Banco de tiempo

Concepto

Un banco de tiempo es un sistema de intercambio de servicios entre personas en función del tiempo empleado. La unidad de intercambio es una medida de tiempo, como puede ser el trabajo por hora, frente al uso del dinero o la moneda como sistema de cambio. Es un intercambio de bienes/servicios por bienes/servicios o de favores por favores.

Los bancos de tiempo representan un sistema alternativo al dinero, al igual que las redes de trueque, y sirven para facilitar el acceso a los bienes y servicios a las personas que tienen mayores dificultades por su situación de pobreza o simplemente por ahorrar en sus economías domésticas. También favorece las relaciones entre las personas y los intercambios económicos evitando la especulación y el oportunismo.

Uno de los primeros en hacer uso de los bancos del tiempo fue el anarquista norteamericano Josiah Warren en el siglo XIX en colaboración con proyectos llevados a cabo por los llamados socialistas utópicos como Robert Owen. Entre 1827 y 1830 pone en práctica los bancos del tiempo a través del proyecto de la Cincinnati Time Store.

Los bancos de tiempo surgen en la década de los años ochenta del Siglo XX en Washington DC (EE. UU.) por parte del abogado Edgar Cahn con el fin de promover la justicia social y la reciprocidad y con la denominación de Time Dolar. Posteriormente se trasladan a Europa, llegando a alcanzar un desarrollo especialmente importante en el sur de Europa (España, Italia y Portugal) y en el Reino Unido.

En España se introducen a través del Programa de Acción Comunitaria para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres de la Unión Europea entre los años 1997 a 1999 por parte de la Asociación Salut i Família y el Ayuntamiento de Barcelona. En Galicia quedan recogidos como bancos municipales en la Ley 2/2007, de 28 de marzo, del trabajo en igualdad de las mujeres en sus artículos 43 a 46.

Utilidad

El uso de los bancos de tiempo es en la actualidad mayor gracias a las tecnologías de la información y la comunicación TIC. De hecho, su sistema de funcionamiento es más sencillo con el uso de las TIC.

El tiempo se convierte en la moneda de uso a través del crédito mutuo, es decir, cada transacción se registra como un crédito y débito en las cuentas de los participantes. Es importante señalar que el tiempo tiene el mismo valor para todos los participantes.

Los créditos de tiempo se depositan en un banco de tiempo con una cuenta para cada participante, de manera que el participante puede hacer uso de sus créditos en cualquier momento, utilizando los servicios de cualquiera del resto de participantes. Todos los participantes son a la vez donantes de tiempo y receptores de tiempo.

Los intercambios que se pueden incluir en un banco del tiempo son todos aquellos que los participantes estén dispuestos a compartir: ocio, idiomas, informática, bricolaje, arte, cocina, asesoría, atención a personas, etc. Se trata siempre de servicios no profesionales. Sus ventajas son: permiten un mayor conocimiento mutuo entre los empleados, facilitan la conciliación ente la vida personal y la profesional a través del intercambio esporádico de servicios entre empleados; aumenta la confianza entre los empleados; facilitan la implantación de políticas, medidas e instrumentos de gestión del conocimiento en la sociedad; se trata de un instrumento apropiado de gestión de la diversidad y del conocimiento; y favorecen la solidaridad en un mundo donde prima el individualismo y el egoismo.

Existen webs en Internet que facilitan el acceso a los bancos del tiempo. En España, la web más utilizada es http://bdtonline.org. A nivel mundial, la web más conocida es la del Banco Mundial del Tiempo http://cronobank.org.