Sistemas electorales mixtos

Los sistemas electorales mixtos pretenden la combinación del principio mayoritario y el proporcional, pretendiendo, pues, la cuadratura del círculo, en cuanto aspiran a aunar la eficacia o estabilidad y la justicia o representatividad. Sin duda el ejemplo más acabado es el alemán conocido como sistema mixto equilibrado que funde una elección mayoritaria y proporcional al mismo tiempo. Una parte de los diputados es elegida por mayoría relativa en circunscripciones uninominales (escaño directo) y el resto de los escaños hasta completar los 518 escaños se eligen en los Land por sistema proporcional. Para ello, cada elector dispone de dos votos: un primer voto para la elección directa uninominal y un segundo voto para la elección en listas cerradas y bloqueadas de partido a nivel de Land. La suma de los segundos votos obtenidos por cada lista en el Land da el total de votos obtenidos en la Federación. Sólo participarán en la distribución de escaños los partidos que en la suma de los segundos votos se sobrepase el umbral o barrera del 5 por 100 de todos ellos (véase "Barrera electoral"), o bien se hubieran conseguido tres escaños directos.

La distribución definitiva de los escaños a cada partido se organiza en dos fases. En la primera aplicando el método D´Hondt (véase "D´Hondt") a la suma de todos los segundos votos obtenidos por todas las listas de los partidos a nivel de Land. A continuación, una vez calculado el número global de escaños que corresponde a cada partido, por medio de una segunda aplicación del método D´Hondt, se determina el número de escaños de cada partido en cada uno de los Land. Finalmente, de ese número se restan los escaños obtenidos por cada partido en las circunscripciones uninominales de modo directo, y los sobrantes son los que se adjudican a los candidatos de la lista de Land que no hubieran sido elegidos directamente. Predomina, pues, el criterio proporcional, aunque es parcialmente personalizado.