimiento económico, sin embargo, tenderá a agotarse como consecuencia de la existencia de rendimientos decrecientes del capital. Llegará un momento que, manteniendo la misma tasa de ahorro, la economía solo generará la inversión suficiente para compensar la depreciación del capital, que crece con el propio tamaño de la economía. En ese momento, cesaría el crecimiento per cápita: la economía se encontraría en lo que se conoce como estado estacionario.
Un nivel de renta per cápita constante no se compadece, sin embargo, con la evidencia empírica. Por ello, el modelo introduce una segunda fuente de crecimiento, que se denomina genéricamente “progreso técnico”, y que recoge todos aquellos factores distintos a la acumulación de capital que pueden provocar incrementos de la productividad del trabajo. El problema fundamental era que la teoría no “explicaba” cuál era el origen de este factor.
Esta división del crecimiento en dos posibles fuentes dio lugar a un número de trabajos empíricos que se denominaron “contabilidad del crecimiento” y que pretendían medir la contribución relativa de cada una de ellas al crecimiento de un país, generalmente Estados Unidos. El problema fue que se observó que una gran parte del crecimiento experimentado se derivaba de este progreso técnico (denominado también “residuo de Solow”) que la teoría no era capaz de formalizar. La importancia de este “residuo”, al que se consideró como “la medida de nuestra ignorancia” podía suponer en torno al 75 % del crecimiento económico per cápita observado en Estados Unidos.
¿Qué hay detrás de este progreso técnico?¿Qué factores lo determinan?¿Hay algunos comportamientos económicos que pueden favorecerlo?¿Cuáles son las políticas adecuadas para estimularlo?.
A partir de los años ochenta del siglo XX se inició un nuevo desarrollo de la teoría del crecimiento que trataba precisamente de responder a estas preguntas, de forma que el crecimiento per cápita no dependiera en realidad de una variable “exógena”. Por ello, esta literatura se llama “modelos de crecimiento endógeno”, ya que trata de explicar internamente qué es lo que da lugar a tasas mayores o menores de crecimiento del progreso técnico.
Esta literatura tiene una mayor complejidad técnica que los modelos anteriores y ofrece varias explicaciones del crecimiento a largo plazo. Las ideas más importantes consisten en enfatizar el papel de la acumulación de capital humano, en la existencia de externalidades positivas que permiten eliminar el supuesto de rendimientos decrecientes del capital y en los efectos que tienen las políticas de gasto en I+D sobre el crecimiento de la productividad. Es decir, el progreso técnico deja de ser una fuerza exógena que impulsa la economía pero de la que se desconoce su origen, para convertirse en el resultado de decisiones económicas tomadas por los agentes económicos obedeciendo a incentivos económicos en los que las autoridades pueden influir.
Recuerde que...
- • Medidas: el PIB, la tasa de crecimiento se expresa normalmente en términos reales y período con el que se está comparando el PIB del trimestre.
- • El crecimiento económico se compara habitualmente con el crecimiento de la población, obteniendo el crecimiento de la renta per cápita.
- • Importancia del crecimiento económico por: aumentar el nivel de vida, atemperar los conflictos de distribución de rentas y por efectos acumulativos del PIB.