Título de deuda emitido por un Ayuntamiento o entidad adscrita a un determinado municipio. Aunque no son muy habituales en Europa, sí que lo son en Estados Unidos, donde se introdujeron por primera vez por parte de la ciudad de Nueva York en 1812 para la construcción de un canal. No obstante, se trató de una emisión puntual, sin el sentido de habitualidad que normalmente caracterizaría a una financiación municipal o regional.
Fue la ciudad de Boston la que generalizó este tipo de instrumentos con sus emisiones recurrentes realizadas entre 1824 y 1857, y cuyos bonos competían con los bonos del gobierno federal en la captación del ahorro de los norteamericanos. A partir de entonces, los bonos municipales se fueron abriendo paso como alternativa de inversión en la primera mitad del siglo XIX, suponiendo un volumen vivo de emisiones de 200 millones de dólares en torno a 1840, las cuales alcanzaron en 1880 la importante cantidad de 1.000 millones de dólares, llegando a superar la deuda federal en la última decena del siglo XIX. Desde entonces, el volumen de emisiones no ha hecho otra cosa que incrementarse en Estados Unidos.