El ius soli (del latín "derecho del suelo") es el criterio jurídico que puede adoptar un ordenamiento para la concesión de la nacionalidad. Según el Ius soli, una persona adquiere la nacionalidad de un país por el hecho de haber nacido dentro de su territorio.
Si bien a través del ius sanguinis una persona adquiere la nacionalidad de un país en función de su familia, el ius soli otorgaría la nacionalidad a aquellos nacidos en territorio nacional. En muchos casos el resultado es el mismo, pero no siempre. El ius sanguinis trata de proteger los derechos de los emigrantes. Se utiliza en mayor medida en aquellos países que, por su situación socioeconómica, tienen tendencia a exportar emigrantes.
El ius soli, sin embargo, se utiliza más en países receptores de emigrantes, dado que se adecúa más a la realidad social.