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Cuenta a plazo

Cuenta a plazo

Especie de préstamo que el cliente le hace a la entidad financiera y que esta le devolverá en la fecha pactada, abonándole además unos intereses que pueden liquidarse al vencimiento de la operación o periódicamente.

Banca y bolsa

Concepto

Cuenta a plazo es el contrato en virtud del cual una persona física o jurídica deposita o ingresa cierta cantidad de dinero en una entidad financiera, quedando dicha suma indisponible hasta una fecha de vencimiento previamente pactada y percibiendo por ello el cliente intereses a su favor.

Las cuentas a plazo tienen gran tradición en la banca española y se conocen comúnmente con el nombre de imposiciones a plazo fijo, depósitos a plazo o cuentas a plazo.

En realidad la imposición a plazo es una especie de préstamo que el cliente le hace a la entidad financiera y que esta le devolverá en la fecha pactada, abonándole además unos intereses que pueden liquidarse al vencimiento de la operación o periódicamente.

Diferencias con el ahorro a la vista. Características

Diferencias con el ahorro a la vista

La diferencia esencial entre el ahorro a la vista y las cuentas a plazo es su diferente finalidad, lo que a su vez implicará distintas características:

  • El ahorro vista (cuentas corrientes y de ahorro) en la actualidad se emplea para la actividad diaria de las personas y empresas: se trata de tener un soporte bancario para realizar operaciones de pago y cobro habituales (recibos de luz, agua, ingreso de la nómina, etc.).

    Por ello, se requiere disponibilidad inmediata, ya que la cuenta corriente o la de ahorro tendrán movimientos más o menos frecuentes.

    En la actualidad, precisamente por la finalidad del ahorro vista la remuneración que se ofrece a los clientes por tener una cuenta corriente o de ahorro en una entidad financiera es baja o nula.

  • Las cuentas a plazo se abren para no “moverlas”, es decir, son cuentas que no admiten ningún movimiento salvo su apertura y su cancelación. Se trata de prestar a una entidad financiera un dinero durante determinado período en el que previsiblemente el cliente no lo precisará y por el que a cambio recibirá un interés.

Características

  • a) Forma escrita. Soporte de libreta o lámina:

    Como todos los contratos bancarios, las imposiciones a plazo se formalizan por escrito.

    Tradicionalmente ha sido muy común que se documenten en una libreta, cartilla o lámina, en la que se anotaba el importe, el titular o titulares de la cuenta a plazo, el vencimiento de la operación y el tipo de interés que se devengaba por la misma. En esta misma libreta se anotaba la cancelación de la imposición, así como en ocasiones la renovación de la misma a su fecha de vencimiento.

    En la actualidad el soporte de la libreta ha perdido cierta importancia debido, entre otras cosas, al uso de las nuevas tecnologías por parte de las entidades financieras.

  • b) Indisponibilidad:

    Se ha señalado ya que una característica propia de las cuentas a plazo es que son indisponibles hasta la fecha de vencimiento o terminación de las mismas.

    En ocasiones, las entidades financieras permiten que el cliente que necesite el dinero invertido en una imposición antes de que llegue el vencimiento de la misma lo reintegre, pero pagando a cambio una comisión o penalización por cancelación anticipada.

  • c) Intereses:

    A cambio del préstamo que el cliente hace a su Banco o Caja recibirá unos intereses a su favor.

    • La liquidación de los mismos puede ser al vencimiento, cuando se devuelva al titular el importe nominal o principal de la imposición o puede ser periódica (liquidación trimestral de intereses, por ejemplo).
    • Existe una fuerte tradición de tipos fijos, pero cada vez es más frecuente la existencia de depósitos a plazo con tipos de interés referenciados.
  • d) Comisiones:

    En las imposiciones a plazo apenas se realizan movimientos, de manera que la comisión de administración carece de sentido y la de mantenimiento tampoco se cobra, puesto que en principio el depósito a plazo es de duración definida.

    Las imposiciones no suelen llevar aparejado el cobro de comisión alguna, excepto la penalización anticipada en los supuestos en los que se permite.

  • e) Duración y renovación:

    Las cuentas a plazo son de duración definida, es decir, cliente y entidad financiera pactan el plazo durante el cual esta última dispondrá del dinero y por el que remunerará al titular.

    Existen plazos típicos, es decir, las entidades suelen ofrecer a sus clientes imposiciones a corto plazo (1, 3, 6 meses suelen ser los más habituales); a lo que podríamos llamar medio plazo (1 año) e incluso a más largo plazo (3 años).

    En el caso de importes muy elevados, sobre todo para clientes del segmento de banca privada (patrimonios familiares muy elevados) en ocasiones la entidad financiera y el cliente pueden pactar un plazo específico que a ambos les convenga en función de sus respectivas necesidades (por ejemplo, imposición a 7 días, a 15 días, a 60 días, etc.).

    Suele ser frecuente el que los contratos de cuenta a plazo prevean la posibilidad de renovación automática de las mismas, salvo que al cliente no le interese, en cuyo caso deberá comunicarlo a su Banco o Caja.

Nuevas tendencias. Depósitos estructurados

Se ha mencionado ya que, las cuentas a plazo, como cualquier otro producto bancario, van evolucionando de manera que aparecen nuevas modalidades o tipos de imposición.

Uno de los más relevantes en la actualidad es el de los denominados depósitos estructurados: estos se caracterizan por estar ligada su rentabilidad a la evolución de un subyacente (por ejemplo, la evolución en Bolsa de la cotización de los valores de una empresa X).

El depósito estructurado es un producto bastante más complejo que la simple imposición a plazo, puesto que en este han de tenerse en cuenta cuestiones como:

  • No suelen asegurar un tipo de interés, es decir, si el subyacente no evoluciona como prevé el contrato para el cliente, lo normal es que este no perciba interés alguno.
  • Ha de tenerse muy clara qué relación exacta debe haber entre subyacente e intereses y cuándo y cómo se comprueba la evolución del mencionado subyacente.
  • Los depósitos estructurados pueden ser productos de riesgo: Si el subyacente evoluciona de un modo muy negativo, a veces no solo no se dejan de percibir intereses, sino que el cliente puede perder parte del dinero (principal del depósito) que ha invertido. Esto no ocurre nunca en una imposición a plazo tradicional, en la que la devolución del principal está siempre asegurada (el depósito a plazo tradicional no conlleva riesgos para su titular).

Se trata de productos pensados para inversores más experimentados y el atractivo fundamental de los mismos es que el interés que se ofrece al cliente en los casos de evolución positiva del subyacente suele ser mucho más elevado que en el caso de una imposición tradicional.

Recuerde que...

  • Son cuentas que no admiten ningún movimiento salvo su apertura y su cancelación y se formalizan por escrito.
  • Si el cliente necesitase el dinero invertido en una cuenta a plazo antes de que vencimiento, lo puede retirar pero pagando a cambio una comisión o penalización por cancelación anticipada.
  • Las imposiciones más habituales sueles ser las de corto plazo, (siendo de 1, 3, 6 meses), existiendo también medio plazo (1 año) e incluso a largo plazo (3 años).

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