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Discriminación de precios

Discriminación de precios

Cuando una empresa, generalmente un monopolio, es capaz de cobrar precios distintos a clientes con diferentes curvas de demanda.

Contabilidad y finanzas

Concepto

Se dice que hay discriminación de precios cuando una empresa, generalmente un monopolio, es capaz de cobrar precios distintos a clientes con diferentes curvas de demanda. Cuando el monopolista fija un precio alto por el producto que vende, sus ventas se restringen porque parte de su clientela, la que valora el bien por debajo del precio fijado, se retira del mercado. De esa forma, el monopolista se hace con parte del excedente del consumidor que hubiera tenido el consumidor frente a un mercado competitivo, pero se produce una pérdida de eficiencia, pues hay un coste social que no beneficia a nadie. Sin embargo, si es capaz de diferenciar sus clientelas y no cobrar a todos los consumidores al precio más alto, sino que discrimina entre ellos, puede apropiarse de parte de esa pérdida de eficiencia convirtiéndola en una ganancia para el productor. Evidentemente, una condición fundamental para que la discriminación de precios tenga éxito es que los consumidores favorecidos con los precios más bajos no revendan a precios más elevados a otros consumidores.

Supongamos dos tipos de clientes (A y B) de un cierto producto X. Los 10 clientes A están dispuestos a pagar 10 euros por una unidad del bien, los 15 clientes B están dispuestos a pagar como máximo 5 euros.

Supongamos que la empresa cobra 5 euros a todos los clientes, obtendría 50 euros con los 10 clientes A (que tendrían un excedente como consumidores, pues estaban dispuestos a pagar hasta 10 euros), ganaría 75 euros con los 15 clientes tipo B y un beneficio total de 125 euros. Si la empresa cobra 10 euros a todos los clientes, obtendría 100 euros con los 10 clientes tipo A (que ya no tendrían excedente), 0 euros con los de tipo B, pues el precio es demasiado elevado, y un beneficio total de 100 euros.

Pero si fuera capaz de discriminar precios, obtendría 100 euros con los clientes A, a los que cobraría el máximo posible (10 euros), 75 euros con los clientes B (que pagan también su máximo, 5 euros) y un beneficio total de 175 euros, con lo que el productor se ha apropiado totalmente del excedente de los consumidores tipo A y tipo B. Obsérvese que se está cobrando más a los consumidores que más valoraban el bien (los de tipo A), evitando el problema de perder a aquellos consumidores que consideraban este precio demasiado elevado y se retiraban del mercado.

Condiciones para poder discriminar precios

En primer lugar, para discriminar precios, la empresa no debe ser precio aceptante, es decir, no debe tratarse de una empresa competitiva.

En segundo lugar, la diferente clientela debe presentar curvas de demanda distintas con sensibilidades o elasticidades distintas frente al precio y el productor debe tener a cada clientela perfectamente identificada. Por ejemplo, supongamos un grupo de consumidores muy sensibles al precio, por ejemplo por carecer de grandes recursos, y otro tipo de clientes capaces de afrontar un precio más alto y con mayor fidelidad hacia el bien, es decir, con menor elasticidad hacia el precio. Es posible que, en este caso, acercarse a un precio uniforme para todos y más próximo al del colectivo primero resulte poco interesante para el productor, pues el segundo grupo es poco sensible a descensos de precio y, por tanto, no va a existir un aumento sustancial de esta clientela, pero elevar el precio y aproximarlo al segundo grupo es perder, con toda probabilidad, el 1er tipo de clientes. Probablemente, la empresa intentará diferenciar ambas clientelas ofreciendo descuentos al 1er grupo de clientes, a los que debe vender a un precio menor si quiere conservarlos.

En tercer lugar, la empresa debe evitar la reventa. Si no puede evitarla solo conseguirá vender al precio más bajo, pues los clientes a los que cobraría un mayor precio no acudirán a la empresa, sino a los clientes beneficiados con descuentos y dispuestos a revender.

Tipos de discriminación de precios

Cuando hay una "discriminación de precios de primer grado", el productor se apropia completamente del excedente del productor. Esto sucede cuando es capaz de cobrar a cada colectivo al máximo precio que puede soportar cada grupo de clientes.

Por ejemplo, supongamos una empresa con un Coste Marginal que vende cada unidad al precio máximo que le permite su curva de demanda, en este caso, el excedente del consumidor será nulo y el excedente del productor será el bienestar total. Aunque es cierto que el consumidor no se queda con ningún excedente, el bienestar social es máximo, por lo que curiosamente nos acercamos a una situación de equilibrio competitivo. Esto es así porque el productor vende cada unidad a su precio de reserva, es decir, a la altura de la curva de demanda, con lo que el ingreso marginal es el precio de cada unidad (situación que se aproxima más a la competencia perfecta que al monopolio).

Cuando hay "discriminación de precios de segundo grado", los productores cobran precios distintos en función de las cantidades adquiridas, por ejemplo, muchas compañías eléctricas ofrecen tarifas distintas por tramos de consumo. Si el productor es capaz de cobrar en muchos tramos distintos, estaremos aproximándonos al caso anterior, de forma que si existen infinidad de tramos, la pérdida de eficiencia tiende a ser nula y el precio más próximo se encontrará en el Coste Marginal.

Por último, es posible que la empresa produzca en mercados distintos, y separados, para impedir la reventa, a precios distintos por encontrarse en situaciones de mercado diferentes. Por ejemplo, puede suceder que se encuentre en competencia perfecta en el mercado 1, pero sea monopolista en el mercado 2. En esta situación, las cantidades de equilibrio y precios que maximizarían su beneficio se obtendrían a través del siguiente sistema de ecuaciones:

  • - Mercado 1: P1= Cmg(x)
  • - Mercado 2: Img2 (X2) = Cmg(X)
  • - Mercado Total: X1 + X2 = X

Obsérvese que al Coste Marginal no se le pone subíndice, pues al producir la empresa no discrimina qué unidades de X van a un mercado u otro sino que se limita a producirlas todas iguales y luego las distribuye de forma distinta en cada mercado en función de sus condiciones.

Recuerde que...

  • Para discriminar precios, la empresa no debe ser precio aceptante, es decir, no debe tratarse de una empresa competitiva.
  • Para discriminar precios, la diferente clientela debe presentar curvas de demanda distintas con sensibilidades o elasticidades distintas frente al precio y el productor debe tener a cada clientela perfectamente identificada.
  • Para que la discriminación de precios se un éxito la empresa debe evitar la reventa.
  • Cuando hay una "discriminación de precios de primer grado", el productor se apropia completamente del excedente del productor. Esto sucede cuando es capaz de cobrar a cada colectivo al máximo precio que puede soportar cada grupo de clientes.
  • Cuando hay "discriminación de precios de segundo grado", los productores cobran precios distintos en función de las cantidades adquiridas.

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