Concepto
Se denomina solidaridad a la adhesión o el apoyo incondicional a las causas o intereses ajenos, sobre todo en situaciones difíciles o comprometidas. El vocablo proviene del término latino soliditas que significa cuerpo sólido formado por partes homogéneas (una realidad homogénea, entera y unida, donde sus partes, los elementos que la configuran, tienen igual naturaleza). La solidaridad es un valor (cualidad) y un principio ético y moral. La solidaridad implica la no discriminación. Se es solidario en su integridad, con los pueblos, con las personas, sin diferencia por razón de sexo, raza, edad, religión, afinidad política, profesión, etc.
La solidaridad surge de la decisión personal de un grupo de individuos con intereses comunes que se unen por el bienestar general, el bienestar de todos y de cada uno de los que componen el grupo. Requiere de una cierta organización política y social para cumplir sus objetivos. Ser solidario implica, en su esencia, ser generoso, desinteresado, ser altruista, ya que la verdadera solidaridad es ayudar sin esperar recibir contraprestación, sin esperar nada a cambio. Socorrer al ser humano en estado de necesidad. Vincularse con los proyectos de terceros y hacerlos propios.
La solidaridad ya surgió en la Edad Media con los gremios que realizaban servicios colectivos (solidaridad primaria, familiar y vecinal). A finales del siglo XIX, con las asociaciones de obreros y agrupaciones por el trabajo, y actualmente mediante el voluntariado, el mutualismo, las empresas sociales y las entidades que buscan el bien común.
La solidaridad se concibe desde los países con una economía desarrollada hacia los que están en vías de desarrollo, desde los países del Norte con los países del Sur (considerando Norte y Sur no tanto en sentido geográfico, aunque normalmente también coinciden, sino con necesidades cubiertas y desarrollados —Norte— hacia los que están en proceso de desarrollo —Sur—). También en los países del primer mundo con respecto al cuarto mundo (los pobres en países ricos). Esta solidaridad —ejercida a través de personas, organizaciones, Estados y otros organismos— acaba siendo una alternativa económica para aquellos países que la reciben, o aquellas personas que dentro de países a priori con cierto nivel de bienestar y desarrollo, están en una situación económica de necesidad.
No obstante, ante el abuso del discurso político y las estrategias de marketing, muchas son las personas, empresas y organizaciones que emplean este término en sus actuaciones sin que realmente en su actividad se conjuguen todos los fenómenos y actitudes que engloba el término.
Formas de solidaridad
Son ejemplos de solidaridad personal el voluntariado (aporte de tiempo), la contribución material explícita (una cantidad económica) a una entidad de ayuda social, o actuar como consumidor final en productos de comercio justo. Estos productos son obtenidos en países desfavorecidos y son consumidos en los países del Norte (países desarrollados) bajo una cadena de distribución concertada. A priori el precio de dicho producto está formado por el precio de mercado del bien más una prima que revierte en el productor, que es lo que hace el proyecto solidario.
El mutualismo, tal y como se configura, es una forma de solidaridad tradicional, pues esta es uno de sus valores y principios clave, además de la equidad y la reciprocidad en las formas de fijación de precios o en las derramas. Ejemplos de esta práctica solidaria es la concesión de prestaciones no contributivas a socios especialmente necesitados y, en general, la capitalización colectiva para financiar prestaciones a largo plazo o para asegurar el ahorro (pensiones de jubilación o de invalidez).
Las ONG son per se entidades solidarias; ofrecen un bien o servicio sin cobrar a los beneficiarios, que son colectivos desfavorecidos. Desempeñan generalmente tareas humanitarias, como ejemplo, Médicos sin Fronteras, o Ingenieros sin Fronteras.
Las empresas de economía social y la solidaridad
En el mundo empresarial se dan actuaciones solidarias. Algunas empresas, por su peculiaridad, son o tienen entre sus principios arraigos solidarios. La intercooperación, por ejemplo, que es un principio cooperativo (Rodchale, ACI), y la ayuda mutua se nutren de bases solidarias. Los principios cooperativos reformulados en Manchester, 1995, abogan explícitamente por la solidaridad, al menos y especialmente dos de ellos. El tercer principio, la participación económica de los socios o miembros, que busca la equidad. Los excedentes de cada período contemplan —en primer lugar— reservas, la educación y solidaridad, no un reparto o una remuneración a la gestión. Y el séptimo principio, compromiso con la comunidad (incorporado por la ACI, 1995), que dice que: la cooperativa es una organización social vinculada con la comunidad donde está inmersa. La solidaridad y el beneficio mutuo no radica solamente en mejoras sustanciales para los asociados de la cooperativa, sino también en la mejora de la calidad de vida de los habitantes de la comunidad.
Los grupos cooperativos y las alianzas, cuando se conforman, se basan, entre otros principios (territorialidad, subsidiariedad, intercooperación), en ideales de solidaridad; de hecho sus participantes se reconocen unidos compartiendo obligaciones, intereses e ideales. Cada entidad desarrolla sus capacidades y tiene cierta autonomía en sus decisiones, pero colabora con los demás integrantes del grupo para desarrollarse y crecer en armonía. Realizan juntos lo que no se alcanza de forma individual.
Las empresas de inserción son también ejemplos de empresas sociales solidarias.
Recuerde que...
- • La solidaridad surge de la decisión personal de un grupo de individuos con intereses comunes que se unen por el bienestar general, el bienestar de todos y de cada uno de los que componen el grupo.
- • Ejemplos de solidaridad: el voluntariado, la contribución material explícita a una entidad de ayuda social o actuar como consumidor final en productos de comercio justo.
- • Las ONG son per se entidades solidarias. Ofrecen un bien o servicio sin cobrar a los beneficiarios, que son colectivos desfavorecidos.
- • El mutualismo es una forma de solidaridad tradicional.
- • La solidaridad se concibe desde los países con una economía desarrollada hacia los que están en vías de desarrollo.