La Convención sobre el Comercio de tránsito de los Estados sin litoral fue hecha en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York el 8 de Julio de 1965 y entró en vigor el 9 de junio de 1967, y para España el 4 de junio de 2010, tras ser depositado el instrumento de adhesión, de 19 de abril, por nuestro país.
La Convención parte del siguiente principio: que los países sin litoral marítimo cuenten con las necesarias facilidades de tránsito para promover el comercio internacional, base necesaria de su progreso y desarrollo económico. El artículo 2 de la Convención proclama que se garantiza la libertad para el tráfico en tránsito y los medios de transporte, de forma tal que los Estados parte adoptarán las medidas necesarias para regular y activar el tráfico a través de su territorio facilitando el tráfico en tránsito por las rutas en servicio que acepten mutuamente para el tránsito los Estados contratantes interesados. En conformidad con las disposiciones de esta Convención, no se hará ninguna discriminación basada en el lugar de origen, partida, entrada, salida o destino, o cualesquiera circunstancias relativas a la propiedad de las mercancías o a la propiedad, lugar de matrícula o bandera de las embarcaciones, vehículos terrestres u otros medios de transporte utilizados.
Las normas que rijan el uso de los medios de transporte cuando éstos atraviesan parcial o totalmente el territorio de otros Estados Contratantes, serán establecidas de común acuerdo por los Estados Contratantes interesados.
El fundamental artículo 3 establece que el tráfico en tránsito no será sometido por ninguna autoridad del Estado de tránsito a derechos aduaneros, a ningún otro derecho o impuesto de importación o exportación, ni a ningún impuesto especial por razón de su tránsito. Sin embargo, sobre ese tráfico en tránsito podrán imponerse tasas que tengan por único objeto sufragar los gastos de vigilancia y de administración que suponga ese tránsito.