Concepto
La suma de la eficacia y la eficiencia da como resultado el rendimiento empresarial, esto es, el resultado que obtiene la empresa de su actuación (utilidad o satisfacción).
La eficacia estratégica tiene que ver con el acierto en el negocio empresarial, es decir, con tomar las decisiones correctas. En este sentido, la eficacia estratégica aparece recogida en la misión u objetivo global de la empresa y relaciona a la empresa con su entorno. La necesidad por parte de la empresa de satisfacer a sus grupos de interés o stakeholders, la obliga a ser eficaz, es decir, a conseguir los objetivos que persiguen cada uno de los grupos que la constituyen.
Por su parte, la eficiencia está asociada con la manera de usar los recursos y capacidades que posee la empresa, es decir, con hacer las cosas correctamente. En este sentido, la eficiencia se asocia con los procedimientos, la metodología y las normas de actuación. La escasez de recursos (y su coste), obligan a realizar un uso adecuado de los mismos. De esta manera, la empresa consigue reducir sus costes.
Por tanto, eficacia y eficiencia son complementarias y han de estar equilibradas. Una empresa eficiente pero ineficaz puede mantenerse en el mercado (por ser viable económicamente) pero no satisfará las necesidades de los grupos de interés de la organización porque sus rendimientos o resultados no serán los esperados y, por tanto, no tendrá razón de ser. Por otra parte, una empresa eficaz pero ineficiente no será capaz de mantenerse en el mercado, dado que tendrá una estructura de costes insostenible.
Relación entre eficacia y eficiencia
De la interacción entre la eficacia y la eficiencia surge el margen de competitividad, como el potencial de mejora de la empresa en un momento dado. Las mejoras en la posición competitiva de la empresa dependerán de elegir adecuadamente las mejores opciones estratégicas (eficacia) y de las capacidades internas de la empresa (eficiencia).
Eficacia y eficiencia forman parte del proceso de la Dirección Estratégica y son necesarias para que la empresa obtenga el éxito o, lo que es lo mismo, sea competitiva. Su nivel de competitividad dependerá de su mayor o menor eficacia y eficiencia. Pero, ¿qué es más importante en una empresa, la eficacia o la eficiencia? Hay empresas que son capaces de sacrificar parte de su eficacia por ser eficientes y poder subsistir en el mercado; es el caso de empresas en crisis o ante una situación de crisis económica global. Generalmente, las empresas de capitales (sociedades anónimas), que persiguen como objetivo prioritario la maximización del beneficio, sacrifican parte de su eficacia por una mayor eficiencia. A menudo, los procesos de fusiones y absorciones desarrollados en determinados sectores económicos, persiguen una mejora de la eficiencia (economías de escala, economías de alcance, sinergias, etc.) a costa de la eficacia. Por el contrario, las empresas sin ánimo de lucro (tercer sector) o aquellas que tienen como objetivo prioritario satisfacer las necesidades de sus socios (cooperativas), buscan por encima de todo la eficacia, muchas veces incluso sacrificando su eficiencia. Pero esto es peligroso, porque puede acabar con la supervivencia de la empresa.
En definitiva, la empresa ha de ser capaz de encontrar un equilibrio entre sus niveles de eficacia y eficiencia que le permita satisfacer las necesidades de sus stakeholders a la vez que es capaz de hacerlo al menor coste posible.
Recuerde que...
- • La eficiencia está asociada con la manera de usar los recursos y capacidades que posee la empresa.
- • La eficacia y eficiencia son complementarias y han de estar equilibradas.
- • De la interacción entre la eficacia y la eficiencia surge el margen de competitividad, como el potencial de mejora de la empresa en un momento dado.
- • Eficacia y eficiencia forman parte del proceso de la Dirección Estratégica y son necesarias para que la empresa obtenga el éxito.