Concepto
La empresa es un centro de transformación, en el que se aportan recursos provenientes del entorno, con la intención de fabricar un producto o prestar un servicio, que posteriormente serán objeto de transacción en el mercado. Estos bienes o servicios vendidos por la empresa generan unos ingresos que tendrán la utilidad de remunerar los recursos utilizados y obtener un beneficio empresarial.
La empresa proviene del latín prehendere, que significa “emprender o acometer una cosa que implica trabajo o presenta dificultades”.
El diccionario de la lengua española de la Real Academia recoge distintas acepciones del término empresa:
- 1) Acción ardua y dificultosa que valerosamente se comienza.
- 2) Intento o designio de hacer una cosa.
- 3) Casa o sociedad mercantil o industrial fundada para emprender o llevar a cabo construcciones, negocios o proyectos de importancia.
- 4) Obra o designio llevado a efecto en especial cuando interviene varias personas.
- 5) Organización mercantil o industrial dedicada a la explotación de la cosa que se expresa.
- 6) Entidad integrada por capital y trabajo como factores de producción dedicados a actividades industriales, comerciales o de prestación de servicios, con ánimo de lucro y bajo su responsabilidad.
Es importante diferenciar el concepto empresa de otros términos relacionados con este como sociedad mercantil (dimensión jurídica de la empresa), explotación (manifestación del carácter técnico de la empresa) y planta o establecimiento comercial o industrial (aspecto espacial o de localización física de la empresa). Por tanto, una empresa puede estar constituida por una o varias sociedades (grupo), por una o más explotaciones (empresa multiactividad o diversificada) y por una o más plantas (empresa multiplanta).
La empresa como sistema abierto y artificial
Las empresas organizan y estructuran los recursos humanos, tangibles e intangibles con la intención de obtener bienes y servicios objeto de transacción en el mercado. En este sentido, las empresas pueden considerarse como unidades tecno-económicas, ya que transforman ciertos recursos -inputs- aplicando una tecnología determinada con el fin de generar un bien o servicio para su venta posterior y conseguir obtener unos recursos económicos que tienen como fin remunerar los recursos utilizados y conseguir un beneficio.
También se considera que la empresa es una unidad socio política de decisión, en el sentido de que la empresa, para su funcionamiento, precisa de la participación de personas que trabajan, deciden y colaboran con el fin de conseguir un producto o servicio capaz de remunerar los recursos utilizados y generar un remanente o beneficio. Además del comportamiento social de las personas en pro de los objetivos definidos por la dirección de la empresa, cada uno de ellos tiene una serie de objetivos e intereses propios, que podrán ser coincidentes o no con los de la empresa y que esta, a través de diferentes políticas de recursos humanos debe conseguir que resulten coincidentes para que la empresa actúe como una unidad, tanto internamente como externamente. La consecución de un funcionamiento óptimo, requiere la toma de decisiones a todos los niveles, tanto en la definición de los objetivos empresariales, las estrategias adoptadas para su consecución, y las consiguientes decisiones para el establecimiento de procedimientos y procesos de trabajo adecuados para el fin diseñado, además de cual va a ser el mercado objeto de los servicios o productos fabricados por la empresa y la orientación que va a tener esta y la percepción que van a tener los agentes sobre ella.
Se dice que la empresa es un sistema abierto porque, como centro de transformación, coge elementos de fuera, los recursos que precisa para la elaboración de los servicios o bienes, para posteriormente, una vez ya transformados, realizar la transacción comercial en el mercado, fuera de la empresa. Por lo que se produce un proceso continuado de recogida de factores de fuera, transformación de los mismos y reenvío al mercado. Se le incorpora la noción de artificial porque la empresa no existe como tal en la naturaleza, si no que es consecuencia de la mano del hombre, que crea un sistema específico para la obtención de los objetivos por el diseñado.
Además del flujo monetario generado por la venta de los bienes o servicios ofertados por la empresa, el proceso de venta de los mismos en el mercado produce un flujo de información que retroalimenta al sistema, ya que la mejor o peor aceptación del bien o servicio en el mercado reporta información sobre el posicionamiento de la empresa, la relación calidad precio con respecto a otras empresas, su capacidad de crecimiento, la productividad de los recursos utilizados, la actualidad de los procesos o procedimientos aplicados, el nivel de remuneración óptimo para los distintos recursos entre otros datos, permitiendo evaluar constantemente la viabilidad de la estrategia empresarial definida.
Elementos de la empresa
La empresa se puede definir también como un sistema o conjunto de elementos interrelacionados que persiguen un plan común o unos mismos objetivos. En este sentido, la empresa se compone de una serie de elementos que habrá que identificar y analizar.
Eduardo Bueno diferencia entre los elementos o factores pasivos y los elementos o factores activos. Los primeros corresponden a los recursos o bienes económicos que utiliza la empresa para su explotación:
- 1) Recursos físicos o materiales como los ordenadores, material de oficina, etc.
- 2) Recursos financieros: el dinero en sus múltiples expresiones (préstamos y créditos, leasing, efectivo, etc.).
- 3) Recursos tecnológicos, como los programas informáticos o los sistemas técnicos que utiliza la empresa para llevar a cabo los procesos de transformación.
- 4) Recursos organizativos o formas de organizar los recursos que posee la empresa.
Por su parte, los factores activos son las personas o los recursos humanos de la empresa. Estos pueden ser:
- 1) Propietarios de la empresa: socios o personas que aportan capital a la empresa.
- 2) Empleados o trabajadores: los que constituyen el núcleo de operaciones o base operativa.
- 3) Directivos o administradores: los mandos intermedios y directivos de la alta dirección. Son también empleados, aunque con un mayor poder de negociación.
Estos elementos que constituyen la empresa, también se puede agrupar en recursos tangibles y recursos intangibles, además de las capacidades, competencias o habilidades de las personas o recursos humanos.
Considerando el mayor o menor peso que tienen cada uno de estos elementos, se pueden identificar diferentes dimensiones del concepto de empresa (Bueno, 1992):
- 1) Dimensión funcional: actividad organizada y alternativa al mercado. La empresa es una organización dotada de una estructura interna según determinada relación de autoridad o con una jerarquía, es decir, con una función directiva o empresarial, por la que pretende la obtención de un excedente o beneficio empresarial.
- 2) Dimensión técnico-económica: actividad productiva de bienes y servicios. La empresa es una unidad de producción que combinando un conjunto de factores económicos, según una acción planeada y que a través de un proceso de transformación, obtiene unos productos o servicios.
- 3) Dimensión económico-financiera: actividad económica que crea valor y dinero. La empresa es una unidad financiera dotada de un capital, según determinada estructura de propiedad, que invierte para actuar, como sistema abierto en el mercado para satisfacer una demanda de bienes y servicios, de forma que desarrollará un conjunto de transacciones financieras que le llevarán a un crecimiento sostenido y equilibrado.
- 4) Dimensión jurídico-mercantil: actividad generadora de relaciones contractuales con los propietarios de los factores. La empresa es una unidad de decisión o de dirección que persigue unos objetivos a través del desarrollo de unas funciones características dirigidas por una determinada relación de propiedad y control y asume el riesgo del sistema económico por medio de su correspondiente dimensión jurídica.
- 5) Dimensión social: actividad compuesta por relaciones humanas y de poder. La empresa es un sistema social o conjunto de personas que mantienen unas relaciones formales e informales, una comunicación con sus correspondientes motivaciones y comportamientos individuales y de grupo, configurando determinada cultura y relaciones de poder.
Formas y clases de empresas
La empresa ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, en la medida en que se han ido sucediendo cambios importantes en el entorno. Así, esta ha experimentado cambios internos (como respuesta a la adaptación al entorno), tanto en su dimensión o tamaño (crecimiento) como en su configuración estructural.
Desde el punto de vista del crecimiento, la empresa ha evolucionado desde empresas marginales y pequeñas hasta grandes empresas multinacionales, a partir del desarrollo de estrategias de expansión y diversificación.
Desde el punto de vista estructural, la empresa ha evolucionado desde estructuras individuales o familiares hasta empresas caracterizadas por la separación de la propiedad y el control (ruptura institucional de la empresa).
A la hora de identificar las diferentes clases de empresas existentes, se pueden utilizar tres tipos de criterios: criterios económicos, criterios jurídicos y criterios organizativos.
Criterios económicos de clasificación de las empresas
Existen diferentes tipos de criterios económicos para clasificar las empresas. Según Bueno, estos criterios pueden ser:
- 1) Por su actividad o sector económico en el que realiza su actividad la empresa:
- — Empresas agropecuarias.
- — Empresas industriales.
- — Empresas de construcción.
- — Empresas de servicios.
- 2) Según el tamaño de la empresa:
- — Empresas muy grandes (megas).
- — Empresas grandes.
- — Empresas medianas.
- — Empresas pequeñas.
- — Empresas muy pequeñas (microempresas).
- 3) Según la estructura social de producción:
- — Empresa artesanal.
- — Empresa de Economía Social.
- — Empresa capitalista.
- 4) Según el sistema técnico utilizado por la empresa:
- — Empresas monoproducto.
- — Empresas multiproducto.
- — Empresas de producción en serie.
- — Empresas de producción por pedido.
- 5) Según la localización:
- — Empresas monoplanta.
- — Empresas multiplanta.
- 6) Según el ámbito de competencia:
- — Empresas monomercado.
- — Empresas multimercado.
- — Empresas nacionales.
- — Empresas multinacionales.
La clasificación según actividades económicas se puede realizar atendiendo a diferentes criterios o bases como son: la Contabilidad Nacional (Clasificación Nacional de Actividades Económicas CNAE), las Tablas input-output, la Central de Balances del Banco de España y las revistas e informes especializados que proponen distintas clasificaciones o rankings.
Para medir el tamaño de una empresa también se pueden utilizar diferentes tipos de criterios, en función de la variable utilizada: cifra de facturación, volumen de ventas, volumen de producción, volumen de activos, número de trabajadores, etc. Normalmente se utilizan múltiples criterios.
Criterios jurídicos de clasificación de las empresas
En este caso se pueden utilizar tres tipos de criterios para clasificar las empresas:
- 1) Según la titularidad de los medios de producción o del capital de la empresa:
- — Empresas privadas: el capital es propiedad de particulares, bien sean personas individuales, bien sean personas jurídicas (sociedades).
- — Empresas públicas: la mayoría del capital es propiedad del Estado, según regula el Derecho Público.
- — Empresas mixtas: el capital se reparte a partes iguales entre el Estado y la iniciativa privada.
- 2) Según la forma jurídica:
- — Empresa individual o empresario individual.
- — Sociedades de personas: Sociedades colectivas.
- — Sociedades mixtas: Sociedades comanditarias.
- — Sociedades mercantiles: Sociedades de Responsabilidad Limitada, Sociedades Anónimas, Sociedades Laborales (Limitadas Laborales o Anónimas Laborales) y Sociedades Cooperativas.
- 3) Según el ánimo de lucro:
- — Empresas con ánimo de lucro: empresas cuyo objetivo prioritario es el beneficio. Son las sociedades mercantiles, por ejemplo.
- — Empresas sin ánimo de lucro: empresas cuyo objetivo prioritario es social. No hay distribución del beneficio, si no que este se reinvierte en la empresa o en fines sociales (obra benéfico-social). Toman la forma de Asociaciones y Fundaciones.
Criterios organizativos de clasificación de las empresas
Por último, las empresas se pueden clasificar también teniendo en cuenta los aspectos organizativos (estructurales y de comportamiento). En este caso, se pueden contemplar cinco criterios diferentes:
- 1) Configuración básica:
- — Empresas jerárquicas o altas.
- — Empresas profesionales o planas.
- — Empresas polimórficas o flexibles.
- 2) Estilo de decisión:
- — Empresas centralizadas.
- — Empresas descentralizadas.
- 3) Ejercicio de la autoridad:
- — Empresas autoritarias.
- — Empresas participativas.
- 4) Organización jurídica:
- — Empresas unisocietarias.
- — Empresas plurisocietarias.
- 5) Estilo de dirección:
- — Empresas jerarquizadas-burocráticas.
- — Empresas funcionales-profesionales.
- — Empresas creativas y flexibles.
Recuerde que...
- • Factores pasivos: recursos físicos, financieros, tecnológicos y organizativos; y factores activos: propietarios de la empresa, trabajadores y directivos.
- • Dimensiones: funcional, técnico-económica, económico-financiera, jurídico-mercantil y social.
- • Criterios económicos de clasificación de las empresas por: actividad, tamaño, estructura, sistema técnico, localización y ámbito.
- • Criterios jurídicos de clasificación de las empresas según: titularidad de los medios, forma jurídica y ánimo de lucro.
- • Criterios organizativos de clasificación de las empresas según: configuración básica, estilo de decisión, ejercicio de autoridad, organización jurídica y estilo de dirección.